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Tribuna
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Augurios de una nueva crisis financiera

Para comenzar, analizamos las decisiones adoptadas por los diferentes Gobiernos europeos tras introducir sus paquetes de rescate con dos objetivos fundamentales: estimular la demanda interna y evitar el colapso del sector bancario.

¿Fueron estas decisiones acertadas?

La actitud más razonable de un inversor particular ante la actual situación económica es potenciar el ahorro en lugar de incrementar los gastos. Esta es una de las razones de que el ahorro en Europa aumentase tanto a finales de 2008 y comienzos de 2009 -dato evidente en España donde la tasa de ahorro alcanzaba niveles del 24,7% en el cuarto trimestre de 2009, (9% del PIB)-. Existirá mayor disposición al gasto si las expectativas son más optimistas, de lo contrario, el consumo se retrae, incluso con incentivos del Gobierno. En España, donde la tasa de desempleo es tan elevada, esta tendencia se agudiza.

En respuesta a la primera de las preguntas sobre los planes de rescate, el primero de los objetivos no se logró y el capital gastado para estimular la demanda interna se ha diluido en su mayoría.

¿Qué pasó con el sector bancario?

La mayoría de los grandes salvaron la quiebra. Si bien aprovecharon fondos especiales del Gobierno para mejorar sus balances a cambio de los intereses correspondientes.

El inicio del declive en el sector bancario, se debió en parte a la falta de liquidez por la desconfianza que había entre entidades, generándose importantes tensiones del mercado interbancario, que necesitó soporte público. La quiebra de Lehman Brothers supuso el inicio de una necesaria reestructuración controlada del sistema financiero que todavía tiene mucho camino por recorrer.

El problema de los activos tóxicos en estos bancos es que aún existen. La gestión en términos generales se ha mantenido igual y no tenemos garantía de que los préstamos gubernamentales serán bien atendidos. El rescate del sector bancario en 2009 sólo consiguió trasladar el problema al futuro. Los Gobiernos europeos tomaron decisiones rápidas sin pensar en las consecuencias.

¿De dónde se obtuvo el dinero de los planes de rescate?

Los países europeos están preocupados por los crecientes déficits presupuestarios. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que consiste en no superar el 3% de déficit y el mantenimiento como máximo de un 60% de deuda en términos de PIB, no se respeta por muchos miembros europeos. La consecuencia inmediata es la búsqueda de financiación en un mercado de deuda, ya de por sí tensionado, provocando un mayor coste para los países ante el incremento del riesgo.

En Grecia e Irlanda pagan un tipo de interés sobre su deuda que supera al bono alemán en más de 250 puntos básicos, mientras que Portugal, Italia, Austria y Bélgica tienen que pagar más de 100 puntos básicos adicionales. España llega a superar niveles récord de 200 puntos en junio.

¿Quién lo compró? Una gran cuantía está en manos de bancos comerciales europeos. Conclusión: si los bancos invierten gran volumen de capital en comprar papel de los diferentes Gobiernos, su actividad operativa se reduce.

Ahora los problemas de liquidez se extienden de un país a otro, un problema global que amenaza con prolongar la grave crisis actual. Según Moody's, un tercio de los principales fondos de inversión poseen activos de 2 billones de dólares repartidos en 16 bancos europeos. Esto se puede convertir en un problema grave si estos activos ven drásticamente reducido su valor. Para cubrir parte del riesgo, los bancos utilizan el mercado de CDS (credit default swaps), instrumentos para cubrir el riesgo de la deuda soberana y para protegerse frente a un riesgo de impago que tanta volatilidad está teniendo en los últimos meses.

Tras este análisis, vemos una importante razón que explicaría la llamada del presidente de EE UU, Barack Obama, a su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero. Si los bancos europeos obtienen importantes créditos de bancos americanos y japoneses, como consecuencia de los bajos tipos en estos países y pensando que los bancos europeos tienen una mayor exposición a posibles problemas de liquidez, en caso de que España o Portugal tuviesen dificultades con el pago de su deuda, las repercusiones serían globales. Los bancos comerciales europeos verían acrecentadas las restricciones de liquidez, los Gobiernos europeos que destinaron importantes sumas para ayudar a los bancos el año pasado en forma de préstamos, se verán con problemas para recuperarlo pudiendo repercutir a EE UU y Japón.

Si la decisión es rescatar a los bancos con problemas, se pospone el problema sin resolver el fondo. Los dirigentes políticos ponen a los países en la cuerda floja al no saber gestionar los escenarios de compañías en dificultades financieras. En este punto, la pregunta inmediata es si no hubiese sido mejor dejar que algunos bancos cayesen, una medida dura, pero el sistema se hubiese mantenido más saneado, con un mensaje al mercado inequívoco: el que no gestiona bien pagará por ello. Ahora el problema, lejos de haberse solucionado, se extiende y el coste será superior. La siguiente pregunta es si los Gobiernos cambiarán el conjunto del sistema financiero e implementarán más planes de ayuda. Esperemos que aprendieran la lección y trabajen en soluciones de largo plazo.

Hubert Walentynowicz. Socio-director regional de España, Portugal y Latinoamérica de X-Trade Brokers España

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