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Fondos

Corrigiendo el desligamiento

La crisis económica y la tormenta de la deuda han separado a España de otros mercados

El pasado marzo fue la última vez en la que revisé el comportamiento y potencial devenir de la renta variable española. A pesar de la creciente (y saludable) internacionalización de las carteras de inversión de los españoles, la Bolsa nacional sigue detentando un papel predominante en las mismas, bien sea a través de la inversión directa o a través de fondos de inversión y pensiones.

Entonces alertaba del desligamiento entre los índices internacionales y nuestro Ibex o IGBM. Durante muchos años la correlación entre los índices bursátiles españoles e internacionales había sido muy elevada. Además de dicha correlación, en la última década nuestro Ibex había superado ampliamente en rentabilidad a prácticamente todos los índices bursátiles del mundo desarrollado. Sin embargo, desde principios de año y al calor de la crisis de la deuda de los países periféricos comenzó un inusual desligamiento -que a pesar de haberse corregido parcialmente- sus consecuencias se hacen sentir hoy todavía.

Así, mientras el Ibex registra una rentabilidad negativa del 11,7% en lo que va de año, el Stoxx Europe 50 (que reúne a los mayores valores europeos) se deja sólo un 2,8% y el Dow Jones Industrial norteamericano apenas pierde un 1,5% en dólares (acumula jugosas rentabilidades si lo convertimos a euros). Dentro de la zona euro el contrapunto al Ibex lo pone el Dax alemán, que apenas sufre una minusvalía del 1% y se ha venido situando en positivo durante parte del año al calor de los diferentes vaivenes del mercado.

Este desligamiento llegó a ser claramente superior, ya que en los últimos meses el diferencial de rentabilidad se ha venido corrigiendo en alguna medida. Como apuntaba en primavera, el movimiento estaba resultando excesivo y existían argumentos económicos y de beneficios empresariales que no apoyaban el semihundimiento de la Bolsa nacional. El Ibex en sus mínimos de este año entre 8.500 y 9.000 puntos se presentaba como una atractiva opción de compra.

El análisis dentro de la Bolsa española pone de relieve como los grandes valores, representados por el Ibex, son los que mejor han aguantado el tipo ya que la minusvalía del 11,7% es inferior a la del índice general (-12,3%) y en especial a la de los pequeños valores, donde el Ibex Small Cap registra una rentabilidad negativa del 17,6%. La mayor exposición de las pequeñas compañías a la débil economía doméstica seguramente ha jugado en su contra. Los fondos de inversión, medidos por el índice Lipper de Renta Variable España, registran el mejor comportamiento relativo con una minusvalía del 10,3%. En esta ocasión los niveles de liquidez que algunos gestores han mantenido y su concentración en los grandes valores han jugado a su favor.

La cuestión clave en estos momentos es qué nos pueden deparar los próximos meses y trimestres. ¿Continuará la reciente tendencia de corto plazo de corrección del desligamiento o por el contrario de impondrán las negativas perspectivas sobre la economía y deuda nacionales y terminarán por consolidar y ahondar en ese desligamiento? La respuesta es difícil, pero parece claro es que se confirma esa dicotomía que apuntaba en marzo, entre una débil actividad doméstica y el dinamismo y competitividad de las grandes compañías españolas que mueven los índices.

El dato del PIB para el segundo trimestre (0,2% de crecimiento) y los últimos indicadores ponen de relieve que nos situamos a la cola de las economías desarrolladas, pero que previsiblemente seguiremos en la senda de la recuperación con crecimientos débiles en los próximos trimestres. La demanda interna va a seguir sin darnos alegrías y las cuentas de resultados de las compañías lógicamente van a seguir sintiéndolo. Por el contrario, la internacionalización de los grandes valores españoles sigue mostrándose imparable y los ratios de valoración agregados como el PER o la rentabilidad por dividendo sugieren que existe un atractivo potencial de recorrido alcista.

La dificultad de los análisis de mercados es que invariablemente nos encontramos con fuerzas múltiples y contrarias que impiden determinar con claridad el efecto neto. Tratando de simplificar, el escenario que manejo apuntaría a que el crecimiento de la economía española seguirá situándose hacia la cola de nuestros socios en los próximos trimestres (que no para una horizonte de largo plazo) pero que será positivo y que el problema de la deuda se mostrará como menos grave. El crecimiento económico global estaría aquí para quedarse como mínimo hasta el final del 2011, con su correspondiente mercado bursátil alcista y las grandes (y algunas pequeñas y medianas) compañías españolas podrán prosperar en este entorno. En definitiva, previsiblemente no destacaremos como uno de los mejores mercados bursátiles del mundo pero tampoco nos situaremos a la cola.

Subida a distintos ritmos

Como puede observarse a través de los índices Lipper de fondos de bolsa española, alemana y zona euro, la correlación de estos mercados se intensificó durante la fuerte caída de los mercados entre finales de 2007 y primeros del 2009.En el posterior rebote y subida se observa un mayor desligamiento con la bolsa española, brillando en la primera parte de la recuperación y la alemana tomando el relevo en el 2010..Previsiblemente la correlación puede volver a aumentar durante los próximos meses y trimestres.

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