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Se paraliza la actividad

El seísmo asesta un golpe a la economía nipona

El terremoto ha obligado a cerrar puertos, a clausurar fábricas de automóviles y de electrónica, refinerías, centrales nucleares en la tercera mayor economía del planeta. Los analistas temen una recaída del país cuando estaba a punto de iniciar la recuperación.

"Este desastre natural podría provocar otro repunte en la aversión al riesgo de los mercados" tras la crisis desatada en el mundo árabe y, fundamentalmente, en Libia, aseguró hoy el banco alemán Commerzbank en un informe. "La demanda de petróleo podría caer en el país, al menos temporalmente, debido al terremoto". El crudo, de hecho, está cotizando a la baja en el mercado de Londres.

Varios aeropuertos (incluido el internacional de Tokio, Narita) han cancelado sus vuelos. Toyota detuvo la producción en dos plantas de ensamblaje y una más de elaboración de componentes. Nissan paró el trabajo en cuatro factorías, que no abrirán hasta el domingo. Dos trabajadores, incluso, han fallecido tras desplomarse un muro en una planta de Honda. Sony puso el candado a seis instalaciones fabriles.

Además, todos los puertos han detenido su actividad, con una paralización total de las actividades de desestiba. La minera Mitsui Mining aseguró que en su central de zinc de Hachinohe, con una capacidad de 112.000 toneladas al año tuvo que paralizarse. La refinería JX Nippon Oil & Energy Corp detuvo su producción en tres plantas, con un incendio en los almacenes de Cosmo Oil Co . Estas dos compañías producen el 20% del combustible refinado del país. "Esto es un desastre", aseguró a Reuters un agente del puerto.

Mitsubishi Chemical, por su parte, tuvo que paralizar las operaciones de refino de naftaen la factoría de Kashimadespués de un apagón. La unidad produce 828.000 toneladas al año de etileno, el 11% de la capacidad total en Japón.

Esta catástrofe y sus consecuencias ponen en riesgo la recuperación de la economía nipona tras la contracción sufrida en el cuarto trimestre de 2010 y de la que estaba a punto de salir. El primer ministro, Naoto Kan, estaba luchando por convencer a las agencias de rating de que controlaría la deuda pública del país, la más abultada del mundo. Pero lo que está ahora encima de la mesa es un aumento del presupuesto, y del gasto público, para financiar los esfuerzos de reparación de las zonas afectadas.

Así lo aseguró un alto cargo del Ministerio de Finanzas, según la agencia Bloomberg. El Gobierno japonés primero tiene que examinar el impacto del terremoto en la economía. Después, valorará el uso de cerca de 8.700 millones de euros de fondos discrecionales, según esta misma fuente.

"Lo ocurrido es realmente lo peor que podría pasarle a Japón y en el peor momento", ha manifestado el analista Nouriel Roubini. De momento, el selectivo Nikkei cayó un 1,7%.

"Es difícil estimar el impacto económico ahora mismo," señaló Takuji Okubo, economista de Société Générale en Tokio, en declaraciones a Bloomberg. "Estoy seguro de que este terremoto reducirá la producción manufacturera japonesa".

Con todo, la economía puede capear el golpe, que recuerda el gran terremoto de Hanshin, que afectó a la ciudad portuaria de Kobe en enero de 1995, explica Richard Jerram, responsable para Asia de Macquarie. Mientras que la producción industrial japonesa cayó un 2,6% en el mes del terremoto de Kobe, rebotó un 2,2% el siguiente y un 1% en marzo. Y la zona afectada por el terremoto de hoy es representa una parte más pequeña de la economía de lo que suponía Kobe. Así que hay esperanzas.

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