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A fondo

España comparte equipo con la Europa ganadora

La rentabilidad del bono a 10 años ha pasado del 4,8% de junio al entorno del 4%.

España ha ganado músculo. La entrada en la senda del crecimiento económico, la publicación de los test de estrés a la banca en julio y el programa de austeridad del Gobierno han mejorado notablemente la percepción de riesgo del país. Poco a poco España entra en la liga de los ganadores de Europa y los problemas de países vecinos han dejado de pasar factura, algo que se ha visto con claridad esta semana cuando la rebaja de rating a Irlanda no incidió en el apetito por la deuda española.

"España ha salido del vagón de cola. Ahora es Irlanda el país que más preocupa por la situación de su sistema bancario", explica Daniel Pingarrón, de IG Markets.

Los temores sobre la capacidad de pago de España se han esfumado. El Tesoro ha demostrado que la acumulación de vencimientos de deuda este verano nunca supuso un problema y la reacción de los mercados confirma esa mayor confianza, avivada al constatarse la salud del sistema financiero. Desde mediados de julio los inversores han acelerado las compras de deuda, lo que ha provocado que la rentabilidad del bono español a 10 años cayera por debajo del 4% -ayer cerró en 4,018%-, lo que le aleja así del máximo de 4,88% de junio y devuelve los tipos a niveles de principios de año, eliminando así uno de los principales riesgos de los últimos meses.

El encarecimiento de la financiación del Estado se convirtió en una gran preocupación en los momentos de máxima tensión vividos en mayo y junio, pues si bien es cierto que el Tesoro nunca llegó a tener problemas a la hora de colocar deuda -la demanda nunca faltó- también es cierto que los tipos se fueron incrementando progresivamente, una tendencia que comenzó a revertir en julio y que ha permitido que las últimas cinco subastas se fijaran a tipos inferiores.

España ha logrado así distanciarse de los países más castigados por el mercado y en el último mes el dinero entraba en deuda española al tiempo que se alejaba de la irlandesa (ver cuadro) o portuguesa, una tendencia que se vio con claridad esta semana cuando Standard & Poor's bajó la calificación de Irlanda de AA a AA- y mantuvo la perspectiva negativa. Los inversores dieron la espalda a Irlanda, Portugal, Grecia o Italia para favorecer la deuda de países considerados más seguros como Alemania, Francia, Holanda y también España.

España entra así en la liga de los ganadores y mientras la prima de riesgo de Irlanda -el diferencial entre el bono irlandés a 10 años (5,602%) y el alemán (2,15%) al mismo plazo- tocó récord esta semana al alcanzar los 344,9 puntos básicos, la española se mantiene en el entorno de los 186,5 puntos básicos y lejos de los máximos de 221.

Irlanda, pese a todo, continúa financiándose sin problemas y ayer logró colocar 600 millones en letras a seis y ocho meses a tipos del 1,978% y 2,348%, inferiores en casi medio punto a los de las anteriores subastas, lo que sirvió para alejar dudas sobre la solvencia del país.

España está mejor a ojos de los inversores pero la huida a la calidad ha provocado que las compras de deuda alemana o estadounidense dominen, lo que ha impedido que la prima de riesgo de España se relaje en exceso. Así, está muy por encima de los 70 de principios de año, algo que puede empezar a cambiar si remite algo el miedo. "Con el bono alemán en el entorno del 2%, el bono español al 4% gana atractivo", augura Joaquín Casasús, de Abante.

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