Ni rastro del huerto solar en el horizonte
Los paneles solares fotovoltaicos pueblan extensiones de terreno baldío en España, después del boom de instalación en 2008. Puede gustar o no, pero tienen su función, como la torres de telefonía o los cables de alta tensión. La pregunta es: ¿perdurarán en el mismo sitio para siempre? ¿El día que dejen de funcionar quedarán ahí abandonadas, acumulando polvo y nidos de pájaros? La respuesta a nivel europeo es que no. Las empresas ya se están uniendo para que los módulos fotovoltaicos puedan reciclarse de forma que, tras cumplirse sus 20 o 25 años de vida útil, no quede ni rastro de su existencia.
PV Cycle es una organización sin ánimo de lucro que pretende hacer patente "el compromiso de la industria fotovoltaica de hacerse cargo de los módulos solares a través de toda su cadena de valor" y de "implementar un sistema voluntario de recogida y reciclaje de las placas fotovoltaicas". Tal y como recalca el director general de la asociación, Jan Clyncke, en una entrevista con CincoDías, su interés no es "hacer ningún tipo de lobby, sino trabajar y encontrar las mejores soluciones de reciclaje para estos productos".
Tal y como explica el directivo, no hay regulación que obligue al respecto ni países trabajando a este respecto. "Es una cuestión absolutamente voluntaria a la que se están adhiriendo las empresas", afirma. Según detallan en su página web al respecto de su misión, "la industria quiere diseñar toda una política de gestión de los residuos y reciclaje con los más altos objetivos de rentabilidad y respeto al medio ambiente". Clyncke, de hecho, añade que prefieren tener el sistema de gestión listo para luego lograr un acuerdo con la Unión Europea. Aun así, ya se han reunido con representantes políticos "en España, en noviembre de 2009, en Alemania, en Bélgica y en Francia", explica.
Hasta la fecha, se han adherido 120 empresas a la organización y "hay otras 40 en el proceso para hacerse miembros". Estas 160 compañías representan "más del 90% de los productos fotovoltaicos vendidos en Europa", según detalla Clyncke. El directivo señala, como hecho a tener en cuenta, que, lejos de interponer obstáculos a estas cuestiones medioambientales, los productores fotovoltaicos chinos que venden en Europa están muy involucrados en el sistema. "Tenemos 35 compañías chinas que pertenecen a PV Cycle. Son mayoría, en realidad", explica el directivo. Entre las asociadas españolas están Siliken, Isofotón, T-Solar y la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif).
Clyncke señala como uno de los objetivos principales de la asociación, "implementar la responsabilidad extendida del productor hasta el final de la cadena, el reciclaje". Además, pretenden trabajar para "aumentar la comunicación de su trabajo y sus procesos", para "conseguir que todas las empresas involucradas en el sistema" se adhieran a la organización.
A falta de un volumen apropiado de basura
El sistema de reciclaje de placas fotovoltaicas se ha puesto en marcha el año pasado y los resultados, aunque esperados, no son muy alentadores. "Solo recogimos 80 toneladas de material, poquísimo", detalla Clyncke. Aunque las previsiones de reciclaje que se realizaron en 2007, al crearse la asociación, marcaban una recogida de material para 2020 de 6.000 toneladas de residuos y de unas 130.000 toneladas para 2030, el directivo prefiere "no dar mucha credibilidad a esas previsiones" al ver los datos actuales. "Marcan 1.000 toneladas recogidas para 2011, lo que no parece muy viable", afirma. "No creemos que nadie empiece a desmantelar sus plantas antes de 2020 por las subvenciones que se otorgan", dice. De las placas solares se reciclan los metales, el cristal o los plásticos.