Iberdrola admite un consejero para ACS, pero será destituido en la junta
Ante la imposibilidad legal de negar a ACS un puesto en su consejo, Iberdrola ha decidido replicar el conflicto FCC-Acciona que, en 2004, acabó en los tribunales. Así, tras la designación del representante de ACS en la junta del viernes, se solicitará su cese inmediato alegando "un conflicto de competencia" que, pese a la debilidad de los argumentos, según fuentes jurídicas, debería resolver el juez.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, mostró ayer las armas legales con las que se enfrentará a ACS (su principal accionista con un 12%), en la junta general que se celebrará el viernes en Bilbao. En ella, tal como anunció hace varias semanas, la constructora que preside Florentino Pérez planteará su derecho a contar con un puesto en el consejo de la eléctrica, cuya puerta le ha sido cerrada en dos ocasiones en el último año.
En un comunicado de prensa remitido ayer por la tarde, Iberdrola reconoció que a ACS le corresponde, por el sistema de representación proporcional que incluye la Ley de Sociedades Anónimas, un miembro en su consejo de administración por su 6,67% del capital (el resto lo tiene en derivados). Según la nota, en la junta general, "y en cumplimiento de la legalidad vigente", se dará curso a la solicitud de Residencial Monte Carmelo (sociedad de ACS propietaria de las acciones que tiene en la eléctrica). Dicha sociedad podrá designar a un consejero sin que sea necesaria la votación de la asamblea, pues en la junta se producirán dos vacantes: la de los consejeros independientes Luis María de Oriol y José Orbegozo.
Sin embargo, esta aparente condescendencia tiene un truco que tampoco ocultan los responsables de Iberdrola. La compañía advierte en el comunicado que, ante la petición cursada por ACS (en febrero), "ha solicitado diversos informes económicos y dictámenes jurídicos sobre la existencia de un conflicto de competencia entre ACS e Iberdrola".
Planteará un conflicto de competencia, en línea con la pugna FCC-Acciona
Teniendo en cuenta de que dichos informes "evidencian", según Iberdrola, que ambos grupos son competidores, de forma "particularmente intensa" en producción de energía, fuentes de la empresa reconocen que, tras su nombramiento, se solicitará el cese del consejero que ACS nombre, para lo que sólo será necesario el 50% de los votos más uno. Mediante el sistema de delegación de votos al presidente por los accionistas (que en este caso no han recibido instrucciones previas) y, a la vista del pago de una prima por asistencia, la votación se considera ganada.
Se trata de una réplica del conflicto que se desencadenó en 2004 en FCC, tras la pretensión de Acciona, que había comprado un 15% de la primera y solicitó tres puestos en el consejo. El juez no respaldó a Acciona, que tuvo que salir de FCC.
ACS declinó hacer comentarios, aunque advierte que este caso no tiene nada que ver ni en la forma ni en el fondo con el de los grupos dirigidos por Esther Koplowitz y José Manuel Entrecanales.
¿Por qué la constructora participó en Fenosa?
Pese a los dictámenes a los que apela Iberdrola, para declarar que ACS es un competidor, fuentes jurídicas cercanas a las tesis de la constructora consideran que los argumentos legales "no son muy sólidos". Por un lado, la constructora no figura en ninguna de las listas de operadores principales de la energía (los cinco primeros de cada sector) que elabora cada año la CNE y que determina la incompatibilidad de un accionista de sentarse en el consejo de dos operadores de este tipo.Precisamente por esta incompatibilidad, ACS no pudo entrar en el consejo de Iberdrola mientras mantuvo su participación de hasta el 45% en Unión Fenosa. ¿Y por qué pudo mantener durante varios años este paquete y la gestión de la compañía, para lo que la autorizó Competencia? ¿No era Fenosa una eléctrica como Iberdrola?Todo apunta a que Iberdrola no apelará a las listas de la CNE, sino a la jurisprudencia del caso FCC-Acciona y a sus propios estatutos que, aún con todo, no resultan muy concretos, como así ocurre con la propia Ley de Sociedades Anónimas. Sin embargo, con participaciones insignificantes en el negocio energético (1,2% de sus ventas), caso de ACS, y en el inmobiliario o el de ingeniería (caso de Iberdrola) estos argumentos no resultan sólidos para la constructora.
Otros incompatibles
Uno de los argumentos con los que ACS podría defenderse de la acusación de ser un competidor de Iberdrola por tener producción de renovables, es que muchos de los accionistas representados en el consejo también lo serían. Tal es el caso de BBK, Bancaja o el propio vicepresidente, Juan Luis Arregui (en Ence), que tienen intereses en ese sector. La propia Iberdrola, con un 13% de Gamesa, se sienta en el consejo de este fabricante de aerogeneradores y promotor de parques eólicos.