El 77% del ahorro de las familias españolas está en la vivienda
La Fundación de Estudios Financieros ha elaborado un informe sobre el ahorro de las familias españolas que desvela que el 77% de su patrimonio estaba invertido en vivienda en 2010, y solo el 23% en activos financieros. Los expertos auguran cambios en este sentido, pero a largo plazo.
Los españoles siguen prefiriendo el ladrillo como inversión. Así lo ratifica un informe elaborado por la Fundación de Estudios Financieros (FEF) presentado ayer en la Bolsa de Madrid de la mano de Juan Carlos Ureta, presidente de la institución, y Domingo García Coto, que ha dirigido el análisis y que es responsable del servicios de estudios de Bolsas y Mercados Españoles.
El estudio concluye que en 2010, el 77% del patrimonio de las familias estaba invertido en vivienda y el 23% restante en activos financieros. Y a pesar de la crisis y del estallido de la burbuja inmobiliaria, el interés de los inversores por el sector ha ido en aumento. La exposición a activos financieros se ha reducido en los últimos 13 años, ya que en 1997 suponía el 29% sobre el total, mientras que la vivienda ha escalado desde el 71%.
Estas cifras tienen una lectura clara para José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía: "A largo plazo, las familias deben reorientar su inversión y dar menor peso al patrimonio inmobiliario. Hay que buscar un modelo económico estable, con un crecimiento sostenible en el tiempo y con menor volatilidad", dijo en la clausura del acto.
Las acciones siguen siendo un producto difícil para los hogares
Campa confirmó que la actuación del Gobierno va encaminada ya a fomentar ese cambio con la eliminación desde el 1 de enero de 2011 de la deducción fiscal por la compra de vivienda para contribuyentes con rentas medias y altas. "Si queremos que dentro de 20 años los datos del patrimonio de las familias no sean como los de ahora tenemos que ir por reformas a largo plazo de mayor impacto, y en este sentido es importante la mejora en la fiscalidad", subrayó Campa.
Desde un punto de vista más general, Domingo García Coto manifestó que "se van a producir grandes oportunidades de inversión en el mundo", y que por ello "es necesario recuperar la confianza para que España se convierta en un destino de la inversión". Y conseguirlo no será fácil. Domingo García Coto apeló a la necesidad de que tanto los supervisores y entidades financieras sean generadores de esa credibilidad. A su juicio, los supervisores además de proteger a los inversores, deberían perseguir y prevenir los conflictos de interés producidos en las entidades financieras y entre los propios reguladores. También dijo que es preciso "un refuerzo de la cultura financiera de las familias". "El 93% de la distribución de los productos de ahorro se realiza a través de las entidades bancarias, que terminan por influir en la decisión del cliente", manifestó. En cuanto al sector inmobiliario, explicó que debería conducirse a "una diversificación del modelo, que podría dar lugar a la creación de productos financieros que incorporaran el alquiler".
El estudio realizado por la Fundación de Estudios Financieros recoge, por otro lado, que la inversión en acciones sigue siendo "un producto difícil" para las familias. "Es muy complejo, cíclico y con una comercialización defectuosa", indicó Domingo García Coto. Como solución, la FEF propone ampliar la oferta bajo la incorporación de empresas de tamaño medio y el diseño de "algún incentivo deslumbrante, casi cegador".
La armonización con Europa es, asimismo, uno de los factores que los expertos del estudio consideran relevantes. La FEF señala que a pesar de que se han dado avances en este sentido, como ha ocurrido con la aprobación de la Mifid, aún persisten la diferencias entre países y que hay escasa uniformidad en el tratamiento fiscal del ahorro o en la cobertura de depósitos bancarios.
Por su parte, Juan Carlos Ureta considera que "el ahorro interno se perfila como la clave de la economía, en el sentido de que sea capaz de reducir su dependencia del exterior". "Las familias van a recuperar su posición como principal administrador de fondos", dijo. Ureta contempla "una profunda transformación en los activos financieros" y "un momento de oportunidad único para orientar el comportamiento de ahorro de las familias".
Guardar menos para crecer más
La tasa de ahorro de las familias españolas ha crecido de forma excepcional durante la crisis. El ratio superó el 18% sobre la renta disponible en 2009 y 2010, cuando en Alemania fue del 16,5%.En este sentido, José Manuel Campa comentó que si el ratio se aproximara a la media europea, es decir, que bajara dos puntos porcentuales en 2011, tendría un impacto positivo del 1% en el crecimiento de la economía española. Para ello será necesario restablecer la confianza, según Campa, así como "la implantación de medidas, como las que se están llevando a cabo, que incentiven la demanda interna".El secretario de Estado de Economía apuntó que la tasa de ahorro de las familias es "un arma de doble filo para la economía, ya que si no gastan no consumen", una circunstancia clave si se tiene en cuenta que el 50% del PIB es gasto privado. "Nuestras familias son ricas, con un alto nivel de patrimonio, pero está muy concentrado en activos inmobiliarios, que tienen una liquidez baja", explicó.
El cliente, el primero
El estudio de la FEF concluye que el mercado del ahorro debe dejar de estar orientado al producto para centrarse en el cliente. Para ello debe utilizar el asesoramiento y las nuevas tecnologías y erradicar los conflictos de interés. El cliente también precisa de una formación.