Una máquina de entrenador
TS Company, una empresa spin off de la Universidad Politécnica de Madrid, ha creado un software capaz de diseñar en segundos programas de actividad deportiva personalizados que se pueden aplicar tanto en instalaciones deportivas como en la propia casa.
Imagine un entrenador personal ante el que no sintiera ninguna vergüenza, que no le hiciera sentirse juzgado. Que no frunciera el ceño ante sus malos hábitos alimenticios o que bajara la vista cuando le desvelara su edad. Y, sobre todo, que le ayudara, de verdad, a mejorar su forma física. TS Company, una empresa madrileña, ha gestado este concepto durante cuatro años de intensa investigación y desarrollo tecnológico. El resultado es casi un imposible: un cerebro superdotado cuya única preocupación es la forma física. Se llama Airfit.
Nacho Larriba, el CEO de la compañía, ilustra las cualidades del invento. "Airfit es un sistema experto creado por un grupo multidisciplinar que permite desarrollar programas de actividad física en segundos", explica. "Se toman datos personales y objetivos y en un momento se programan entre dos y seis meses de entrenamiento autónomo", continúa.
Utilizando complejos algoritmos, Airfit es capaz no solo de diseñar entrenamientos personales a medida, sino también clases colectivas. Además, es capaz de aprender cada vez más. A día de hoy, el sistema está disponible para gestores de instalaciones deportivas.
"A través de terminales táctiles que incluyen un sistema de reconocimiento de la huella digital, el sistema sabe quién eres y te hace una pequeña entrevista diaria para conocer tus horas de sueño, nivel de estrés y estado de ánimo", explica. "Si estás muy estresado, en vez de recomendarte una fuerte carga cardiovascular, te prescribe, por ejemplo, una clase de yoga".
El sistema está concebido de tal modo que ningún cabo quede suelto: los tiempos exactos de ejecución de los ejercicios y sus correspondientes pausas se detallan al segundo y se ilustran a través de videos que especifican tanto lo que se debe como lo que no se debe hacer. "Usamos estándares que nos capacitan para prescribir actividades físicas internacionalmente", añade Larriba. Expandir el negocio fuera de España sería, por tanto, tan sencillo como traducir el programa.
La empresa, un spin off de la Universidad Politécnica de Madrid, tiene actualmente siete trabajadores en plantilla, así como un buen número de colaboradores externos. Además, cuenta con el aval de CDTI, y Madri+d y con la colaboración del CSIC, la Universidad Rey Juan Carlos, San Pablo CEU e INEF de Madrid.
La idea nació cuando Larriba era un estudiante de ingeniería de sistemas de 20 años que trabajaba en un gimnasio. "Me di cuenta de que había gente que iba todos los días para perder peso y después de tres años no había perdido nada", relata. Después de crear unas tablas de ejercicios personalizadas y proponer al gimnasio, en vano, el diseño de un programa informático para gestionarlas, Larriba y otros socios de la empresa se lanzaron a llamar a todas las puertas de la Politécnica de Madrid. Después de varias intentonas, dos profesores se las abrieron. "Ahí surgió todo", recuerda.
Ejercicios para casa
Entre los planes de desarrollo para el futuro próximo se encuentra la adaptación del sistema al cliente final a través del cloud computing. "El sistema te pregunta el material que tienes en casa, por ejemplo, unas mancuernas o una colchoneta, y a partir de ahí te crea un programa especializado", resume Larriba. La idea es incluir también un sistema audiovisual, como en el caso de las instalaciones deportivas.
"El programa tiene en cuenta todas las características de tu día a día", subraya el CEO. Al tener en frente a una máquina y no una persona es más fácil decir la verdad sobre los hábitos personales y estado de salud, lo que repercute positivamente a la hora de diseñar el programa de entrenamiento. Por eso, con Airfit se ha hecho especial hincapié en la protección de datos. "Tenemos un nivel 3 de privacidad, que es el más alto", recalca.
Las redes sociales también van a entrar en el juego. "Queremos crear una comunidad a través del boca a boca. Una vez creada, podemos usar la publicidad dirigida, tanto a nivel de prescripción como de ventas de artículos deportivos que la gente necesite y no tenga en casa", explica. En cualquier caso, el objetivo no es competir con gigantes como Facebook o Google+. "Lo que queremos es ser una red temática", resalta Larriba.
Airfit es un invento que, además de contribuir a mejorar la salud de sus clientes, puede permitir a sus creadores ganarse la vida. "Al estar en la nube, es un producto fácilmente escalable, por lo que, aunque la demanda sea muy alta, no es necesario contratar a gran cantidad de personal, lo que lo convierte en un negocio rentable", señala el empresario. Tan convencido está de las posibilidades de su producto que ni siquiera la crisis le amedrenta: "La situación económica es mala", admite, "pero ejercicio hay que hacerlo toda la vida".
No es la tele lo que atrofia, es el sofá
"Exercise TV", una cadena de televisión estadounidense, ofrece un producto lejanamente parecido a Airfit. El canal dispone de miles de videos de clases colectivas y ejercicios dirigidos que se suministran bajo demanda. Y nada menos que 30 millones de usuarios pagan una cuota mensual de 100 dólares por acceder a los contenidos. "Nosotros propusimos a Digital+ y Ono ofrecer Airfit por televisión también bajo demanda", explica Larriba. Por el momento, las negociaciones están paradas. "Si no nos sale, lo haremos a través de Internet, que es la mayor plataforma de televisión del mundo", agrega. Y ya, de paso, ¿por qué no probar también con los videojuegos? "Juegos como Wii Fit han sido un éxito", apunta el directivo. "A través de ellos, podríamos prescribir actividades para completar el entrenamiento", concluye.