Estrellas europeas en 2011
Pese a las preocupaciones sobre la estabilidad de la zona euro, 2010 resultó ser más positivo para la economía europea de lo que esperábamos. Si bien algunos países sufrieron evidentes dificultades, en conjunto, Europa avanzó hacia la recuperación.
Entonces, ¿qué sucederá en 2011? Es evidente que dado el tamaño y el alcance del continente, es difícil pintar un cuadro general de las perspectivas económicas de Europa, pero si se hace país por país, está claro que están emergiendo algunas estrellas.
Alemania, por ejemplo, se ha erguido este año como la potencia económica de Europa. Siendo de lejos la mayor economía europea, ha asegurado su crecimiento al aprovechar las oportunidades de exportación incluso con más firmeza de lo que lo hizo antes de la recesión. Contribuye, por supuesto, el hecho de que Alemania produce productos muy demandados por las economías emergentes, como maquinaria y automóviles de lujo, pero las innovadoras soluciones que aportó el país durante los momentos económicos difíciles, también les situó en buena posición para aprovechar mejor la recuperación. De hecho, la política del Gobierno de pagar subsidios a los fabricantes para ayudarles a cubrir los salarios del personal, y evitar así despidos, ha permitido que las empresas alemanas aumenten rápidamente su producción y respondan a la creciente demanda de sus productos. El resultado es una economía alemana que en 2010 seguramente haya registrado un crecimiento superior al 3,5%. Es probable que el año que viene la demanda de los países emergentes sea menos intensa, a pesar de lo cual, Alemania espera registrar un crecimiento sólido que ronde el 2% en 2011.
Las empresas alemanas se beneficiarán de los efectos positivos que este crecimiento está teniendo en la confianza de los consumidores domésticos, que no destacan por tener un gran poder adquisitivo, pero que están empezando a ahorrar un poco menos y a gastar más, lo que sugiere que la fuerte recuperación de Alemania podría extenderse a partir del sector exportador.
Es probable que Turquía también continúe con su fuerte recuperación económica en 2011. Con bajos niveles de deuda pública y un sistema bancario que no ha sido afectado por la crisis financiera mundial, las empresas turcas podrán sacarle provecho a un país con una base de costes bajos y productos competitivos. A pesar de no fabricar productos con demanda en mercados emergentes como el de China, en la actualidad los fabricantes de Turquía exportan a los grandes mercados de Europa Occidental y, en los últimos años, han diversificado el destino de sus exportaciones, sobre todo hacia Oriente Medio, una tendencia que probablemente continúe.
De hecho, las operaciones de comercio internacional seguirán siendo importantes para muchos países europeos en 2011. Mientras que Polonia tiene un gran mercado interno que ofrece oportunidades a su sector manufacturero, países como la República Checa y Eslovaquia, en virtud de su menor tamaño, seguirán explorando las oportunidades comerciales que ofrece el extranjero.
En Reino Unido ha habido una fuerte apuesta política por el comercio internacional como medio para impulsar el crecimiento. Independientemente de si este hecho ha surtido efecto, sin duda, al igual que gran parte del resto de Europa, Reino Unido ha tenido un año mejor del que podría haberse previsto, con un crecimiento anual para 2010 que podría establecerse en torno al 2%. Las empresas británicas parecen optimistas ante 2011, y es probable que una libra competitiva le de un empujón a sus perspectivas.
Mientras los años anteriores hemos visto a los Gobiernos de toda Europa inyectar dinero a sus economías, está claro que 2011 será el año del ajuste fiscal, en el que las medidas que han sido adoptadas para corregir los grandes déficits de los Gobiernos, comiencen a funcionar. Países sin déficit presupuestario como Suiza, Noruega y Suecia, saldrán indemnes, pero en el resto de Europa, las empresas tendrán que ser conscientes del impacto que los recortes del gasto público pueden tener sobre sus perspectivas de futuro. Sin embargo, estos recortes no implican solo menos gasto gubernamental, sino también nuevas formas de gestionar ese gasto, con los organismos públicos cambiando sus procesos de licitaciones para intentar ser más eficientes. A modo de ejemplo, el Gobierno británico no tiene previsto gastar menos dinero público en 2011 - a pesar de que la falta de crecimiento en el gasto puede llegar a ser dolorosa-, sino más bien revisar la forma en que usa y paga por los servicios externos. Esta venta de valores al por mayor, traerá sin duda oportunidades a las empresas, que podrán lograr nuevos contratos y aportar soluciones más flexibles.
La oscilación entre estímulo financiero o reducción de personal, sin duda, pondrá a prueba a muchas empresas durante 2011. Además, en la eurozona existe la necesidad real de una estabilidad mayor y de soluciones tangibles a las emisiones de deuda. Para las empresas innovadoras, no obstante, sigue habiendo grandes oportunidades y, en muchos países, potencial de crecimiento.
Mark Berrisford-Smith. Economista sénior de HSBC