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Federico Gutiérrez-Solana. Presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades (CRUE)

"Recortar en educación va contra lo que hay que hacer"

Asegura que el beneficio completo de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior tardará en percibirse ocho o diez años

"Recortar en educación va contra lo que hay que hacer"
"Recortar en educación va contra lo que hay que hacer"PABLO MONGE

Ingeniero de Caminos, su vida profesional comenzó en la empresa, pero posteriormente dio el paso a la universidad. Compatibiliza el rectorado de la Universidad de Cantabria con la presidencia de la CRUE, que agrupa a 50 universidades públicas y 24 privadas.

Se reunió la semana pasada con el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. ¿Qué le dijo?

"Es importantísimo que las empresas tengan doctores para que sepan lo que es investigar"

No tenemos una lista de peticiones para los máximos responsables políticos. Estamos poniendo sobre la mesa la necesaria participación de la universidad junto con otros agentes para decidir el futuro de todo. En esta plataforma conjunta es donde tenemos que decidir qué universidades queremos tener, cómo las ponemos en servicio para toda la sociedad y cómo invertimos para que eso sea posible.

Hay ahora el mayor porcentaje de titulados superiores en España, pero también de desempleados...

Tenemos una falta de cultura innovadora en nuestro país, con lo cual no somos capaces de transferir nuestras capacidades al proceso productivo. Tenemos personas muy bien formadas que luego pasan al empleo con muy poco valor diferencial comparado con otros países. No se está aprovechando esa capacidad para favorecer el desarrollo y la competitividad de las propias empresas. Los indicadores apuntan a que tenemos menos desempleo entre universitarios que entre personas con otros niveles de formación en algunos segmentos de edad, pero existe subempleo con respecto al nivel de formación. Esa brecha de cultura innovadora la tenemos que eliminar. Universidad, empleadores y Administración pública tienen que estar en una misma mesa trabajando.

¿Qué balance hace de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)?

Tiene una ventaja clara y es que no nos quedamos aislados. El beneficio más importante es que esa situación elimina barreras de movilidad y la movilidad más determinante es la de las personas que llevan conocimientos. Hay un cambio metodológico de pasar de la lección magistral, que ha permitido a la universidad crecer como ha crecido y llegar a todos los espectros sociales, para dar un salto y centrarnos más en la persona. Es un tránsito que hemos empezado, con menos medios de los que se pensaban porque la crisis ha afectado a la inversión. Son cambios que requieren al menos una generación completa, de ocho o diez años. Durante ocho o diez años progresaremos en los beneficios.

¿Cree que el despliegue de titulaciones de Bolonia es adecuado?

Hemos pasado de una situación anterior en la que el desarrollo no se había hecho pensando en casar oferta y demanda, sino que el proceso de crecimiento de la universidad ha hecho que hubiera otros factores. Al final lo que tenemos es que no había un buen ajuste de oferta-demanda en algunos casos. Esta situación, con el EEES, se ha corregido en una buena parte. El número de títulos se ha reducido entre un 15% y un 20%. Habrá que hacer un mejor ajuste de los másteres porque han sido más una transformación de los doctorados. Hay que reanalizar esta situación para acomodar la oferta a la demanda. En los doctorados habrá que fomentar algunas cosas, como la participación de las empresas. Es importantísimo que las empresas tengan doctores para que sepan lo que significa investigar y demanden resultados de la investigación de forma adecuada.

¿Es suficiente la financiación actual de la universidad?

Para financiar un servicio hay que concienciarse de su trascendencia. Estamos en una inversión baja en relación a los países con los que competimos. En educación universitaria estamos 0,3 puntos de PIB por debajo y esa brecha habrá que corregirla. En I+D+i también hay una brecha, gracias al esfuerzo público estamos en un 1,4% del PIB pero deberíamos estar en el 2%. Ningún país que invierte menos del 1,8% de su PIB en I+D+i tiene un nivel de competitividad empresarial aceptable. Habría que aumentar en un 70% la inversión privada para llegar a las cotas de otros países.

Las comunidades están recortando en educación...

Está siendo en algunas y es lo contrario de lo que tenemos que hacer. No queremos que se piense que la universidad lo único que hace es pedir incluso cuando las cosas van mal. No queremos cantidades, queremos porcentajes. Nos gustaría que la sociedad se comprometiera a fijar un umbral por debajo del cual no se pueda dejar de invertir. Si perdemos inversión en educación, estamos haciendo daño a la sociedad.

Una solución a los ingenieros técnicos industriales

Las universidades españolas se han topado con una avalancha de solicitudes por parte de ingenieros técnicos industriales en ejercicio para realizar los cursos de convalidación al grado en ingeniería. Esta titulación es imprescindible para salir a trabajar al exterior, una opción que están explorando ahora muchos profesionales por la falta de oportunidades en España. "Nos hemos encontrado con un flujo de demanda en el que no pensábamos. Ha habido mucho interés en pasarse a esta estructura de futuro que es el EEES", reconoce. "Es cuestión de analizarlo y ver cómo podemos encajar la oferta a esa demanda porque los ingenieros industriales son un número muy importante. Nos ha desbordado, es cuestión de acomodarlo. Hay que trabajar con los colegios profesionales".Los ingenieros sostienen que las universidades públicas solo tienen capacidad para un 5% de las peticiones y se quejan de tener que ir a centros privados. El colectivo pide que el reconocimiento del grado sea automático si el ingeniero acredita tres años de experiencia. "Es importante que valoremos la experiencia profesional de estas personas. Son conocimientos adquiridos que no están en créditos académicos".

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