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A fondo

Mejora el capital riesgo, pero no tanto

Es cuestionable contabilizar la operación de CVC en Abertis como capital riesgo.

La pasada semana la publicación especializada Capital & Corporate informó sobre el volumen de inversión del capital riesgo en España hasta septiembre. Según la revista las sociedades invirtieron en España hasta esa fecha 2.400 millones de euros, un incremento del 120% respecto a 2009. En realidad sólo una operación es responsable de tal aumento, la adquisición del 15,48% de Abertis por parte de la sociedad de capital riesgo CVC al grupo ACS. Pero es cuestionable contabilizar esta operación como una adquisición de una firma de capital riesgo española.

Como bien explica la publicación, a partir de ahora, la participación que ACS tenía en la concesionaria (25,83%) se reparte en dos sociedades: la española Admirabilia, con un 10,32% y controlada por ACS, y la luxemburguesa Trebol International, con el 15,48% restante y controlada por Trebol Holdings, sociedad de CVC. Es decir, que la sociedad que va a controlar ese capital en Abertis no es española: primera razón por la que podría rechazarse la inclusión de esta adquisición en la actividad del capital riesgo español en 2010.

Además CVC realiza la inversión a través de un fondo de infraestructuras, no de capital riesgo; segunda razón para excluir la operación de CVC de las cifras del sector de este año.

Estas mismas consideraciones son las que está tomando en cuenta la asociación española de capital riesgo, Ascri, a la hora de elaborar su informe sobre el sector. El profesor José Martín Pellón, encargado de dichos informes año tras año, se inclina por excluir la operación de Abertis.

Aunque dada la situación de la economía española es de agradecer que las cifras de inversión del capital riesgo en España aumenten, o se mantengan, también es peligroso pensar que la industria del capital riesgo está cerca de dejar atrás la crisis. De hecho, algunas de las grandes firmas del sector van a tener que centrarse todavía en los próximos ejercicios en refinanciar la deuda de operaciones llevadas a cabo hace años.

Cortefiel, de CVC, Permira y PAI, refinanció en 2009 una deuda cercana a los 950 millones acordando el vencimiento para 2014. El operador Ono está en manos de fondos de capital riesgo como Providence, Quadrangle, Thomas H. Lee o GE Capital y este año ha suscrito un acuerdo para aplazar hasta 2013 el vencimiento de una deuda cercana a los 700 millones. En procesos similares de refinanciación se encuentran también empresas de tamaño medio españolas participadas por sociedades de capital riesgo.

A la incertidumbre sobre esos procesos de reestructuración de deuda hay que añadir algunos casos de inversión fracasada. Panrico, de Apax, Hune, de Advent, Levantina, de Impala y Charterhouse, y Coronel Tapioca, de Gala Capital, son algunos ejemplos de empresas participadas y abandonadas prácticamente por el capital riesgo. Lo peor de estos casos no es sólo que algunas hayan entrado en concurso de acreedores, sino que una vez en concurso las firmas de inversión han aparcado la gestión de las empresas y han dejado a la banca al cargo de una muy complicada situación financiera y empresarial.

Que Apax y Advent, dos de las mayores firmas de inversión del mundo, o Gala Capital, participada por algunas de las grandes fortunas españolas, no estén por la labor de aportar más medios humanos y financieros para ayudar a sus participadas dice muy poco sobre el compromiso de estas sociedades con la empresa.

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