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Productores independientes y la tele por cable de EE UU, interesados

Inversores foráneos apoyan al cine español por los incentivos fiscales

España se ha situado como un país atractivo para que los extranjeros inviertan en producciones cinematográficas. La deducción fiscal del 18% en el impuesto de sociedades, las subvenciones públicas y un retorno del 17,8% para una producción de 20 millones es la causa. Están en fase de desarrollo proyectos por valor de más de 30 millones de euros.

La Ley del Cine del año 2007 abrió las puertas a que los inversores extranjeros, y no necesariamente relacionados con el séptimo arte, mirasen a la producción cinematográfica española como una forma de inversión muy rentable. Y ahora ha empezado a realizarse.

José María Méndez, socio del Área de Propiedad Industrial, Intelectual y Medios de Baker & McKenzie, señala que están en fase de desarrollo proyectos por valor de más de 30 millones de euros. El bufete ha participado en un encuentro asesorando a las distintas partes sobre el régimen jurídico aplicable. "El objetivo ha consistido en hacer atractiva a España, fundamentalmente, a los productores independientes de Estados Unidos". Pero el punto de mira también está en los grandes estudios de Hollywood, "con los que hemos trabajado, pero no en un proyecto concreto", y las cadenas de televisión por cable como HBO o Showtime.

"Es preciso destacar que un episodio de una serie norteamericana puede costar 15 millones de euros, el doble o el triple de un largometraje español. En lugar de rodarlo en Inglaterra o Hungría podrían optar por Alicante o Canarias", dice Méndez.

Las claves se encuentran, por un lado, en el hecho de que la Ley del Cine permite que los incentivos fiscales para la producción cinematográfica, como la deducción del 18% del coste del largometraje o de la serie en el Impuesto de Sociedades, puedan ser aplicables a las personas jurídicas y físicas que desempeñen actividades empresariales y, sin pertenecer al sector cinematográfico, desarrollen producciones en este campo. Esto debe hacerse por medio de Agrupaciones de Interés Económico (AIE). Méndez habla de que ya se han constituido bastantes AIE para proyectos medianos y pequeños y expone las ventajas fiscales de las Islas Canarias. "La deducción del 18% puede convertirse en un 38% por rodar en esos escenarios".

El segundo imán se halla en las subvenciones otorgadas por la Administración central y la regional. Méndez señala, como ejemplo, que entre las subvenciones de la Comunidad Valenciana y la central se puede conseguir un 40%. "El máximo de subvención estatal es de dos millones y en esta comunidad se puede obtener el 20% del 80% del gasto realizado allí, donde están los estudios de Ciudad de la Luz". A ello se añade que las televisiones tienen que invertir el 5% de sus ingresos en obras audiovisuales. Rodrigo Ogea, socio del Área Fiscal de Baker & McKenzie, recuerda que, aunque la norma que obliga a las televisiones a esta inversión está recurrida, sigue vigente "hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie".

En cuanto al retorno, Méndez habla de que se podría llegar al 17,8% para los inversores que participaran en una AIE que desarrollara una coproducción del 50% de un largometraje, con un coste de producción de 20 millones de euros. Los interesados en invertir en el mundo del celuloide español son aquellas sociedades que "suelen tener beneficios todos los años y que saben que pueden tenerlos, como compañías cotizadas, no cotizadas, family offices, bancos o, incluso, profesionales", indica Méndez. Señala que ha habido bancos, sobre todo del área privada, y consultores externos que se han dedicado a convencer a potenciales inversores. El handicap radica en que estos nuevos inversores pueden no conocer nada del proceso de desarrollo de una película.

Ogea subraya que se ha generado un gran interés. "Hemos estudiado muchas operaciones, pero la crisis financiera está incidiendo en que se caigan bastantes".

Convertir en industria al sector cinematográfico

La intención de la Ley de Cine está clara para Rodrigo Ogea: conseguir que la producción cinematográfica española se convierta en una auténtica industria. Sin duda, éste ha sido el eterno problema de la historia reciente del cine en nuestro país.Ogea indica que la norma va a producir un "salto cualitativo y supondrá realizar producciones de más entidad". El socio del área fiscal del bufete señala que estuvieron presentes en el último American Film Market para realzar los atractivos de España a la hora de concretar coproducciones. "Es un mercado muy competitivo, con países como Canadá, Nueva Zelanda o el Estado norteamericano de Nuevo México que ofrecen incentivos fiscales atractivos". Según Ogea, España necesita dar un empujón en este punto.El atractivo español radica, en su opinión, en la unión de las deducciones fiscales y las subvenciones, lo que hace que haya una rentabilidad mínima garantizada. "Individualmente serían insuficientes. Pero ahora, con la crisis, veremos una reducción en las ayudas".

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