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La zozobra del mercado coincide mañana con una subasta del Tesoro de 2.500 a 3.500 millones en bonos

El coste de la deuda emitida este año supera ya los 3.400 millones de euros

El coste de financiación de la deuda española no para de aumentar. El Tesoro subasta papel a nueve vencimientos diferentes y la rentabilidad a pagar es en todos ellos netamente superior a la de comienzos de año. Los intereses pagados desde enero superan ya los 3.430 millones. La cifra es todavía manejable, pero con una tendencia al alza preocupante.

Los bonos españoles a tres años cotizaban ayer en el mercado secundario al 5,12% tras el enésimo recrudecimiento de la crisis soberana. En la última subasta, realizada hace menos de un mes, el Tesoro pagó un 4,291% de interés medio. En lo que va de año, el coste de las subastas se cifra en algo más de 3.435 millones de euros, de acuerdo con un cálculo realizado por CincoDías. El dato no es malo, ya que, para hacerse una idea, las emisiones de deuda realizadas a lo largo de 2010 llevaron al Tesoro a pagar unos intereses de 4.200 millones. El problema es la tendencia.

Todos los tramos de la deuda han sufrido un notable aumento en los intereses pagados. En los plazos a 15 y 30 años, el coste supera ya el temido umbral del 6% y en la referencia del mercado, las obligaciones a 10 años, está a punto de hacerlo. Eso sí, siempre hay fórmulas para contrarrestar la escalada de los costes de financiación.

Solo hay un tramo donde los importes colocados por el Tesoro han aumentado de forma significativa: las letras a seis meses, cuyo impacto es residual en la financiación total del Estado. Para empezar, el tipo de interés apenas superó el 2,5% en la última colocación, si bien el dato supone un elevado contraste respecto a comienzos de año, cuando las letras rentaban un 1,8%.

En las partidas más voluminosas -las letras a 12 meses, las obligaciones a 10 años y los bonos a tres y cinco años-, la cantidad de dinero emitido se ha reducido paulatinamente. El resultado es que el Tesoro ha ido cumpliendo cómodamente sus objetivos de financiación, con 98.900 millones de euros desde enero, sin que la carga de intereses se resienta en exceso. De hecho, la partida de 3.435 millones equivale a menos del 3,5% del total emitido.

El coste total de la deuda en circulación ha ido creciendo sin descanso. Eso es un hecho indiscutible, pero todavía está lejos de resultar un verdadero drama. El tipo medio al cierre de junio era, según los datos del Tesoro, del 3,89%. Se trata de la cifra más alta desde el año 2008, cuando la crisis eclosionó con toda su intensidad. Pero aún está lejos del 5,65% vigente cuando el euro entró en circulación. La cuestión ahora es cuánto logrará durar esta cierta tranquilidad, habida cuenta de la enorme presión que están ejerciendo los inversores en el mercado secundario.

La frontera del 6%

En el mercado secundario, la rentabilidad de la deuda a 10 años franqueó por primera vez el 6% el pasado 11 de julio y ayer alcanzó un nuevo máximo al llegar a situarse en el 6,283%.

Pero eso es lo que ocurre entre los inversores. De momento, las subastas que han superado el 6% son de carácter marginal. Corresponden a obligaciones con vencimientos a 30 y a 15 años. El coste efectivo de esas colocaciones apenas supera los 180 millones de euros. Sin embargo, una cita clave será la de dentro de tres semanas, cuando el Estado acometa la realización de una oferta de deuda con vencimiento a 10 años. La rentabilidad exigida ha franqueado en un tiempo récord esa barrera del 6%, que hasta hace poco se consideraba como inalcanzable. Una vez que Grecia, Irlanda y Portugal han quedado fuera de combate, el castigo se centra ahora en los otros dos periféricos, España e Italia, con importantes compromisos de emisión de aquí al final de año. El Gobierno asumió el compromiso de alcanzar un déficit público del 6% de cara al cierre de año. Si los problemas relacionados con la deuda siguen vigentes a la vuelta del verano, esos objetivos podrían verse comprometidos, generando un círculo vicioso que se retroalimenta. Los mercados penalizarían más a España, ante las dudas de que pueda alcanzar las metas propuestas y esa penalización hará más difícil aún que se llegue a esos objetivos.

Las letras a 12 meses representan un tercio de las emisiones realizadas por el Tesoro en lo que va de año. El papel con vencimiento a seis meses representa casi un 10%. Las emisiones a tres y 18 meses representan en conjunto cerca de un 17%. Esto significa que más de la mitad de la deuda emitida por el Estado es de corto plazo. Aunque sus intereses son más bajos, también implica que habrá que asumir su refinanciación más pronto y cada vez a un coste mayor. Por ejemplo, el interés exigido a las letras a un año, que representan la partida más importante de todas las emisiones públicas, ha crecido un 27% desde enero. El interés que pagan las letras más cortas, las que concluyen al trimestre, se ha duplicado.

El país mantiene un porcentaje de deuda pública respecto al PIB que está muy por debajo del promedio de la UE, es un 67% frente al 87%, y está por debajo de Alemania y Francia, ambas con más de un 80%. El problema es su rápido crecimiento, muy por encima del resto de Europa. El incremento de los gastos derivados de la colocación de la deuda no hace sino complicar un poco más un panorama ya muy difícil.

Vencimientos por 230.000 millones hasta 2013

Mientras la rentabilidad que se le pide a los bonos españoles alcanza los máximos de la era euro, el Estado afronta un escenario delicado durante los próximos tres años, con vencimientos de deuda de un importe de aproximadamente 230.000 millones de aquí a 2013, según los datos del Tesoro.Los ejercicios más complicados son los más inmediatos, ya que los que los vencimientos de deuda superan los 80.000 millones tanto en 2011, como en 2012. Se trata de importes que habrá que refinanciar a un coste netamente superior al que se emitieron en su día. Es el resultado de la presión que los mercados están aplicando sobre España.En cualquier caso, también es de esperar que esta situación se alivie algo a la vuelta del verano. Por un lado, la falta de liquidez durante el periodo estival genera incrementos de volatilidad que distorsionan la visión real del mercado. Por otro, el calendario electoral debería dar más certidumbre a los inversores.

Las cifras

2.500 millones de euros es el objetivo mínimo de emisión del Tesoro en la subasta de mañana jueves.3,47% son los intereses exigidos respecto al total de deuda colocada en lo que va de año por el Estado.29% es el peso de las letras a 12 meses en el total de deuda.

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