"Las excelentes valoraciones son un signo alcista"
Destaca el atractivo potencial de la Bolsa, en especial frente a otros activos como la renta fija.
Cartesio Inversiones se caracteriza por ser una gestora independiente con una clara filosofía de inversión que acumula ya un destacado historial en los dos fondos que gestiona en España, Cartesio X y Cartesio Y. Su experimentado equipo gestor es además dueño de la compañía y se compone de tres personas: Cayetano Cornet, Álvaro Martínez y Juan Antonio Beltrán. La simplicidad de su oferta se traduce en dos fondos mixtos: un fondo más conservador (Cartesio X) cuyo principal objetivo es la protección del capital y un fondo más dinámico (Cartesio Y) que busca la revalorización del capital a largo plazo y puede llegar a alcanzar exposiciones a Bolsa de hasta el 85% (potencialmente el 100%) aunque con control de la volatilidad.
Dado que los propios gestores expresan en estos momentos una visión positiva sobre la renta variable centramos el análisis en el fondo Cartesio Y. Primero analizamos los criterios que llevan a los gestores a su posición sobreponderada en Bolsa. Efectivamente, el fondo Cartesio Y tiene asignado a renta variable un 80% de su patrimonio en la actualidad, cercano a su límite máximo histórico. Básicamente, apuntan a la rentabilidad de la liquidez y a las valoraciones en los mercados de renta variable frente a los de renta fija. Respecto al primer argumento la rentabilidad de la liquidez esta en mínimos (0,25%) desde un punto de vista histórico del fondo (2,6% de media desde lanzamiento) lo que le resta atractivo. En cuanto al segundo, los beneficios empresariales y dividendos (tanto históricos como estimados) se encuentran en niveles atractivos, en especial cuando son comparados a los rendimientos que se obtienen en los mercados de renta fija. Así, los gestores están encontrando también compañías con excelentes valoraciones, lo que suele ser un signo alcista para ellos.
Los puntos más destacados del proceso de inversión del fondo Cartesio Y son su flexible exposición a Bolsa (entre el 0% y 100%) en función de la visión del mercado del equipo gestor. La exposición no Bolsa se asigna sólo a liquidez por lo que no hay gestión de renta fija. Tampoco se llevan a cabo estrategias de derivados más allá de futuros líquidos listados sobre el Euro Stoxx 50 y siempre en una pequeña proporción (no más allá del 1% del patrimonio). El proceso de decisión de asignación de activos ha quedado descrito más arriba.
La selección de valores de Bolsa se realiza en base a un análisis fundamental clásico con visión a largo plazo y baja rotación. Hay mayor incidencia en parámetros tipo valor que en la búsqueda de compañías con elevados potenciales de crecimiento. Entre ellos destacan las rentabilidades por dividendo estables que proporcionen protección en las bajadas. Así, los gestores están dispuestos a sacrificar rentabilidad en los rebotes alcistas con el objeto de ofrecer mayor protección y controlar la volatilidad. Esto queda reflejado en el análisis cuantitativo del fondo.
La cartera de Bolsa se caracteriza por ser concentrada (no más de treinta valores) con el objeto de batir el índice y por agruparse fundamentalmente en valores europeos, aunque los gestores se den la libertad de poder invertir hasta un 40% fuera de esta área geográfica. El análisis cuantitativo de la cartera bursátil pone de manifiesto una destacada capacidad para batir el índice de referencia y también por una cierta tendencia reciente hacia acciones con características de crecimiento.
La atribución de rentabilidades realizada por el equipo gestor (a través de la medida Modigliani-Modigliani) apunta a que más o menos la mitad del mejor comportamiento del fondo con respecto al índice proviene de la asignación de activos, teniendo la otra mitad su origen en la selección de valores.
El repaso a algunas de sus principales posiciones en cartera revela compañías como las telecos KPN y Telefónica o la compañía bursátil BME. La justificación para la holandesa KPN se centra en la solidez de sus negocio y balance, su elevada rentabilidad por dividendo y como extra la posibilidad de verse beneficiada por una operación corporativa. BME, que puede ser una inversión contraria, dadas las incertidumbres respecto a la entrada de nuevos competidores, la ven como una compañía con una caja llena, altísima rentabilidad por dividendo (más del 8%) y donde la situación competitiva ante los operadores alternativos esta sobreestimada.
En definitiva, se trata de un fondo que ha conseguido el objetivo de proporcionar un exceso de rentabilidad con respecto a la Bolsa europea, incurriendo en poco más del 40% de la volatilidad sufrida por la misma. Su estable, experimentado y comprometido equipo gestor hace esperar que puedan seguir proporcionado estos resultados en el futuro.