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Necesidad de obtener liquidez

Las cajas ponen en la picota a 10 cotizadas

El sector financiero gira 180º y la situación de las cajas de ahorro se cobra víctimas colaterales. La participación que tienen estas entidades en algunas cotizadas pone en jaque a 10 compañías, entre las que se encuentran Amper, GAM y Tubacex.

La complicada situación financiera de las cajas de ahorro españolas tiene muchas más consecuencias que la propia reestructuración del sector. Y es que las participaciones que tienen en algunas cotizadas añade presión vendedora a algunos valores ante las posibles desinversiones.

En concreto, Amper y GAM lideran el ranking. Caja Badajoz tiene un 14,9% del capital de Amper, con lo que el valor de su participación asciende a 20,3 millones de euros, mientras que Caja Cantabria y Banca Cívica poseen un 14,2% de GAM.

Pero no son las únicas que se ponen a tiro. Banca Cívica tiene un 8,8% de Tubacex y un 7,4% de Fluidra. Sol Meliá también afronta una delicada situación, ya que la maltrecha Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) tiene un 6% de su capital. Por detrás se colocan San José, de la que Cajastur tiene un 5,5%, Natra, con un 5,3% de su capital en manos de CAM, y Enagás, Ence e Indra, participadas en un 5% por Caja Cantabria.

El valor de las participaciones de las cotizadas más afectadas por eventuales ventas asciende a unos 540 millones de euros, pero la cartera industrial completa de todas las cajas de ahorros españolas asciende a 25.000 millones, según un reciente informe del sector publicado por Merrill Lynch. La Caixa y Bankia son las entidades con más inversiones en Bolsa, con más de tres de cada cuatro euros del total.

El banco de inversión estadounidense avisa de la posibilidad de que las participaciones en compañías cotizadas se convierta en una vía para que las cajas obtengan liquidez, pero añade que esas desinversiones potenciales solo tendrían sentido si generan plusvalías. En caso de que el precio de venta sea inferior al de adquisición, no solucionan nada de nada. Al contrario, tendrían que registrar las pérdidas correspondientes.

Merrill Lynch agrega que las potenciales ventas podrían tener un "coste de oportunidad en términos de negocio bancario", que dejarían de recibir los dividendos correspondientes y que en algunos casos sería complicado vender a precios atractivos, ante la limitada liquidez de los valores que tienen en cartera.

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