Portugal intensifica los recortes y sube de nuevo los impuestos
Los expertos prevén que Lisboa acometa más reformas para aliviar la presión de su deuda
Afrontar un programa de ajuste fiscal que conlleve una subida generalizada de impuestos y un recorte del gasto social no resulta fácil en ningún país. Y en Portugal llevan dos planes de este tipo en lo que va de año.
El estallido de la crisis griega generó tal desconfianza sobre las emisiones de deuda europea que muchos gobierno tuvieron que replantearse su política económica de cara a cumplir con el objetivo de déficit marcado por Bruselas. En el caso de Portugal, el Gobierno optó por actuar mayoritariamente por la vía impositiva y por rebajar el sueldo de los altos cargos de la Administración. En concreto, el primer ministro José Sócrates anunció en mayo una subida de entre 1 y 1,5 puntos en el IRPF, que ya había sido elevado previamente para los más ricos. Y también aumentó el IVA del 20% al 21%.
El incremento de los ingresos, la creación del fondo de rescate del euro y la luz que arrojó el test de estrés sobre la banca europea lograron tranquilizar a los inversores. Sin embargo, desde agosto a esta parte la prima de riesgo del país ha vuelto a crecer sin descanso, alcanzando cotas superiores a las vistas durante la crisis de Grecia.
"A Portugal le ha ocurrido lo mismo que a España y han decidido aplicar recortes", ilustra Ignacio Victoriano, analista de Renta 4. Sin olvidar el reducido tamaño de la economía portuguesa, que la hace más vulnerable ante las presiones de los mercados financieros.
"El problema es que las medidas que adoptaron en mayo fueron un buen primer paso, pero no son suficientes para cumplir con el plan de reducción del déficit", expone Antonio García, economista jefe para el sur de Europa en Barclays Capital.
Una conclusión, compartida por los mercados, a la que al parecer también ha llegado el Ejecutivo de Sócrates. Esta semana, después de que el diferencial del bono portugués a 10 años con el bund alemán llegara a los históricos 426,6 puntos básicos, el Gobierno anunció un nuevo y más ambicioso plan de austeridad. A las medidas anteriormente citadas hay que añadir un nuevo aumento del IVA, esta vez de del 21% al 23%, una rebaja del 3,5% al 10% del salario de los funcionarios, la congelación de las pensiones y recortes de gasto e inversión estatal. Un paquete con el que en Lisboa pretenden revertir un déficit del 9,3% a finales de 2009 al 4,6% para el próximo año.
"Yo creo que esta decisión ha podido sorprender a los mercados", opina el analista de Barclays. Sea como fuere, lo cierto es que la prima de riesgo del bono portugués se ha rebajado desde los 426,6 puntos básicos a los 383 puntos desde que se hiciera público el nuevo ajuste. Y el tipo de interés ha caído del 6,5% al 6,1%.
Un buen comportamiento que los expertos creen que puede mantenerse a largo plazo. "Parece que es lo que el mercado estaba pidiendo. La mejora dependerá de que el plan vaya acompañado de algún tipo de medida de reforma estructural, algo que ayude a que el crecimiento del país, que antes de la crisis no era particularmente alto, tenga potencial para ser mayor cuando acabe la crisis", explica García Pascual.
El experto considera, además, que el país está haciendo los deberes. "Portugal ha cubierto ya el 95% de sus necesidades de financiación para este año", cuenta, por lo que descarta que Sócrates deba terminar acudiendo a financiarse al fondo de rescate del euro.
El rating
La nota que las agencias de rating han dado a la deuda soberana de Portugal aleja a las emisiones lusas de los activos de máxima calidad. En concreto, Moody's le concede un rating de A1, Standard & Poor's le da un A- y Fitch le concede una nota de AA-.