El mármol español se viste de 'Prada'
Asia es la principal apuesta de Tino, empresa dedicada a lapiedra natural, para paliar el derrumbe del consumo europeo y americano. Su objetivo es colocar el 70% de la facturación en este mercado emergente
China se ha convertido en la tabla de salvación de muchas compañías españolas, y la empresa dedicada a la transformación de piedra natural Tino, lo certifica. "Gracias a su implantación en este mercado, desde hace unos años la compañía está pudiendo paliar la crisis actual". Son las reflexiones de Antonio Valdés, un empresario almeriense que comenzó en los años ochenta a vender piedra natural (mármol) procedente de las canteras de Macael (Almería), "cuando aún no existía ni IVA, ni CIF, sólo albaranes hechos a mano".
Pero esta no es la primera vez que el mercado exterior ayuda a compensar a la empresa los estragos producidos por depresiones anteriores. Gracias a su entrada en el mercado kuwaití, Tino amortiguó la crisis de la construcción que tuvo lugar entre los años 1992 y 1994. Un contrato de 2,5 millones de dólares con las constructoras más grandes del país permitió, además, que los mármoles almerienses llegaran a algunos de los edificios más destacados de ese país, entre los que sobresalen los palacios Bayan Palace o Amiri Diwan. Esto explica por qué la aventura exterior es uno de los ejes prioritarios de la estrategia de Tino. Aunque, a juicio de Valdés, a la marca país España aún le queda mucho camino por recorrer . "Todavía cuesta conseguir contratos en Europa", comenta, pero Asia es harina de otro costal. "Allí somos europeos". De hecho, en este mercado, Tino vende actualmente el 30% de su facturación (34 millones de euros en 2009) y su idea es llegar al 70%. Una previsión en la que la compañía va a poner todo su empeño, temiendo ya que "en España, hasta 2015 no van a surgir proyectos", predice Valdés.
Y es que la baza del mercado asiático, donde la entidad ha montado una fábrica en Shanghai (China), de momento está "permitiendo contrarrestar no sólo el descalabro del mercado europeo, sino también del americano". La empresa acaba de firmar un contrato de diez millones a desarrollar en cuatro años para llevar a cabo un proyecto en la isla de Hainan, que es el equivalente chino de Mónaco o Las Vegas. Hoteles de cinco estrellas y el segmento de viviendas residenciales de lujo son sus principales mercados, donde además de la piedra, Tino participa en el desarrollo de multitud de proyectos de interiorismo.
Pero la aventura exterior no es el único hito que Valdés destaca como uno de los más determinantes en la trayectoria de la compañía. De padre cantero y procedente de una zona donde casi el 100% de la actividad está vinculado a la piedra, el desarrollo de la ciudad de Marbella (Málaga) también fue un revulsivo para el despertar de su negocio. Un negocio cuya tarea, en un principio, se circunscribía sólo a la venta y posterior compra de mármol blanco, ni tan siquiera a la extracción o fabricación de esta materia prima.
Aunque hasta 1984 la empresa no montó su propia fábrica, un contrato firmado con Jesús Gil, tres años más tarde, por valor de 400 millones de pesetas, permitió a la entidad llevar a cabo la ampliación de su fábrica de Macael y, lo que también fue un paso adelante, comprar su primera cantera de mármol blanco (hoy ya tiene cuatro).
La Expo de Sevilla también fue otro de los acontecimientos claves que marcó un antes y un después en la compañía. "Este es un hito, pero de producto", comenta Valdés. La pretensión de Francisco Javier Sáenz de Oiza, arquitecto del edificio Torre Triana (el más grande de la Expo), para mantener el color albero característico de Sevilla, obligó a Tino a buscar una cantera en la zona con mármol de estas características.
Este tipo de mármol enseguida encontró una gran aceptación no sólo en el mercado español, sino también en los internacionales y, de hecho, poco más tarde, la entidad firmó un contrato en China por un valor de dos millones de dólares para incorporar este producto (llamado allí "dragón de oro") en el Hotel Silverland en Dongguam. Hasta la mano de obra trasladó Tino a los proyectos de este país para la instalación de esta novedosa piedra natural.
Fue un nuevo punto de inflexión para Tino, que en pleno boom español, a finales de los años 90, comenzó una nueva andadura hacia la búsqueda de nuevos productos. Esta reorientación, que buscaba diferenciarse del resto de la empresas de este sector pasaba por una fuerte inversión en el diseño de productos, maquinaria y distribución. Más de tres millones de inversión le supuso conseguir una nueva textura (el mármol envejecido), desarrollar la maquinaria para producirlo y comenzar a abrir las primeras tiendas propias en las primeras plazas del mundo para distribuir su ya conseguida propia marca. Múnich (Alemania), Marbella, Madrid, Barcelona, en Madrid, y la última, Shanghai fueron las apuestas más decididas.
En estos puntos de distribución, además de la materia prima, la entidad intensificó su labor para ofrecer proyectos integrales, donde además de la materia prima, proporciona instalación, diseño, interiorismo y el desarrollo de nuevos productos a la carta. Trajes a medida exclusivos porque ahora el objetivo es subir de segmento. "No es necesario ser tan grande sino mejor", asegura Valdés que compara su negocio con el Prada de la piedra.
Hoteles de lino y saco, las nuevas texturas
La innovación de Tino es algo muy particular. Trabajan con los principales diseñadores y siguen sus tendencias. Es decir, primero buscan la piedra en cualquier parte del mundo (India, Egipto, Turquía...), luego la textura (si es mate o con brillo, rugosa o satinada) y generan la máquina para producirla. Detrás viene el desarrollo de los tratamientos químicos para reforzar la piedra contra la humedad, el clima, el calor, etcétera.La línea textil, un híbrido entre la piedra y la tela, es una de sus texturas más destacadas. De hecho, en estos momentos están desarrollando proyectos como hoteles de lino y de saco. Asimismo, la piedra con efecto madera (colección Nature), que fue lanzada hace seis años y ya cuenta con imitadores, o la piedra semejante a la cerámica son también algunas de sus aportaciones más destacadas, en los últimos años.
Datos básicos
Facturación. Unos 34 millones de euros tiene previsto facturar la empresa en 2010, una cifra similar a la registrada el pasado año, pero que contrasta con 2008, ejercicio en el que facturó unos 58 millones de euros. La tremenda crisis que sufren Europa y América ha sido la principal causante de este descenso, que ha dañado sobre todo al sector de la construcción.Producción. Más de cuatro millones de metros cuadrados de piedra natural vende Tino al año. Controla cuatro canteras en España (dos de ellas en Macael, Almería), de donde extrae y transforma mármol amarillo triana, mármol crema real, mármol blanco y travertino olivillo, que vende en todo el mundo. La compañía también cuenta con un parque de proveedores (empresas auxiliares), que trabajan para ella.Marbella. Al igual que cuando se aproxima una crisis esta ciudad malagueña es una de las primeras en notar el daño, en estos momentos ya está registrando movimiento de inversiones, según asegura Valdés, "gracias a su cosmopolitismo". Unas diez residencias es el número de contratos con que cuenta actualmente la firma, todas entre los ocho y diez millones de presupuesto. Los inversores principalmente son árabes y rusos.
Proyectos emblemáticos
El mármol de Tino ha llegado a los proyectos de los edificios más emblemáticos en todo el mundo. En Asia destacan el Hotel Silverland de Dongguan (China), el Bayan Palace de Kuwait, los hoteles Mandarín Oriental, en Miami, o Four Seasong George V, en París, o la Torre del Complejo de Madrid.