El G-8 condiciona la ayuda a los países árabes a que acometan más reformas
Los ocho países más ricos del mundo, que representan dos tercios del PIB mundial y el 50% del comercio, iniciaron ayer en la localidad francesa de Deauville una cumbre en la que abordaron la primavera árabe, la crisis, la seguridad nuclear y la regulación de internet. El G-8 condicionó la ayuda económica a los países árabes a que realicen más reformas.
La reunión arrancó con un almuerzo de trabajo ofrecido por el anfitrión, Nicolas Sarkozy, al presidente de EE UU, Barack Obama, el ruso Dmitri Medvédev, y los primeros ministros de Japón, Reino Unido, Italia y Canadá, junto con la canciller alemana, Angela Merkel. La agencia Reuters adelantó el borrador de las declaraciones consensuadas por los países que participan en la cumbre. Los líderes del G-8 exigieron al líder libio Muamar Gadafi que detenga la violencia y busque una solución política en Libia. Lanzaron también un mensaje contra el régimen sirio y reclamaron a Bachar el Asad, incluido en la lista negra de la Unión Europea, que "deje de usar la fuerza y la intimidación contra la pueblo sirio y entable un diálogo y las reformas fundamentales".
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, explicó desde Deauville que el incremento previsto en los fondos de la Política de Vecindad de la Unión Europea y del Banco Europeo de Inversiones (BEI) significa "más apoyo para más reformas". Se trata de "apoyar la libertad y la democracia" y por eso la contribución estará "condicionada" a las reformas democráticas.
Sociedad para el empleo
Barroso recordó que la UE ha incrementado en 1.200 millones de euros la dotación para donaciones en su Política de Vecindario hasta 2013, con un monto global de 7.000 millones. Aunque, puntualizó que no podía dar una cifra definitiva sobre qué parte de ese dinero irá al mundo árabe y cuánto a los países del este de Europa, recordó que, en el pasado, los vecinos del sur de la UE han estado recibiendo dos tercios del total.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que las medidas de apoyo económico a los países árabes deberán ser consensuadas con el Banco Mundial, el FMI y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD). Además, propuso crear "una sociedad para el empleo" con países como Túnez y Egipto, con programas de formación y apoyo a la creación de pymes, con el fin de evitar que los progresos en las reformas políticas de esos países se vean amenazados por la inestabilidad económica. El anfitrión de la cumbre, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, compareció en rueda de prensa para anunciar que el G-8 va a adoptar una reglamentación internacional para garantizar "un alto nivel de seguridad" en las centrales nucleares con las enseñanzas de la catástrofe de Fukushima en Japón. Se trata de establecer unos estándares internacionales en los dispositivos de seguridad de las centrales para combatir riesgos como los de la catástrofe de Japón.
Regulación "prudente" para internet
Además de la crisis económica, la primavera árabe o la seguridad nuclear, la agenda de la cumbre del G-8 prevé tratar hoy viernes otros asuntos como las negociaciones de Doha o la regulación de internet.La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró confiada en poder llegar a avances significativos en la negociaciones de Doha. De hecho, destacó que un acuerdo para el libre comercio a nivel mundial es vital para relanzar la economía mundial y superar la reciente crisis financiera internacional.Los dirigentes del G-8 dedicaron también por primera vez una sesión de trabajo a internet y escucharon a ocho de los gurús de la red las conclusiones a las que llegaron tras dos días de intensos debates celebrados esta semana en París. Una de esas conclusiones es hacer un llamamiento a los Gobiernos para que sean "muy prudentes" en la regulación de su uso. Otros asuntos previstos en la agenda de la cumbre son los desafíos que plantea Irán y las consecuencias de la muerte de Osama Bin Laden.