El mercado recela de los métodos del test de estrés a la banca
La metodología del test de estrés al que se someterá la banca europea despierta cierto recelo en el mercado. Por un lado, se valora la definición homogénea de solvencia, la eliminación de los híbridos del cómputo de capital y unos escenarios económicos más estrictos. Aunque también hay críticas a la contabilización de las ayudas públicas o a la profundidad del examen en cada país.
Llega el momento de la verdad y está por ver si los esfuerzos de Europa por dar credibilidad a la prueba de esfuerzo surgen el efecto deseado. El endurecimiento de la definición de solvencia, que este año solo incluye capital, reservas y ayudas estatales, se ha valorado positivamente a pesar de que el requisito de core Tier 1 se ha dejado en un mínimo del 5%, lejos del 8% o del 10% que exige el Banco de España.
En el mercado se aplaude que a diferencia del pasado ejercicio, cuando se permitió que cada regulador utilizara sus definiciones de capital, este año los criterios los establezca la Autoridad Bancaria Europea. Y según anunció el viernes las acciones preferentes y los instrumentos híbridos quedan fuera de la definición, algo que dota de mayor credibilidad a la prueba, según los entendidos.
La noticia, de hecho, ha causado cierto revuelo en Alemania donde algunas entidades regionales que tienen las llamadas "participaciones silenciosas" de carácter público -una especie de híbrido sin derecho de voto- pueden verse en apuros. De hecho, Landesbank Hessen-Thueringen, el quinto banco estatal del país, comentó ayer que busca fórmulas para convertir esas participaciones en capital antes del test y mismo Budesbank aseguró que sí se contabilizarán.
Las nuevas exigencias también tendrán efecto en España. Todo indica que los bonos obligatoriamente convertibles en acciones, instrumento que sí contabilizan como capital bajo las nuevas exigencias del Banco de España, no computarán para los test. Bankinter o Pastor han optado por emitir este tipo de instrumentos recientemente para ajustarse a esos nuevos requisitos del regulador español, al tiempo que La Caixa ha anunciado su intención de hacerlo próximamente.
"Es probable que el Banco de España incluya el efecto que tendrán en la solvencia. Tendrá interés en reconocer los convertibles. En cualquier caso si no se incluyen la prueba va a tener más credibilidad. Es un capital más limpio sin los híbridos", explican desde una entidad.
La ministra de Economía, Elena Salgado, cree que "hasta la última caja de ahorros pasará la prueba", algo que los expertos no descartan puesto que incluso sin los convertibles, una exigencia del 5% es muy inferior a la del propio regulador. "El resultado no creo que sea catastrófico porque se exige el 5%", explica Lorenzo Dávila, del IEB, un experto que cree que el mercado valorará más que se someta a todo el sector a prueba, a diferencia del resto de países.
España examinará a 24 entidades, Alemania hará pruebas a 13, Grecia a seis, Italia a cinco, mientras que el Francia, Portugal, Holanda, Reino Unido y Sucia tan solo harán el examen a cuatro entidades.
La incorporación de supuestos económicos más duros que en la prueba de 2010 también se valora positivamente. Las dudas, para muchos están en la filosofía de la prueba. "El análisis adolece de debilidad desde el fundamento. Habría que sacar la información de los bancos. No pedir que la den. El problema es que no nos creemos los balances", explica Félix González, de Capitalia Familiar.
El hecho de que no todos los países se retraten por igual o que se contabilicen las ayudas públicas como capital son otras grandes críticas que recibe la prueba. Eso sin contar otras como el hecho de que el examen se haga con los datos a 31 de diciembre de 2010 o que se computen quitas únicamente a las carteras de trading de los bonos soberanos en vez de aquellos a vencimientos. "Entre el 70% y el 80% de los bonos está en la cartera de inversión. Esa se sigue valorando a precio de compra, no a precio de mercado", añade González.
La EBA, autoridad que nació en enero, se juega su credibilidad después del desprestigio que causó que la banca irlandesa aprobara en 2010. Los reguladores de cada país deberán enviar los resultados de los test de estrés a la banca europea el próximo 29 de abril y se espera que los resultados se publiquen a final de junio. Entonces se verá la reacción del mercado.
El cómputo de las ayudas públicas despierta las mayores críticas
Hipótesis que se barajarán en la prueba
España El Banco de España someterá al test de estrés a 24 entidades, número que podría aumentar a 25 si se tiene en cuenta la ruptura de Banco Base, prácticamente la totalidad del sistema financiero.En el escenario más adverso se contemplará una caída del PIB del 1% en 2011 y del 1,1% en 2012; y una tasa de paro del 21,3% en 2010 y del 22,4% en 2012.Alemania Examinará a 13 entidades, entre las que se incluyen las principales del sistema financiero y a los Landesbank, el equivalente a las cajas españolas. Eso sí: el sistema total tiene 1.000 entidades.En el escenario más adverso se contempla una caída del PIB del 0,9% en 2011 y subida del 0,6% en 2012, además de una tasa de paro del 6,9% en el peor escenario.Reino Unido Someterá al test de estrés a cuatro entidades del sistema financiero británico, en concreto a RBS, HSBC, Barclays y Lloyds.En el supuesto más adverso se contempla una caída del PIB del 0,7% en 2011 y un crecimiento del 0,9% en 2012. En cuanto a la tasa de desempleo se contempla un 9% en 2011 y un 10,6% en 2012 en el peor de los casos.