Respiro para los bancos griegos
A los bancos griegos les han concedido un aplazamiento. El presidente del Bundesbank, Axel Weber, dejó entrever esta semana que el BCE podría aceptar los bonos del Gobierno griego de peor calificación como garantía para préstamos a corto plazo. Eso debería ayudar a aliviar los temores de una crisis de liquidez. Pero desenganchar a las entidades de la financiación del Banco Central mientras lidian con una economía en desaceleración será duro.
Los depósitos representan el 60% de los pasivos de los cuatro mayores bancos de Grecia. Esto deja 70.000 millones de euros para ser financiados en los mercados mayoristas. Otros prestamistas e inversores están comprensiblemente cautos. Así que los bancos han aumentado la financiación por pignoración de activos -incluyendo grandes cantidades de bonos del Gobierno griego- con el BCE. Desde septiembre pasado, habían prestado 28.000 millones de euros del Banco Central. La cifra es ahora aproximadamente el doble de esa cantidad, según Moody's. Sustituir la mitad de la financiación del BCE con deuda privada descontará entre el 5% y el 10% de los ingresos netos de los bancos griegos, según Morgan Stanley.
Mientras, la crisis financiera está dañando el equilibrio de los balances de los bancos. El impacto más inmediato es la caída del valor de los bonos griegos, un 10% en seis meses. La mayoría de los bancos han cubierto algunos de estos descubiertos. El daño causado por la contracción fiscal será más difícil de evitar. Los expertos creen que la economía griega podría reducirse hasta en un 4% este año. Eso se traducirá en deudas incobrables. Citigroup estima que los cuatro grandes bancos -National Bank of Greece (NBG), Piraeus Bank, Alpha Bank y Eurobank EFG- provisionaron 3.400 millones de euros el año pasado, un alza de casi el 50% sobre 2008. Este año se prevé un aumento del 8%.
Incluso después de absorber mayores costes de financiación y las deudas incobrables, los cuatro grandes bancos seguirán siendo rentables. Las ratios de capital también parecen razonablemente fuertes, especialmente en el Alpha y el NBG, que emitió acciones el año pasado. Con el apoyo del BCE, una pérdida repentina de confianza parece poco probable. El Gobierno griego no está en condiciones de financiar un plan de rescate.
Por Nicholas Paisner