Renta no fija
La presión que la crisis de Irlanda crea sobre la deuda obliga a transformar las carteras.
Los gestores y asesores de patrimonios se encuentran en este momento en un escenario en que la implementación de la asignación o parte conservadora de las carteras de inversión ha entrado en un periodo especialmente difícil. La parte final de este año ha traído el rescate de Irlanda y ha puesto en el punto de mira de los inversores a un peso pesado, España. Una de las consecuencias que muchos no previeron es que un potencial rescate de un país con una economía del tamaño de la española, pondría presión sobre la deuda de otros países de referencia de la zona y de la propia "referencia" en sí misma, Alemania.
Los rendimientos de la deuda de estos países de la Europa central (que en cualquier caso ya se encontraban con unos rendimientos históricamente bajos y unas valoraciones bastante ajustadas) tornaron al alza y los precios de sus bonos se vinieron abajo. Muchas carteras, Sicav o fondos que se encontraban profusamente nutridos de los "seguros" bonos alemanes, franceses, etc. han sentido con fuerza las minusvalías sufridas.
A modo de ejemplo, el conjunto de fondos disponible a la venta en España, pertenecientes a la categoría Lipper de Renta Fija Zona Euro, registró una pérdida media en el pasado mes de noviembre del 2,2%. El mal comportamiento ha continuado en diciembre y la rentabilidad en este año 2010 a punto de terminar, para una de las clases de fondos más importantes en el mercado español, será básicamente nula. Las pérdidas para la deuda de vencimientos largos ha sido más acusada y ni siquiera los fondos de deuda de la zona euro de corto plazo (los más conservadores) se han librado de unas significativas minusvalías en este último tramo del año, como puede apreciarse en el correspondiente índice Lipper en el gráfico central. Los fondos monetarios, la tradicional quinta esencia del bajo riesgo, apenas estaban tratando de recuperarse de los efectos devastadores de la crisis post-Lehman Brothers y van a cerrar otro año para olvidar. La combinación de tipos de interés en mínimos, comisiones de gestión elevadas y en el caso español el peso de un sesgo hacia deuda privada doméstica, hacen imposible que puedan aspirar a más que no cerrar el año en números rojos.
Con este panorama es lógico que la carga de las carteras con depósitos a plazo con elevadas tasas de interés no solo no remita sino que pueda intensificarse en el corto plazo. Sin embargo, es prácticamente imposible encontrar a alguien que no apueste por un nuevo episodio de crisis de la deuda de la eurozona en algún momento del primer trimestre del año 2011. Esta crisis, con probable epicentro en España, seguramente tendrá uno de sus focos de atención en sector financiero español. Tras el fiasco de los famosos test de estrés a la banca europea de este pasado verano y las constantes filtraciones de que la situación patrimonial y los resultados financieros de, en particular, un buen número de cajas de ahorro son bastante peores que lo estimado inicialmente, no puede extrañar que las dudas se extiendan sobre este producto de inversión también.
Sin ánimo de encender la mecha del pánico (la situación es gestionable incluso en un escenario de rescate) parece razonable no poner todos los huevos en esa cesta, como desgraciadamente un bien número de ahorradores españoles están haciendo. Diversificación y evaluar la medida justa para cada clase de activo y tipo de producto financiero son una de las funciones primordiales que deben llevar a cabo gestores y asesores.
Las autoridades económicas y particularmente políticas se encuentran claramente ante el dilema de más Europa (emisión de bonos comunes y otras medidas conducentes a una verdadera unión que permita el sostenimiento de la unión monetaria) o un retroceso de un calibre difícil de concretar. Mientras evalúan medidas varias para seguir poniendo parches y procrastinan, probablemente vamos a vivir próximos periodos de gran volatilidad que pasarán factura de nuevo a los supuestos activos seguros.
Ante este escenario la construcción de las carteras de inversión sólidas va a requerir de una gran habilidad. Existen abundantes opciones en el mercado (fondos de deuda, de retorno absoluto de bajo riesgo, de volatilidad, de materias primas; depósitos adecuadamente diversificados, inversión en deuda directa, etc.) para conseguir el objetivo de que la parte conservadora de las carteras cumpla con su objetivo de preservación del capital. En la sección dinámica de las carteras, aquella que busca obtener ese plus de rentabilidad sobre los tipos de interés de referencia o la inflación, las adecuadas combinaciones de riesgo (renta variable, divisa, crédito) de verán proporcionar los rendimientos buscados en el año 2001 más allá de los periodos puntuales de alta volatilidad.
EAFI, Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero
La deuda privada en 2011
El próximo 2011 la deuda privada también debería traer un comportamiento positivo en un contexto de continuación de la expansión económica moderada que estamos viviendo a nivel mundial en estos momentos.