Culos de hierro a la mesa
A Simón Bolivar, el Libertador de América en su lucha contra los españoles, se le conocía como 'culo de hierro' por su aguante sentado sobre el caballo: se calcula que, entre victorias y derrotas militares, cabalgó unos 90.000 kilómetros.Por extensión, se conoce como un culo de hierro a quien es capaz de aguantar horas y horas sentado a una mesa negociadora sin dar su brazo a torcer.
Viene esto a cuento de las 14 horas que ayer dedicaron (y otras muchas más que llevan) los representantes de CC OO y UGT a negociar la reforma de las pensiones y el desarrollo de la reforma laboral. Por lo que ha trascendido, la negociación está encallada en la ampliación que pretende el Ejecutivo de 65 a 67 años de la edad de jubilación. Por muy prolongado que sea el periodo para su aplicación (lo cual quiere decir que, de darse una clara mejora de la economía, con el tiempo se puede dar marcha atrás), por muy progresiva que sea su puesta en marcha y muchas excepciones que incorpore, los sindicatos no la admiten y han hecho de este punto casus belli.
También se ha intentado avanzar en la reforma de la negociación colectiva. Pero ahí hay un nuevo escollo: la ultraactividad o, como quien dice, que a la hora de negociar un nuevo convenio se parta de cero y no se dé por consolidado todo lo incluido en el anterior. Un hueso duro de roer, porque la negociación colectiva, con su actual y anticuado modelo, es razón de ser y fuente del poder detentado tanto por los sindicatos como por la patronal; aunque sea sobre las espaldas de miles de empresas, encorsetadas en inflexibles convenios sectoriales y provinciales.
Hoy domingo siguen las negociaciones, y eso basta para esperar que impere el sentido común y se llegue a un acuerdo. UGT, el lunes, y CC OO, el martes, deben llevar algo a las reuniones previstas de sus órganos de dirección o corren el peligro de verse forzados a caer de nuevo en el error de convocar una huelga general, tras el fracaso del 29 de septiembre. Con dos diferencias: si el 29-S, menos en la industria, resultó un fracaso la huelga general, no ocurrió así con las manifestaciones vespertinas, en las que los ciudadanos y expresaron su malestar. Y, segundo, las pensiones sí son un factor altamente movilizador de la población.
En ciertos ámbitos se considera una gran virtud ser un culo de hierro, y el de los negociadores que estan en esta mesa es uno de esos campos. Aún así, menos mal que el Gobierno ha puesto fecha límite para alcanzar un acuerdo y, en caso contrario, legislar directamente. Porque después de años con los deberes por hacer, y de prórroga tras prórroga, aquí más que culos de hierro parece que hay caras de cemento.