El pogromo de Sarkozy
Advertíamos aquí el otro día que Nicolas Sarkozy no era un enemigo pequeño para Viviane Reding. Y ayer, en la cumbre europea, el peso político del presidente de la república francesa aplastó, en efecto, a la comisaria europea de Justicia. Pero la victoria personal del galo puede ser tan injusta como efímera. Y a nivel político, social e institucional, la batalla está lejos de haber terminado.
Por lo pronto, Bruselas continúa investigando la aplicación de una circular del ministerio del Interior francés durante todo el mes de agosto cuyo contenido, aunque le duelan las comparaciones a Sarkozy, recuerda demasiado a los pogromos que durante décadas, sobre todo en Europa del Este, estigmatizaron y expulsaron a una parte de la población en base a su raza o religión (y no hace falta recordar cual era). El pogromo secreto, que sólo se anuló cuando un periódico regional francés lo reveló, desmanteló casi 200 campamentos y expulsó a 500 gitanos rumanos, como reconoció ayer Nicolas Sarkozy.
En segundo lugar, Sarkozy ha logrado centrar la atención en la supuesta falta de respeto de Reding, cuando evocó la II Guerra Mundial para criticar a Francia. Pero todavía no ha explicado por qué dos de sus ministros, enviados a Bruselas para explicar la política de París de desmantelamiento de campos gitanos, engañaron o desinformaron a la Comisión Europea hasta el punto de que Reding, a principios de septiembre, defendió las explicaciones del Gobierno francés ante el pleno del Parlamento Europeo.
Sarkozy, además, se ha ganado las críticas de gran parte de la prensa europea, de derechas y de izquierdas (sobre todo, la alemana) que le acusa de haber cruzado la línea que separa a un político responsable de un irresponsable populista.
La CE, quizá sin proponérselo, ha puesto de manifiesto ese peligroso salto del líder francés. Y, como ha retratado con exactitud uno de los comentaristas de este blog, quizá la justicia francesa también acabe por fijarse en lo ocurrido. Lo reproduzco aquí porque me parece excelente.
Foto: Cartel de Tanja Losic en la puerta de la Comisión Europea (B. dM., marzo 2010).
"Bueno, parece que ayer (16 sep) Sarkozy la armó. Debe pensar que sólo puede gritar él (tiene pinta de que lo hará frecuentemente). En todo caso, se siente vigilado y ha tenido que gritar... o sea perder los papeles, para defender lo difícilmente defendible. Quizá algún juez francés le saque los colores, ya se sabe, el blanzo, el azul y el rojo.