Arco, apto para coleccionistas principiantes
La única condición para empezar a comprar es la pasión por la creación.
Yo no entiendo un coleccionista sin que tenga la pasión o la sensibilidad por el arte", afirma Elisa Hernando, directora de la firma de consultoría Arte Global, en referencia a las cualidades que debe poseer todo coleccionista. "Después, lo primero que debes hacer es identificar qué tipo de lenguaje te gusta y, a partir de ahí, debes pensar cuánto tiempo y dinero le vas a dedicar a tu colección", precisa.
La empresa que dirige Hernando ha sido elegida por Ifema para prestar el servicio First Collector en el marco de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco Madrid) que comienza el miércoles. Es un asesoramiento gratuito para primeros coleccionistas, en una iniciativa completamente nueva con la que la organización pretende impulsar las adquisiciones entre los aficionados al arte que todavía no se han tirado a la piscina.
Para solicitar este servicio, que también es gratuito para los galeristas, los aficionados pueden enviar un correo a una dirección habilitada por Ifema (firstcollector@ifema.es). Estará disponible durante el tiempo que dure la feria, del 16 al 20 de febrero. Después de recibir sus datos, los especialistas de Arte Global se reúnen con el aficionado para saber sus gustos y presupuesto. Con ellos, y a partir de la información sobre las obras expuestas en Arco, elaboran un dossier en el que le aconsejan qué obras encajan con estas premisas.
El documento incluye un mapa de la feria en el que están marcadas las galerías y las obras que pueden resultar interesantes para el usuario. El aficionado puede visitar solo la feria con este manual. "Hemos pensado que es mejor dejarles libertad para que vean las obras por sí mismos y, si finalmente les interesan, decidan si la compran o si negocian el precio con el galerista", afirma Hernando.
La consultora explica que, al entrar en contacto por primera vez con una pieza artística, resulta vital entender su mensaje, pero la compra no depende siempre de la primera impresión. "Lo importante es que la obra te toque, bien por su impacto visual, bien por su significado, algo que solo comprendes cuando te han explicado las motivaciones del artista", apostilla.
Respecto a las peticiones que han recibido hasta la fecha, Hernando precisa que no existe un perfil definido. "Tenemos de todo: gente joven y mayor, mujeres y hombres, gente que tiene un presupuesto mínimo, de 3.000 euros, y otros que disponen de 10.000 o de 100.000 euros. Los hay que ya han comprado algunas obras y los que no tienen nada. Lo que les une es que a todos les ha parecido atractivo que alguien identifique por ellos las obras que les pueden gustar", indica.
Ventajas
Según Hernando, comenzar una colección artística con la adquisición de obras de autores contemporáneos tiene una ventaja fundamental: el precio. Sin embargo, el arte no es territorio para cazadores de gangas: su perspectiva de revalorización es incierta.
Menos actividad por la crisis
Respecto a las perspectivas sobre esta edición de Arco, la consultora reconoce que la crisis está afectando al sector. "Se está reduciendo la compra de arte, pero la gente a la que le gusta sigue comprando. Si antes adquiría cinco piezas al año, ahora se conforma con dos o tres", indica.Hernando destaca que algunas de las obras que más le han llamado la atención en la oferta de Arco Madrid de este año son las de Abraham Lacalle y las de Secundino Hernández, de quien asegura que es un artista que está siempre innovando. En el ámbito del vídeo, destaca a Eugenio Ampudia. Remarca que son preferencias personales.Según lo cuenta Hernando, el inicio de una colección particular de arte parece un proceso sencillo. Pero para introducirse en el arte contemporáneo actual el aficionado debe estar dispuesto a perderse en un variopinto jardín. En él conviven diferentes lenguajes (figurativo, hiperrealista, abstracto o pop) y diferentes soportes (pintura, escultura, vídeo o montajes).También se mezclan los artistas consagrados con jóvenes promesas. Abundan las galerías con una larga tradición a la espalda y firmas de menor tamaño, que acaban de iniciar su andadura en un sector a medio camino entre la vocación y el negocio o que apenas cuentan en su cartera con un solo artista.
Un truco
En el caso de artistas vivos ya consagrados, los aficionados que cuenten con un presupuesto limitado tienen la posibilidad de adquirir obras menores de artistas que trabajan todos los soportes. Por ejemplo, un grabado de Tàpies puede costar unos 1.500 euros frente a los 200.000 que pueden llegar a costar algunas de sus pinturas.