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Cumbre internacional

La UE y América Latina apuestan por elevar la coordinación financiera global

La Unión Europea y América Latina cerraron ayer su cumbre bienal con consenso sobre la necesidad de incrementar la regulación del sistema financiero global. El cónclave queda marcado por la reanudación de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur, y por el cierre de pactos similares con Centroamérica, Colombia y Perú.

Los tres presidentes de Europa volvieron a coincidir ayer en Madrid, cinco meses después de presentar la presidencia española de la UE. José Luis Rodríguez Zapatero (presidente de turno), Herman van Rompuy (permanente) y José Manuel Durão Barroso (Comisión Europeo) cerraron en una rueda de prensa junto a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner la cumbre entre la UE y América Latina y el Caribe. Van Rompuy desgranó las "lecciones" que los participantes han extraído de la llamada Gran Recesión: la crisis no ha terminado y deben incrementarse la regulación y la supervisión del sistema financiero global.

En este último sentido, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, aprovechó su intervención en el plenario para reclamar "decisiones útiles" en las próximas reuniones del G-20, que la propia Francia presidirá el año que viene. Según fuentes de la presidencia francesa, Sarkozy pidió que las reuniones no se limiten a meros intercambios de impresiones. El líder galo esbozó tres de los objetivos de su presidencia del G-20: mejorar la gobernabilidad mundial (incluido el Consejo de Seguridad de la ONU), reformar el sistema monetario internacional y configurar un marco para las materias primas que evite los movimientos especulativos. Según explicó van Rompuy en la rueda de prensa, el grueso de los países de la UE y América Latina (entre los que se encuentran siete miembros del G-20) coincidieron en la necesidad de reforzar la regulación financiera, en línea con la reclamación de Sarkozy.

Por otra parte, el encuentro bienal concluyó con importantes avances en el ámbito comercial: la Unión Europea cerró su primer tratado de libre comercio con otra región económica, en este caso la de Centroamérica. Además, hizo lo propio con Colombia y Perú.

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Pero el avance más significativo por su posible dimensión (y también el más polémico) fue la reapertura de las negociaciones con Mercosur, una zona integrada por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Ayer, el secretario general de la asociación agraria COAG, Miguel López, afirmó que "para abrir puertas a contrataciones públicas, comercio de servicios y sectores industriales, Europa entrega la ganadería, el azúcar, los cereales y el plátano", explicó López. Todo, a su juicio, a cambio de conseguir "41.000 millones en inversiones de grandes empresas".

América Central, primer acuerdo entre regiones

El Gobierno español anunció ayer el cierre de un Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea, en lo que supone el primer pacto de la UE con otra región económica supranacional. El pacto supone, además del refuerzo del diálogo político y la cooperación, un acuerdo de libre comercio entre las dos zonas. Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá gozarán de venta libre de productos industriales en la UE y mejores condiciones para la exportación de productos lácteos, arroz, carne, azúcar o plátanos. A modo de ejemplo, Centroamérica logra una cuota de 10.000 toneladas de carne al año, que gozarán de un ahorro en impuestos de 20 millones de euros, en tanto que las exportaciones de banano se ahorrarán hasta 50 millones.A cambio, la Unión Europea consigue igualmente el acceso libre de sus productos industriales, así como la liberalización en diez años de sus ventas de vehículos de motor en la región centroamericana, entre otras ventajas. También logra un compromiso de protección de denominaciones de origen en productos como el queso manchego, el whisky o el champán.El acuerdo se une a los recién cerrados por la UE con Colombia y Perú, a los que en un futuro podría sumarse Mercosur.

Más supervisión

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, salió ayer al paso de las críticas del sector agrícola respecto a la reanudación de las negociaciones para un tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur. De la Vega afirmó que la reapertura negociadora "se ha calibrado mucho", y pronosticó que un eventual acuerdo -cuya consecución podría demorarse varios años- "será beneficioso para todos" los sectores.

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