"No estoy seguro de que Bolonia mejore la universidad"
El catedrático y magistrado del Tribunal Supremo considera un acierto la reforma del Código Penal porque alinea a España con los países de su entorno
Bacigalupo se incorporó en marzo a la firma internacional de abogados DLA Piper como socio para su oficina en Madrid. Es catedrático de Derecho Penal y magistrado del Tribunal Supremo, donde ha pasado 24 años. Es un fichaje para el área de penal económico, tras la reforma del Código que extiende la responsabilidad a las personas jurídicas.
¿Qué supone para su carrera dar el salto a un despacho?
Supone una redefinición de mi actividad bastante importante, me permite ahora utilizar la experiencia de tantos años. No es la primera vez que voy a ser abogado, ya lo fui a los inicios de mi carrera.
¿Qué le atrae de DLA Piper?
Lo que me convence es la posibilidad de iniciar una puesta en práctica de ideas muy modernas en derecho penal. Ya no se trata solo de un derecho penal ejercido desde el punto de vista meramente acusatorio o defensivo, sino ejercido desde el punto de vista de la prevención de delito. Vivimos una etapa en que la autoprevención privada es uno de los temas esenciales de la vida empresarial.
¿Con qué se queda del ejercicio privado del derecho y del público?
En todas uno aprende. Se aprende el derecho, cómo se lo aplica y se lo concibe. Lo que ocurre es que la abogacía requiere además una reflexión sobre la estrategia, tiene que lograr que sus ideas sean aceptadas. Los tribunales tienen un punto de vista que no está condicionada por su cliente, sino que es mucho menos parcial.
¿Qué le llama la atención del funcionamiento de un despacho?
Lo primero que llama la atención es la integración importante de especialistas de distintas materias. El derecho penal económico requiere también de un conocimiento de otros ámbitos.
La reforma del Código Penal establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas. ¿Qué piensa?
En general no me parece mal. Hoy en el derecho europeo se ha difundido de tal manera esta tendencia que España no tenía otra alternativa.
¿En qué puntos cree que no se ha llegado suficientemente lejos?
Yo creo que no se ha visto la posibilidad de dejar claro en la ley que en las empresas, mediante programas de prevención -de compliance- eficaces y serios, pueda ser excluida la responsabilidad de la persona jurídica. Por vías interpretativas se puede llegar a esa tesis, vamos a ver qué dice la jurisprudencia cuando le toque pronunciarse al Tribunal Supremo. Pero la opinión dominante es que un buen programa de compliance debería conducir ya con el derecho vigente actualmente a la exclusión de la responsabilidad y no solo a la atenuación que propone el artículo 31 bis.
¿Cuál es el principal acierto de la reforma?
Que sitúa a España en el derecho penal moderno, donde ya no existen sujetos individuales solamente sino sujetos colectivos. España se pone en ese sentido ahora en el concierto europeo. Hay algunos países que prefieren una responsabilidad administrativa, pero creo que el procedimiento penal ofrece muchas mayores garantías para las empresas que el administrativo.
¿Qué recorrido le ve a los departamentos de penal económico?
El compliance no es solo elaborar un código de conducta, es un aspecto preventivo de la empresa que requiere un sistema de prevención con medidas concretas. La ley exige que haya dentro de la empresa procedimientos para descubrir hechos, lo que significa que tiene que haber investigaciones. Esta tarea tendrán que realizarla equipos en los despachos que estén en condiciones de hacerlo, para lo que se necesitan equipos con suficiente experiencia en investigación de hechos y la obtención de pruebas.
¿Cómo ve los estudios de Derecho en el marco de Bolonia?
Mi actividad académica está concentrada en la investigación. Me alegro muchísimo de no tener que luchar con el nuevo sistema de Bolonia. No estoy seguro de que vaya a mejorar la universidad española con el sistema de Bolonia. La cuestión de la universidad no depende de los sistemas sino de cambiar muchos aspectos. Bolonia, por ejemplo, no resuelve el exagerado grado de burocratización de la universidad.
¿Qué retos tiene la universidad?
Uno de los retos importantes de las facultades de Derecho es la integración estable y esencial de la docencia y la investigación. Esta sigue siendo una actividad privada de los profesores, que con mucho esfuerzo también investigan.
"Hay que revisar la formación de los jueces"
¿Qué le parece la ley de acceso a la abogacía?
Es buena idea. El acceso a la profesión jurídica requiere un conocimiento del derecho mucho más aplicado que el teórico y estático que se da en la universidad. Los juristas necesitan mucho más quirófano que lo que la formación universitaria actual les brinda.
En el poco tiempo que lleva en DLA ¿ha cambiado su opinión de la justicia?
Entre los aspectos que necesitan una solución más urgente está el del tiempo que se demoran los procesos. La otra cuestión que es sumamente importante es la de lograr que la justicia tenga un sistema unificado de aplicación de todo el orden jurídico, una instancia unificadora que es el Supremo como los tribunales de casación en toda Europa. Los proyectos de reformas, por el contrario, tienden a reducir la competencia del Supremo y ello es ampliar la dispersión en la interpretación de las leyes.
La mejora de la justicia, ¿depende más de voluntad política o de presupuesto?
El presupuesto que tiene la justicia no es insignificante, es bastante adecuado. Habría que mejorar la productividad, lo que permitiría una mayor rapidez. A lo mejor habría también que revisar los métodos de formación de los jueces y reestructurar la forma en que estos progresan en su ejercicio profesional. Tal vez no deberían empezar ocupando cargos unipersonales sino en tribunales colegiados, porque el juez está con otros compañeros más experimentados.
¿Le preocupa la imagen de politización?
En la justicia ordinaria, si hubiera politización, es corregible, porque un juez puede tomar una decisión politizada, pero luego puede ser revisada por otro tribunal. Una justicia que tenga un nivel técnico alto reduce al mínimo la posibilidad de politización. En el Tribunal Supremo he visto casos con consecuencias políticas. Mentiría si dijera que alguna vez he visto que mis compañeros decidían en primera línea en forma partidaria.