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Cine

Super 8, un pueblo americano, bicicletas y el monstruo de las galletas

Elle Fanning (Alice, en la película) y Joel Courtney (Joe Lamb), en una escena de Super 8
Elle Fanning (Alice, en la película) y Joel Courtney (Joe Lamb), en una escena de Super 8

Está muy claro que esta película no es E.T. y que tampoco quedará para los anales de la historia como algunas de sus predecesoras (Los Goonies o El Navegante), pero tampoco nadie puede negar que huele a peli de los ochenta y que es de las mejores cintas actualmente en cartel para pasar una tarde muy agradable.

El título puede resultar extraño, pero no teman: tras ver la película se aclara. Aunque, por si acaso no se deciden, les cuento una curiosidad: Spielberg, ahora el productor, conoció al director J. J. Abrams (Perdidos o la más reciente Fringe) cuando ganó un concurso de películas en formato super 8, inmediatamente le contrató para que remasterizara todas sus pelis en ese mismo formato. Esta película puede interpretarse como la culminación de esta relación y todo un homenaje a las películas ochenteras con las que muchos crecimos.

Atentos a las actuaciones de los niños, realmente sorprendentes -por lo buenas-, sobre todo en comparación con las de otras sagas -léase Harry Potter-, donde las capacidades interpretativas están bajo mínimos. El protagonista, Joel Courtney, dará que hablar, y la ternura y sensibilidad de la escena de amor sin beso real que protagoniza junto a la joven actriz Elle Fanning pone los pelos de punta.

Concretando: una película entretenida que seguro hará disfrutar a los amantes del cine ochentero de ciencia ficción. Eso sí, no olviden controlar sus expectativas porque ese monstruo tendría más sentido en una de las secuelas de Men in Black. Y, ojo, no se vayan nada más empezar los créditos del final, si esperan recibirán una grata sorpresa.

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