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A fondo

ârdago a los grandes de la aeronáutica

El duopolio que desde hace décadas mantienen Airbus y Boeing en la industria aeronáutica cuenta ya con rivales que pueden comenzar a hacer sombra a los dos gigantes de la aviación comercial. Quizás no a corto plazo, pero sí en 15 o 20 años, porque las bases ya se han sentado.

A finales de la semana pasada, el grupo canadiense Bombardier (el tercer fabricante mundial de aviones) y el chino Comac firmaron, en Shanghái, un acuerdo marco de colaboración para cerrar una alianza estratégica a largo plazo en el campo de la aviación comercial. Un pacto que es un verdadero órdago para sus rivales.

Los términos del acuerdo hechos públicos son, ciertamente, vagos: "explorar posibles colaboraciones" en sus actuales estrategias de comercialización y de relación y apoyo a los clientes, así como "analizar la posibilidad de cooperar" en áreas comunes de sus principales apuestas actuales (los aviones de la serie CS de Bombardier y los C919 de Comac) y en nuevos productos que puedan desarrollar en el futuro.

La realidad es que este pacto de intenciones va a tener aplicaciones bastante concretas. Como ha explicado Benjamin Boehm, uno de los responsables del negocio internacional de Bombardier, al diario canadiense Montreal Gazette, las empresas se han dado un año para ir firmando nuevos acuerdos en áreas específicas. ¿Dónde puede haber interés? En aerolíneas para las que los aviones de Bombardier (hasta 145 asientos) y los de Comac (entre 150 y 200 asientos) puedan ser complementarios; en suministradores de elementos clave para las aeronaves (fabricantes de sistemas, proveedores de trenes de aterrizaje...); y en la compra de materias primas (ambas empresas usan una aleación de aluminio y titanio similar).

Sin embargo, el potencial del acuerdo es de mayor calado y lo que está sobre la mesa es la parte más rentable del mercado mundial de aviones comerciales: el de los aviones de pasillo único (hasta 200-210 plazas). Este nicho es el que, según las previsiones de los fabricantes, va a crecer más en los próximos 20 años, con una demanda que va desde los cerca de 18.000 aviones que estima Airbus a los 21.150 que prevé Boeing. Una porción del mercado que vale unos 1,19 billones de euros, según el último informe sobre el futuro del sector elaborado por el grupo estadounidense.

¿Y cuál va a ser la región del mundo en la que la demanda de aviones crecerá de forma más acelerada? En la zona de Asia-Pacífico, que concentrará un tercio de los pedidos de nuevas aeronaves en las próximas décadas. Y, en esta zona, será el mercado chino uno de los que marque la pauta.

Por eso el movimiento de Bombardier es clave. En estos momentos, China concentra el 10% de la cartera de pedidos de Airbus y Boeing en aviones de un solo pasillo, comandados por sus modelos más rentables, los A-320 y los 737, respectivamente. Airbus, incluso, ya cuenta con una línea de montaje final en el país (en Tianjin) para este tipo de aeronaves.

Un mercado pujante

El acuerdo con Comac permite a Bombardier entrar, como socio preferente, en uno de los mercados más pujantes, lo que probablemente le dará la posibilidad de conseguir contratos de aerolíneas chinas que relancen sus aviones de la serie CS, que empezarán a volar a finales de 2013 y cuyas ventas se han estancado en las 90 unidades. Es cierto que su modelo de avión es algo más pequeño que el que ofrecen los dos gigantes aeronáuticos, pero también es más moderno y ofrece unos consumos de combustible muy eficientes, lo que inclinará la balanza a su favor en algunos clientes.

Por su parte, Comac, con su C919, que sí está en el rango de los A-320 y los 737, puede lograr que Bombardier le abra la puerta a la exportación en los mercados de Europa y América, aprovechando su experiencia comercial y el apoyo de sus servicios de reparación y mantenimiento. El desafío no ha hecho más que empezar.

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