La banca española responde en rojo a la restricción de liquidez del BCE
La banca española respondió ayer con caídas que llegaron al 3% a las restricciones de liquidez que el BCE ha impuesto al sector. El impacto de la medida quedó amortiguado por una jornada semifestiva en EE UU y de puente en gran parte de España, pero dejó al Ibex al filo de los 10.700.
La banca española puso mala cara ayer ante la nueva política de restricción de la liquidez establecida por el BCE. Este esperó hasta el pasado sábado para anunciarla, con lo que los mercados no empezaron a digerirla hasta ayer, un día de baja negociación dado que EE UU celebraba el día de Cristóbal Colón y España se preparaba para festejar hoy el día de la Hispanidad. El sector experimentó algunas de las mayores caídas de Europa, siendo el Popular la segunda entidad que más perdió -sólo por detrás de Bank of Ireland- con una bajada del 2,05%, que llegó a ser del 3% durante la sesión.
La caída es menor, no obstante, si se tiene en cuenta que este banco protagonizó un reparto de dividendos de 0,075 euros por acción. Más determinante fue BBVA, que se dejó el 0,76%, una caída que prácticamente corresponde al dividendo de 0,09 euros por título que entregó ayer. El peso de este último valor en el selectivo, así como el del Santander que cedió un 0,38%, dejó al Ibex amarrado al bordillo de los 10.700,8 puntos.
La caída del 0,19% del Ibex contrastó con el resto de índices del continente. El sector bancario europeo salió ganando un 0,13% -frente a la caída media del 0,98% de las entidades españolas- lo que permitió a Londres subir un 0,26%, a París un 0,14% y a Fráncfort un 0,28%.
"El BCE no ha restringido la liquidez, sólo se ha dotado de herramientas para hacerlo. Cómo evolucionarán las entidades se verá de aquí a final de año", explica el estratega de Citi, José Luis Martínez Campuzano. En su opinión, los números rojos que el sector registró ayer en España se deben más a "la incertidumbre provocada por el anuncio" y al "cierre de posiciones" que a una preocupación real.
Una opinión que comparte Nicolás López, analista de MG Valores. "El problema está en la caída del crédito, en el estrechamiento de márgenes de beneficio", argumenta, asegurando que la nueva política del BCE no supone "ningún cambio significativo".
De hecho, lo que hace la autoridad monetaria es poner trabas a ciertos vicios de la banca que, como alternativa al negocio bancario, optaba por lograr liquidez del BCE al 1% para adquirir deuda pública a una rentabilidad cercana al 3,5%. Aun así, la institución se cuidará de no cerrar del todo el grifo dados los problemas que muchos Estados vienen sufriendo para colocar sus emisiones soberanas, que sí han encontrado demanda en los bancos.
Con todo, en Barclays consideran más revelador comprobar si el vencimiento de créditos del BCE de esta semana concluye con peticiones de liquidez más bajas por parte de las entidades, como ya ocurriera la vez anterior. El Columbus Day no impidió al Dow Jones subir un 0,03% y consolidar los 11.000 puntos que recuperó el viernes. El S&P 500 ganó un 0,01% y el Nasdaq, un 0,02%.
El euro y el yen se toman un respiro
El mercado de divisas disfrutó ayer de un relativo descanso en medio de la guerra desatada por las grandes potencias para mantener bajas sus monedas. Si la semana pasada el euro recuperaba el entorno de los 1,4 dólares, que no registraba desde febrero, ayer se conformó con descansar sobre los 1,38 dólares. La moneda nipona, por su parte, que había vuelto a romper su máximo en 15 años situándose en los 81,9 yenes por dólar, reducía ayer su tipo de cambio para regresar a los 82 yenes por cada billete verde.El perjuicio que supone para las exportaciones una moneda fuerte beneficia en estos momentos al dólar, que se mantiene bajo frente al resto de divisas de referencia, y al yuan chino, que su Gobierno se niega a revalorizar. En el caso de EE UU, los ojos están puestos esta semana en la publicación de las actas de la Reserva Federal y en el discurso que dará su presidente, Ben Bernanke. Se especula con la posibilidad de que el banco central norteamericano aumente la liquidez, lo que daría una nueva vuelta de tuerca a la guerra cambiaria.