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Entorno. Actualidad

Las eólicas se rebelan contra los impuestos autonómicos

La patronal del sector demanda coherencia regulatoria entre las tasas estatales y las regionales

Coherencia regulatoria entre la Administración central y las comunidades autónomas piden las empresas de energía eólica, en plena parálisis de proyectos por la incertidumbre normativa. La Asociación Empresarial Eólica (AEE), principal patronal del sector en España, reunió a finales de abril a las asociaciones de Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura y Galicia para pedir armonía entre el marco retributivo estatal y las nuevas normas que están surgiendo al calor de los concursos eólicos autonómicos.

El sector "denuncia las dificultades que encuentra para aumentar su competitividad en un contexto en el que las autonomías aumentan las contraprestaciones que piden vía concursos a la vez que implementan nuevas herramientas fiscales, como el canon eólico de Galicia y Castilla-La Mancha. Estos nuevos impuestos son innecesarios y ponen en riesgo el atractivo inversor de las comunidades que los implantan", explica la AEE en una nota.

Hasta seis comunidades autónomas tienen concursos eólicos en marcha, parados o adjudicados. Galicia adjudicó 2.325 MW en noviembre de 2010, algo más de un año después de que el Gobierno regional de Alberto Núñez Feijóo anulara el primer concurso aprobado por el anterior Ejecutivo (PSOE-BNG) por "tachas graves de ilegalidad", según explicó la Xunta. Entre los adjudicatarios de la primera cita figuraban cuatro empresas conserveras, cooperativas lácteas y otras compañías ajenas al sector. La AEE denuncia la imposición de contraprestaciones como adjuntar sectores ajenos a la energía eólica bajo el pretexto de crear empleo, "porque aleja a los inversores", explican desde la AEE.

Ninguno de los 7.500 MW asignados por concurso está en marcha

Igual de grave para el sector es el canon eólico que esta misma comunidad exige en la implantación de parques. La Xunta justifica esta herramienta fiscal por "la generación de afecciones e impactos adversos sobre el medio natural y, por ende, sobre el territorio", dicta la norma. Pero desde las eólicas se exige más coherencia. "No negamos el impacto medioambiental, pero el canon solo tendría sentido si incluyera otros sectores, como la edificación o los tendidos eléctricos", argumentan desde la AEE. Desde este organismo se menciona, además, la contradicción de aplicar un canon ambiental sobre una actividad que pretende, precisamente, contribuir al desarrollo de una economía baja en carbono y menos contaminante.

Castilla-La Mancha también se ha sumado a la imposición de un gravamen eólico. Cantabria siguió esta misma estela, pero al final el Gobierno regional dio marcha atrás. Extremadura incluso exige a las empresas candidatas la creación de tres empleos por cada MW instalado en sectores que no estén directamente relacionados con el aprovechamiento del viento y aplica un impuesto directo sobre la facturación del parque. La patronal denuncia que toda esta retahíla de medidas fiscales restan competitividad al sector en un momento ya complicado por la nebulosa normativa. Hay que tener en cuenta que gran parte de los concursos no entraron en el registro de preasignación del Gobierno, lo que significa que no tienen ningún marco retributivo más allá de 2013. "El sector eólico no funciona a dos años vista, necesitamos visibilidad regulatoria", añaden desde la AEE.

De los casi 7.500 MW adjudicados en estos concursos no se está moviendo ni uno, critican las empresas, "porque las compañías no saben cuál será el sistema de primas más allá de 2013", explican. Podrían acudir al mercado sin más, pero el valor del megavatio español es muy bajo por la caída de la demanda energética y la abundancia de agua, que ha impulsado la producción hidráulica. El precio medio del megavatio/hora en Europa se sitúa en 60 euros, frente a los 50 euros en España.

La marina no termina de arrancar

El Gobierno dio un paso importante hacia el desarrollo de la energía eólica marina con la aprobación, en 2009, del mapa con aquellas zonas del litoral aptas para la implantación de molinos en el agua. Pero desde entonces, el calendario que establecía 2016 como fecha aproximativa para que esta industria fuera una realidad sigue en vilo y todas las cifras sobre parques y megavatios son solo estimaciones.El principal problema continúa siendo, según las empresas españolas, la duda sobre cuál será la tecnología más adecuada para desplegar molinos por la costa española, debido a su difícil orografía marina. El mar del Norte aglutina la mayoría de parques eólicos offshore del mundo por las idóneas condiciones de viento y también gracias a la escasa profundidad del fondo marino a lo largo de varios kilómetros, lo cual facilita el anclaje de los pilotes con cemento.Sin embargo, el fondo marino del litoral español es muy profundo a escasos metros de la costa, lo que obligará a anclar las turbinas con cables o a instalar turbinas flotantes, más caras que las convencionales.

Las cifras

2.325 megavatios eólicos adjudicó la Xunta de Galicia en noviembre de 2010 mediante concurso público.2013 es el límite en el calendario normativo para la asignación de primas. No existe regulación más allá de ese plazo.50 euros vale el kilovatio/hora de media en España, frente a los 60 euros en Europa.

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