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La producción de GNL aumentó un 13% en el primer trimestre

La catástrofe de Fukushima dispara la demanda mundial de gas natural

La desaparición de 12.000 MW de capacidad de generación en Japón como consecuencia del desastre nuclear de marzo explicaría, según los expertos, el fuerte incremento de la producción mundial de gas natural licuado (GNL), con el que ha sustituido los megavatios nucleares inutilizados. Japón es el mayor consumidor de gas del mundo y cuenta con 287 regasificadoras.

La catástrofe de Fukushima dispara la demanda mundial de gas natural
La catástrofe de Fukushima dispara la demanda mundial de gas naturalBLOOMBERG

La catástrofe nuclear de Fukushima provocada por el terremoto de nueve grados en la escala de Richter y posterior tsunami que tuvieron lugar el pasado 11 de marzo, ha afectado muy directamente al mercado mundial del gas natural licuado (GNL), cuya producción creció un 13% en el primer trimestre del año. Con 54 centrales nucleares, que cubrían antes del desastre el 29% de las necesidades eléctricas del país, Japón ha visto desaparecer de su sistema 12.000 MW de potencia atómica tras la parada de los grupos de Fukushima I, Fukushima II y los correspondientes a la planta de Onagawa. Esta central nuclear estaba ya resentida por los efectos de otro terremoto que se produjo en 2007.

Varios estudios, a los que alude la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en su último informe de supervisión del mercado mayorista de gas correspondiente al mes de marzo, señalan que en Japón, para suplir los megavatios nucleares evaporados, la demanda de ese combustible podría incrementarse entre 7 y 12 bcm (mil millones de metros cúbicos) al año. Teniendo en cuenta que el sistema japonés no dispone de ninguna conexión internacional por gasoducto, este aumento de la demanda procedería de mayores importaciones de gas licuado, que se transporta por barco y requiere posteriormente de un proceso de regasificación para su circulación por los tubos.

La CNE considera que este gas procedería de países del área del Pacífico. Japón es en la actualidad el mayor consumidor del mundo de GNL, del que importaba hasta ahora 85,9 bcm al año y que transforma en su red de 287 regasificadoras. Estas plantas, que apenas se vieron afectadas por el terremoto, se encuentran en estos momentos a pleno rendimiento. Antes del desastre, el gas representaba un 30% del mix de generación japonés. Sus principales suministradores son Indonesia y Malasia, con un 20%, respectivamente; Australia, con un 19%; Catar, con el 12%, y Brunei, el 9%. De hecho, las compañías japonesas ya han anunciado preacuerdos con los principales productores de GNL de la cuenca asiática con el objeto de ampliar sus contratos de aprovisionamientos.

El gas tendrá un papel esencial en el 'mix' alemán, tras su apagón nuclear

Pero, ¿qué efectos tiene esa mayor demanda sobre los precios del gas? Ello dependerá de las zonas. Según el citado informe del regulador energético, en marzo, la diferencia del precio del gas en el NBP (mercado spot y de futuros británico) respecto al Henry Hub (el mercado spot más grande de Estados Unidos) volvió a aumentar, hasta registrar una diferencia de 16 euros/MWh a mediados de marzo, justo después de la catástrofe de Fukushima.

En unas declaraciones realizadas tras el terremoto por el presidente del gestor de la red de gasoductos española, Antonio Llardén, la evolución de los precios, que entonces consideraba "una incógnita", también iba a depender de la decisión que adoptara Alemania respecto a su parque nuclear. Como es sabido, el Gobierno de coalición que preside Angela Merkel, ha fijado un plazo de 10 años para el cierre definitivo de sus 17 centrales (ocho se clausurarán en 2013).

En cualquier caso, nadie atisba problemas de suministro de gas, pese al fuerte incremento de la demanda derivado de estas circunstancias, ya que viene a compensar la caída del consumo provocada por la crisis económica. En el caso de España, Llardén aconseja un aumento de la capacidad de almacenamiento y la velocidad de extracción.

El citado informe de la CNE señala que la demanda de gas en marzo, mes en que se puso en marcha el gasoducto submarino de Medgaz, con capacidad para transportar 8 bcm, se mantuvo. Ya en el mes de mayo se recuperó un 1,8%.

La revolución del gas no convencional

Además del incremento de la demanda de gas natural licuado (GNL) en Japón, el mayor consumidor del mundo de este combustible, el mercado internacional se está viendo seriamente alterado por un fenómeno reciente: la explotación del gas no convencional (el llamado tight y shale gas), que se encuentra en abundancia en el subsuelo de cualquier país del mundo.Pese a que se sabía de su existencia, este recurso no se había explotado hasta ahora por la ausencia de la tecnología adecuada para liberar el combustible de la tierra. Pero Estados Unidos, empujado por los fuertes precios internacionales de mediados de la pasada década, ha logrado aplicar técnicas que, mediante la fragmentación de las capas donde se encuentra el gas, logran que este fluya a los tubos para su transporte.Esta explotación, de consecuencias medioambientales imprevisibles (los grupos ecologistas denuncian la contaminación de los acuíferos) ha cambiado radicalmente el mercado. Así, con esta producción, EE UU ha pasado de importar a gas al autoabastecimiento, e incluso, a exportar algo de su producción. Ello ha provocado el hundimiento del floreciente mercado que surgió en la costa oeste de Estados Unidos en los años noventa, donde proliferó la construcción de regasificadoras y se llegó a crear un mercado spot de referencia, el llamado Henry Hub.La abundancia del gas no convencional va a afectar también a los precios internacionales: 10 euros/MWh en el país norteamericano, frente a los 29 euros/MWh en el mercado español. También en el equilibrio de fuerzas internacional: empresas españolas, como Gas Natural y Endesa, han mostrado un gran interés por Estados Unidos.

Las cifras

287 regasificadoras son las que tiene Japón y funcionan a pleno rendimiento desde la parada de las centrales nucleares siniestradas.85 bcm (mil millones de metros cúbicos) de gas es el consumo anual del país.12 bcm necesitará el sistema eléctrico nipón para suplir los 12.000 MW nucleares que han desaparecido tras la catástrofe.

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