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El aprendizaje puede empezar desde el mismo nacimiento

Aprender mandarín se convierte en cosa de niños

Aprender mandarín se convierte en cosa de niños
Aprender mandarín se convierte en cosa de niñosThinkstock

Ser niño se complica. Por sorprendente que parezca (ya que disponen de todas las posibilidades de ocio imaginables), su situación ha cambiado enormemente en los últimos años. En buena medida por la conciencia que deja la crisis de que el futuro laboral pasa por la formación, incluyendo materias antes reservadas a los adultos. La creciente preocupación por el futuro de los hijos y los recursos de los que se dispone hoy en día precipitan los intentos de los padres por conseguir que el día de mañana su retoño tenga cualidades especiales que le hagan favorito en cualquier empresa. Como, por ejemplo, hablar chino.

Pocos idiomas son más complicados para un occidental que el mandarín. Entonación, caracteres, vocabulario... Todo son problemas para que un adulto pueda adquirir un nivel útil para su carrera. Sin embargo, de todos es sabido que los niños aprenden más rápido y con más facilidad y destreza. Con esta idea, y la vista puesta en la economía de aquí a 15 años -cuando China sea la primera potencia económica mundial-, la demanda de clases de chino para niños ha aumentado enormemente en los últimos años en Europa y, especialmente, en Estados Unidos. Los Juegos Olímpicos de Pekín, sin duda, también han supuesto un gran empuje para el mandarín en el mundo.

En España, la situación no se ha desarrollado tanto, pero la moda del chino va instalándose poco a poco también entre los más pequeños. Las ideas más sorprendentes e innovadoras proceden de pequeñas empresas, como Enjoy Mandarin, que oferta actividades desde el mismo nacimiento. Una de sus creadoras, Raquel Rubio, señala que su propio hijo, de dos años de edad, ha podido comprobar los beneficios de estudiar esta lengua a tan temprana edad, lo que le otorga la confianza necesaria para recomendar estas actividades.

Entre los servicios que ofrecen, en toda la Península, destacan los grupos de juegos y talleres para niños en mandarín, cuidadoras que se comunican con el niño en chino, campamentos, fiestas temáticas... Las posibilidades son muchas, aunque todavía no hay demasiadas empresas en España que se dediquen a estos servicios. Rubio destaca que la idea surgió cuando ella buscaba una cuidadora para su hijo cuya lengua materna fuera el mandarín y comprobó que no existían compañías encargadas de conseguir esa clase de personal.

En Madrid solo algunos colegios privados y concertados (El Valle, Ramón y Cajal o el Colegio Internacional Altair) ofrecen chino como actividad extraescolar, además de las academias y la Escuela Oficial de Idiomas.

Asimismo, el próximo septiembre abrirán dos colegios concertados en Torrejón y Tres Cantos, Humanitas Bilingual School, que proclaman que el chino será el gran activo del colegio, con clases desde la educación infantil y, por primera vez en la comunidad, dentro del programa curricular.

Pero la referencia en esta materia es la Comunidad Valenciana. Y es que el 17% de las exportaciones de esta región tienen como destino China. Un total de diez centros públicos imparten como materia optativa, y fuera del horario lectivo, la asignatura Introducción a la lengua y cultura china, incorporada para los alumnos de tercero y cuarto de la ESO (14-16 años), con profesores nativos chinos de la fundación de Hanban. En el actual curso escolar hay 200 alumnos inscritos, y en vista del éxito que ha tenido su implantación, la Generalitat Valenciana proyecta extender su enseñanza a los centros de Formación Profesional.

Y para los más pequeños, el Instituto Confucio de la Universidad de Valencia, que lleva tres años ofreciendo clases de mandarín a niños de entre 6 y 16 años. Actualmente 80 menores aprenden chino en sus aulas, y, según el director del Instituto, Vicente Andreu, el próximo año esperan llegar a 120 alumnos: "Cada vez notamos que vienen más niños a aprender chino, con un incremento en el último año de entre un 30% y un 50%".

La mayor parte de los jóvenes que aprenden chino en sus aulas son españoles, pero también hay niños asiáticos adoptados. Los progenitores, según Andreu, "son personas interesadas en buscar una visión más amplia de las culturas del mundo, y han visto que el chino es lo que más se está desarrollando y que tiene mucho futuro, y de alguna manera les inculcan ese interés a sus hijos". Además, "la mayoría de los niños continúa al año siguiente".

El chino se impone en EE UU

Solo en la ciudad de Nueva York, alrededor de 80 colegios enseñan mandarín a sus alumnos, con algunos programas que empiezan incluso en el jardín de infancia. Hace diez años, en todo EE UU había 300 escuelas que ofrecieran clases de mandarín a sus escolares. Hoy la cifra ha aumentado hasta 1.600. Un dato más que sorprendente en un país en el que ser bilingüe es algo excepcional.Pero no solo los colegios enseñan chino a los niños. Para conseguir un buen nivel de mandarín las fórmulas son más que diversas: desde contratar personal de servicio o niñeras asiáticas, hasta clases extraescolares a edades muy tempranas.Sin embargo, a pesar del furor desatado en torno al chino, algunos autores se muestran escépticos ante el auge del idioma, ya que, según las previsiones, en el año 2050 casi el 30% de la población estadounidense hablará en español. Asimismo, los intercambios comerciales con países de América Latina aumentarán, y muchos norteamericanos pasan sus vacaciones en países de habla hispana.Nicholas Kristof, columnista de The New York Times, titulaba un artículo a este respecto: "Primero hay que aprender español y después, chino".

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