La CNMV ve correcto que el Estado intervenga en los mercados de deuda
El vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Fernando Restoy, dijo hoy que en situaciones de crisis los Gobiernos deben actuar sobre los mercados de deuda, "tal y como lo han hecho ya" en el sistema financiero.
Restoy recordó que "todos queremos que los mercados funcionen con los incentivos correctos", pero matizó que en la situación actual es obligación de los Estados garantizar los mecanismos que prevengan la estabilidad financiera.
Cuando se perciben riesgos para la estabilidad financiera, añadió, los Gobiernos deben actuar como lo han hecho, hasta el momento en las entidades financieras privadas y a partir de ahora en los mercados de deuda, donde las turbulencias pueden resultar negativos para la prosperidad económica general.
Restoy hizo estas declaraciones en el X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, durante el que recordó que la agenda regulatoria tras la crisis financiera ha estado guiada por las deficiencias observadas en las normas prudenciales, deficiencias que han permitido en primer lugar que las entidades financieras mantuvieran volúmenes de recursos propios "que se han mostrado insuficientes".
La consiguiente adecuación de capital ha causado, prosiguió, un proceso de innovación financiera desordenado y un elevado apalancamiento en hogares y empresas. Ante esto, indicó Restoy, varios gobiernos han inyectado fondos y garantizado no sólo los depósitos sino, de facto, también los pasivos. Esta decisión "era necesaria pero ha debilitado los incentivos que requiere el funcionamiento del mercado".
La nueva normativa, como la prevista en Basilea III, introduce nuevos requerimientos de recursos propios y de liquidez mínima exigible, además de "valorar la conveniencia de imponer requisitos específicos a aquellas entidades de importancia sistémica".
Según Restoy, la experiencia del pasado reciente arroja "lecciones contundentes sobre los excesos cometidos" y sobre las consecuencias adversas de la sobreacumulación de riesgos, por lo que se mostró partidario de que la regulación introduzca nuevos controles a la actividad bancaria, y limite así los riesgos asumibles por las entidades.
Estos cambios no solo tendrán efecto en los balances bancarios, dijo, sino también en la estrategia de negocio de las entidades, así como en su capacidad para intermediar en los flujos financieros.
Esta reducción del margen de maniobra de los bancos, aclaró, dependerá del papel que, en cada país, jueguen los bancos en la financiación de actividades productivas.
La situación de partida de distintas economías es muy distinta, dijo, ya que en España el crédito bancario supone el 40% de los pasivos de las sociedades no financieras, en tanto que en otros países no supera el 40%.
En este sentido, Restoy se refirió al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para pymes, que cuenta con un gran potencial de expansión "y lo tendrá mayor cuando se concrete una plataforma paneuropea", y se mostró partidario de que las empresas reduzcan su dependencia de la financiación bancaria y accedan en mayor medida a los mercados.
No obstante, reconoció que en España la emisión de deuda en los mercados tiene una importancia residual, por lo que tenemos en cambio un amplio margen en el papel de los mercados como canalizadores de estos flujos.
Al ser España un país "altamente bancarizado", concluyó, hay que estar atentos a la forma en la que las entidades bancarias se adaptan al nuevo entorno regulatorio y comprobar cómo afecta a los canales de financiación de las empresas.