Un análisis de las resistencias a nazis y soviéticos
Los movimientos de resistencia popular contra el nazismo han capturado la imaginación de los aficionados a la historia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El historiador José María Faraldo, profesor de la Universidad Complutense, los pone en su lugar en el libro La Europa clandestina (Alianza), el primer trabajo escrito en España que compara la oposición a las ocupaciones nazi y soviética y hace un balance de su significado y valor.
"En líneas generales, estos movimientos de resistencia no tuvieron tanto impacto en el desarrollo de la historia europea del momento como se piensa, pero resultan interesantes para comprender la forma de pensar del momento y las alternativas a los totalitarismos", explica Faraldo, que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional realizando estudios sobre Europa Central y Oriental en universidades alemanas.
Aunque los episodios más conocidos de la resistencia son los vividos en Francia -"empezaron tarde, con muy fuerte financiación inglesa, y apenas tuvieron impacto real", explica Faraldo- y con el trágico levantamiento de Varsovia, el autor destaca otros episodios menos conocidos como el alzamiento eslovaco de 1944: "Fue más extenso, por todo el país en lugar de urbano, y terminó en un baño de sangre increíble, con decenas de miles de represaliados".
El último "resistente", curiosamente, fue un estonio fallecido al caer en un río huyendo de los soviéticos ya en los setenta, mientras que los partisanos rumanos aguantaron hasta entrados los sesenta escondidos en los Cárpatos.