La zona euro zanja la crisis irlandesa y pacta el futuro mecanismo de rescate
La Unión Europea zanjó ayer la refinanciación de la deuda irlandesa con mucho menos dinero de lo previsto y rechazó la propuesta alemana de condicionar en el futuro la ayuda financiera a una reestructuración de la deuda pública. Bruselas espera que ambos mensajes estabilicen hoy los mercados.
Sin dramatismos. Sin negociaciones nocturnas. Sin una carrera contrarreloj contra la apertura de los mercados. Los ministros de Economía de la UE prefirieron presentar ayer a los inversores su mejor cara de eficacia y tranquilidad. Y aprobaron el rescate de Irlanda en una sesión aparentemente tranquila que concluyó sin grandes aspavientos poco antes de las siete de la tarde. Incluso restaron importancia al hecho de que la cita fuera en domingo. "Empieza a ser habitual", bromeó la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, nada más terminar la reunión.
El mensaje de normalidad se completó con un trascendental acuerdo unánime sobre el futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES), llamado a sustituir a mediados de 2013 al Fondo Europeo de Estabilización Financiera que ayer estrenó Irlanda con un préstamo autorizado de 17.665 millones de euros, lo que deja casi intacta la caja de 440.000 millones de euros para otras posibles emergencias.
El MES incluirá la participación de los acreedores privados en los futuros rescates de países de la zona euro. Pero en contra de lo planteado por Berlín, esa premisa no se explicitará por adelantado ni será condición sine qua non para recibir la ayuda europea. "Se trata de una clarificación muy útil", celebró el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, uno de los primeros que alertó del impacto que tendría la propuesta alemana en el coste de la deuda pública de la zona euro. Para el francés, el acuerdo alcanzado ayer, tras varias conversaciones telefónicas entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, "deja claro que en la zona euro se aplicarán unos métodos en línea con los aplicados a nivel internacional".
España, una de las víctimas de las dudas sembradas por Berlín, también acogió con alivio el acuerdo. La nueva propuesta, señaló Salgado, "es mucho más clara, más ordenada y mucho más prudente que lo que estamos oyendo en las últimas semanas". La vicepresidenta recordó que el diferencial del bono español con el alemán se empezó a abrir a raíz del primer acuerdo germano-francés (el 18 de octubre) que mencionó la participación del sector privado. "Se calmó un poco con la declaración que hicimos varios ministros en Seúl", añadió Salgado, "pero como se seguía mencionando al sector privado sin aclarar exactamente qué se quería decir, el diferencial volvió a crecer".
La UE, acredora preferencail
El acuerdo, sin embargo, incluye elementos que pueden volver a espantar a los inversores. Sobre todo, porque convierte al MES en acreedor preferencial como el Fondo Monetario Internacional, lo que relega a los inversores privados a un tercer escalón en caso de insolvencia de un país. "Se ha hecho así para proteger el dinero de los contribuyentes", justificó Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro).