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Macroeconomía

América Latina, de caso perdido a promesa desigual

América Latina, de caso perdido a promesa desigual
América Latina, de caso perdido a promesa desigualBLOOMBERG

Hace siete años, la crisis argentina obligó a Fagor, el productor de electrodomésticos vasco, a vender su única fábrica en América Latina. El grupo tenía en San Luis, en el centro oeste del país, una planta donde producía frigoríficos y lavadoras en alianza con la mexicana Mabe, pero el derrumbe del mercado local forzó al grupo a traspasar su participación a su socio y cancelar un proyecto que apenas había durado ocho años, y dirigir sus esfuerzos a otras zonas más prometedoras, como Asia o Europa del Este. Desde entonces, la empresa con sede en Mondragón (Guipúzcoa) está presente en la región únicamente a nivel comercial, con filiales de distribución en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.

La experiencia de Fagor en América Latina es la de muchas compañías extranjeras que en las últimas dos décadas desembarcaron con entusiasmo en la región, dispuestas a invertir fuertes sumas de dinero, pero al poco tiempo debieron replegarse por los episodios de hiperinflaciones, devaluaciones y suspensiones de pagos unilaterales que cada cierto tiempo alteraban las economías.

Hoy, sin embargo, las cosas han dado un vuelco curioso. La misma región que en los noventa sacudió los mercados con la caída del real, el efecto tequila y el corralito argentino ha salido bien parada de una crisis sólo comparable con la Gran Depresión de 1929, ayudando a exportadores como Fagor a mantener las cuentas equilibradas.

"Brasil, Chile, México, Perú y Colombia son los preferidos para invertir", según un consultor del Banco Mundial

"Asia y América Latina son las únicas regiones donde nuestras ventas crecieron el año pasado", comenta Galo Sánchez, director de negocios internacionales del grupo. Mientras la facturación de la compañía cayó un 1% en Europa Occidental y se mantuvo en Europa del Este (0%), creció un 7% en Asia y un 20% en América Latina. En la base de este fenómeno están, sin duda, las reformas que los Gobiernos latinoamericanos implementaron en los noventa siguiendo las recomendaciones de los organismos financieros internacionales. Gracias a estas políticas y a la fuerte alza de las materias primas impulsada por la demanda china, la región llevaba, cuando sobrevino la crisis, seis años de crecimiento con superávit en las cuentas externas y mejora de las finanzas públicas, lo que en ese periodo le permitió bajar su deuda y aumentar sus reservas internacionales. La gran recesión cortó, ciertamente, ese ciclo de bonanza, pero a diferencia de episodios anteriores, esto no se tradujo en una crisis financiera e incluso, en el peor momento, mientras EE UU y Europa se veían en la penosa tarea de rescatar del desastre a sus bancos, en América Latina la mayor preocupación era lanzar millonarios paquetes de estímulo para mantener activos el consumo y la inversión.

La Cepal, agencia de la ONU para América Latina y el Caribe, estima que tras una caída del 1,8% en 2009, el PIB de la región crecerá un 4,3% en 2010, por encima del 1,4% proyectado para los países ricos.

Pese a lo admirable de su recuperación, la región está todavía rezagada en aspectos que influyen más visiblemente en la calidad de vida de sus poblaciones. Con la honrosa excepción de Chile, la zona ocupa puestos medios en casi todos los rankings que miden facilidades para invertir o hacer negocios. En el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, Chile es el país latinoamericano que obtiene la puntuación más alta, ubicándose en el puesto 30, tres lugares por encima de España. Pero luego hay que descender hasta el puesto 56 para encontrar otra nación suramericana, Brasil. En el Doing Business del Banco Mundial ocurre otro tanto. Puerto Rico, Colombia y Chile están entre los 50 primeros, y todos los demás, de media tabla para abajo, con países incluso como Bolivia y Venezuela en los últimos lugares.

Esta heterogeneidad impide que toda la región inspire en los inversores la misma confianza. "Chile lo hace muy bien. Brasil está cada vez mejor, pero el resto..., hay de todo, es una cosa de locos", comenta Sánchez. Mientras estas diferencias no se corrijan y aspectos como la seguridad y la democracia no sean temas resueltos, será difícil que la zona se consolide como destino atractivo de inversión o ventas. América Latina ayudó a Fagor a sobrellevar la crisis, pero los 18 millones que aportó sólo representaron el 6% de su facturación internacional, frente al 39% de Europa Occidental, el 19% de Europa del Este o el 14% de Asia.

"Las medidas que se impulsaron en los noventa no incluyeron reformas microeconómicas e institucionales, que son las que deben hacerse ahora para asentar un crecimiento más sólido", afirma Jonás Fernández, director del Servicio de Estudios de la consultora Solchaga Recio & Asociados. Entre ellas, destaca la urgencia de una reforma fiscal que aumente la recaudación tributaria, que actualmente no llega al 10% del PIB. "No se trata de subir impuestos sino de ampliar la base imponible, ya que sin ingresos adecuados, los Estados no podrán gastar en educación e infraestructura".

Mario Weitz, consultor del Banco Mundial, afirma que hay cinco países que, por su seriedad y apertura, son claramente los preferidos por los inversores: Brasil, Chile, México, Colombia y Perú. "Ante el auge de las economías emergentes, con China e India a la cabeza, en los próximos años los flujos de inversión que antes iban a países ricos van a ir a mercados emergentes, entre ellos, estos cinco países", explica. Además, está convencido de que en su condición de potencia, Brasil ejercerá sobre sus vecinos el mismo efecto de arrastre que China en el sudeste asiático. "Este año hay elecciones en Brasil, pero gane quien gane, Dilma Rousseff o José Serra, los dos candidatos son fiables".

La creciente presencia china en la región

Un factor que no se puede pasar por alto es la creciente penetración china en la región. Un botón de muestra es el acuerdo firmado a inicios de abril por Interbank, el cuarto banco de Perú, y Bank of China, merced al cual, ejecutivos de la entidad asiática ocuparán una oficina de la torre del banco peruano en Lima para atender a empresas chinas establecidas en el país. De esta forma, Interbank pretende sacar partido del Tratado de Libre Comercio suscrito en 2009 por ambas naciones. "En los próximos años China invertirá 7.000 millones de dólares en Perú, y será muy interesante que uno de los vehículos de este flujo de capitales seamos nosotros", explica Andrés Muñoz, vicepresidente ejecutivo comercial de Interbank.

Chile y Venezuela, en las antípodas

Chile es el único país latinoamericano en el top ten del Índice de Libertad Económica que elabora la Fundación Heritage, con sede en Washington. Según el estudio, que clasifica a 183 países según el grado de libertad que ofrecen a la inversión, las 29 economías de la región se desempeñaron mejor que el promedio mundial en cuatro de los diez componentes del índice, aunque algunos "están abrazando un nuevo populismo", advierte el informe. Sin embargo, Jonás Fernández, de la consultora Solchaga Recio, opina que a pesar de que la influencia de Hugo Chávez llama mucho la atención, el grueso de la región sigue apostando por una combinación de políticas de mercado con políticas sociales, independientemente de si el Gobierno es progresista o conservador. Por su parte, Osvaldo Kacef, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, aclara desde Santiago que el problema de la región no es una insuficiente libertad económica: "No hace falta liberalizar más los mercados. No es esa la razón por la que Chile crece. Lo que hace falta son más políticas públicas para democratizar el crecimiento y hacer que llegue a todos los estratos".

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