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Columna
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Los retos de las políticas activas de empleo

El desempleo ha aumentado en septiembre, como es tradicional en este periodo del año, por la finalización de la temporada turística, y refleja, fundamentalmente, un escenario claramente estacionario, ya que el incremento se ha centrado exclusivamente en el sector servicios.

Así, en los registros de los servicios públicos de empleo, el desempleo aumenta en septiembre en 48.102 personas, bastante inferior al mismo mes concerniente a los dos últimos años, y con un incremento en los últimos doce meses del 8,3%.

Es evidente que el crecimiento económico es una condición necesaria para la creación de empleo pero éste no siempre es suficiente. El crecimiento económico por sí solo no crea empleo. La creación de ocupación se debe complementar con políticas activas de empleo. En caso contrario se corre el riesgo de que con una reactivación de la economía no se cree el empleo suficiente y, por lo tanto, no se reduzca considerablemente la tasa de paro.

Existen dos tipos de políticas de empleo: las activas y las pasivas. Estas últimas son fundamentalmente el pago de prestaciones y deben ser, como también está previsto en nuestro ordenamiento legal, una parte integrada de un compromiso individual en la búsqueda activa de trabajo. Según la OIT, es necesaria la vinculación entre las políticas activas y pasivas

Según la Ley española 56/2003 de empleo, se entiende por políticas activas de empleo el conjunto de programas y medidas de orientación, empleo y formación que tienen por objeto mejorar las posibilidades de acceso al empleo de los desempleados en el mercado de trabajo, por cuenta propia o ajena, y la adaptación de la formación y recalificación para el empleo de los trabajadores, así como aquellas otras destinadas a fomentar el espíritu empresarial y la economía social. Los recursos económicos destinados a las políticas activas son gestionados por los Servicios Públicos de las comunidades autónomas.

La Comisión Europea en un reciente documento (Europa 2020. Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador) propone para la UE un fortalecimiento de las políticas centradas en el empleo para reducir el riesgo de un aumento del paro a largo plazo. Por todo ello, no es de extrañar que el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestase recientemente que la próxima reforma que pondrá en marcha será la de las políticas activas de empleo. El objetivo es negociar la reforma de las políticas de empleo con las comunidades autónomas y las organizaciones sindicales y empresariales para buscar soluciones y fórmulas que permitan dar un giro y mejoren los resultados.

Hoy a pesar de que la red de Servicios Públicos de Empleo es la más dotada económicamente de nuestra historia y sus modelos de gestión junto con la prestación de servicios se han renovado considerablemente, éstas se deben reforzar no solo para afrontar la actual coyuntura económica, sino también para contribuir al cambio de modelo productivo que necesitamos. Responder mejor y más eficazmente a las expectativas de las personas que buscan empleo y a las necesidades de las empresas es necesario para dar una respuesta más efectiva, rápida y adaptada al conjunto de usuarios.

Dado que el ritmo de la competencia global y el desarrollo económico han generado unos mercados de trabajo turbulentos (dinámicos y complejos), la adaptación al cambio requiere fomentar la formación a lo largo de la vida, con el fin de contrarrestar la depreciación acelerada de las competencias profesionales en periodos de rápidos cambios del mercado de trabajo en materia de cualificaciones y nuevas ocupaciones, para aumentar la adaptabilidad y la empleabilidad en base a las necesidades actuales y futuras del mercado laboral.

En conclusión, el mundo laboral evoluciona rápidamente en respuesta a las exigencias de las empresas y las nuevas tecnologías. Una sociedad solo puede avanzar y superar sus dificultades cuando las conoce, reflexiona sobre ellas y toma la decisión de enfrentarse y de superarlas. Tengamos en cuenta que el futuro será distinto del pasado y del presente. Vivimos un cambio de época que hace necesario identificar y abordar nuevas maneras de aprender y trabajar. Pero si queremos construir una sociedad cohesionada estos cambios sólo se podrán gestionar en un marco conjunto de amplios consensos entre el conjunto de los actores sociales.

Vicente Castelló. Profesor Universidad Jaume I de Castellón

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