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Un plan de choque para las cuentas de EE UU

La Comisión Presidencial para estudiar cómo reducir la deuda de EE UU ya tiene un borrador que fue presentado ayer al público por sorpresa puesto que no se esperaba nada tan concreto hasta el 1 de diciembre. Las 50 páginas en las que se contiene el plan desgranan una terapia de choque que pasa por reducir fuertemente el gasto, los impuestos, las pensiones y el Medicare. Lo que sube, ligeramente, es el impuesto sobre las gasolinas y significativamente la edad de jubilación.

El borrador fue presentado por los presidentes de esta Comisión, Erskine Bowles y Alan Simpson, que en febrero recibió el encargo del presidente, Barack Obama, de buscar soluciones a los números rojos de las cuentas públicas del país. Bowles, ex jefe de gabinete Bill Clinton y Simpson, un ex senador republicano por Wyoming, anticiparon el borrador al resto de la comisión (nueve demócratas y siete republicanos) en la mañana del miércoles y luego les sorprendieron diciendo que iban a hacerlo público. Se esperaba que el 1 de diciembre, la comisión presentara un informe que hubiese sometido a votación por los 18 miembros que la integran.

Ayer, la mayoría de estos comisarios estaba lejos de dar un espaldarazo a todas las propuestas que se presentan con un preámbulo con consideraciones como que América "no puede ser grande si está quebrada" y "los americanos siempre han estado dispuestos al sacrificio para hacer fortalecer nuestra nación en el largo plazo".

Y sacrificios se plantean a partir de 2012 para no interferir con "la frágil recuperación". Para empezar, Bowles y Simpson abogan por una fuerte reducción de los gastos públicos, unos 200.000 millones de dólares para 2015, la mitad de ellos en Defensa, algo que va contra la tradición de un país que aún está en guerra en Afganistán y solo hace unos meses ha retirado la mayoría de sus tropas del volátil Irak. Las subvenciones y ayudas a la agricultura se irían retirando progresivamente.

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Documento del plan

Se plantea la eliminación de programas de seguridad en el trabajo, los gastos en proyectos que se califican personales de cada legislador en circunscripciones electorales, y que son difícilmente definibles, rebajar los costes de impresión de la administración y limitar la financiación de la cadena de museos Smithsonian, el Servicio de Parques Naturales y la Televisión Pública (que ya obtiene la mayor parte de sus fondos de donaciones de fundaciones y su audiencia). La plantilla de empleados federales se rebajaría un 10%.

En materia de impuestos el borrador asume la tesis contraria a la de buena parte de los economistas pero que es abrazada por los conservadores. Se plantea una reducción de los tipos que se aplican al gravamen sobre la renta de tal manera que quienes tienen estas bajas pasan de pagar el 10% al 8% y las rentas medias y altas tendrán un tipo del 23% en vez del 35%. Las rebajas, no obstante, dependerán de la cantidad de deducciones que se puedan eliminar del código tributario que se reducirá y simplificará. Algunas deducciones como la de los intereses en las hipotecas se retirarían para las segundas viviendas, los préstamos en los que se usa el capital que supone la vivienda, y las hipotecas de más de medio millón de dólares (que no son en absoluto infrecuentes en los mercados de las costas del país).

El impuesto de sociedades, que pocas empresas pagan en su integridad, se rebajaría del 35% al 26% y también se eliminarían algunas deducciones (como las contribuciones a los planes de sanidad de los trabajadores) aunque se harían permanentes las del I+D.

El impuesto sobre las gasolinas, que actualmente es de apenas 18,4 centavos por galón (unos 3,7 litros) subiría 14 centavos y con eso se financian las carreteras. Es una subida por la que han abogado muchos demócratas pero que apenas tiene el calado que se buscaba con ella. Se prevé que no haya más dinero del Tesoro para transporte por carretera.

En las pensiones, los cambios son también notables y provocativos. Para empezar se reducen las prestaciones a la mayoría de sus beneficiarios en el futuro (solo se incrementa a las rentas bajas) y se incrementa la edad de jubilación a los 68 años (de los 67 actuales) en 2050. En 2075 se espera que esta suba a 69 salvo casos excepcionales (por cuestiones físicas). Las retenciones se elevarían.

El Medicare, el programa de sanidad financiado públicamente para mayores de 65 años, también verá sus gastos controlados y rebajados. Además se plantea una reforma de la ley de responsabilidad para evitar demandas abusivas que eleven los costes médicos, como no hacen más que plantear los conservadores, y se sugiere (como concesión a los más progresistas) que haya una opción pública de seguro médico en los planes que haya en el mercado.

La Comisión, formada el pasado mes de febrero y compuesta por 18 personas de todas las sensibilidades políticas, tiene que votar estas propuestas y presentarlas a Barack Obama y el Congreso. Se pide una mayoría cualificada, 14 de sus miembros, para que las recomendaciones se voten por la Cámara.

Es poco probable que se consiga esta mayoría porque la mayoría de sus miembros han considerado las propuestas presentadas el miércoles como "un buen punto de arranque" y "provocativas" pero ninguno salió de la reunión aplaudiendo el documento con el que se calcula que se pueden rebajar en casi cuatro billones de dólares el déficit hasta el año 2020.

Nancy Pelosi, que aún es el líder de los demócratas en la cámara Baja, tachó el borrador, de "inaceptable", un calificativo que comparten los sindicatos y un buen número de congresistas tanto conservadores como progresistas. Desde la Casa Blanca se hizo pública una nota diciendo que no se iba a entrar a valorar el documento de momento. Obama está actualmente de gira por Asia y de hecho hoy participa en la reunión del G-20 en Seúl (Corea del Sur). Paul Krugman en su blog tachó a los presidentes de la comisión de ser gente "poco seria" y arremetió contra el plan de rebajar los impuestos en un ambiente como el actual. "No hay ninguna evidencia, cero, de que los impuestos sobre la renta a los actuales tipos sean un problema para el crecimiento".

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