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El deflactor cae un 3%, su récord en medio siglo

El PIB japonés toma impulso pero los precios se desmoronan

La economía japonesa creció en el cuarto trimestre del año un 4,6% en tasa anualizada, lo que no evitó que en el conjunto de 2009 registrase la mayor caída de la posguerra (5%). Además, el deflactor del PIB descendió a un nivel récord del 3%, lo que reaviva los temores de deflación.

Una de cal y otra de arena. La economía japonesa se desayunó ayer con dos noticias contradictorias sobre su salud: por un lado, el Gobierno publicó el dato de crecimiento del PIB del cuarto trimestre, que alcanzó el 4,6% en tasa anualizada. Un notable avance que supera las expectativas de los analistas y parece alejar definitivamente al país del sol naciente de la recesión.

Sin embargo, en la misma mañana se conoció otro indicador que remite al país a sus peores pesadillas de las últimas dos décadas: el deflactor del PIB, el indicador más amplio de la evolución de los precios, cayó en el mismo periodo un 3% interanual, frente al 0,6% registrado entre julio y septiembre. Se trata del mayor descenso de precios registrado desde que en 1955 comenzase a elaborarse la estadística vigente. El fantasma de la deflación, que paralizó la economía nipona durante la década de los 90 (al suprimir los incentivos a la inversión y la contratación) vuelve así a materializarse. El último dato del índice de precios de consumo, correspondiente a diciembre, registró una caída del 1,7%.

La aparente paradoja de caída de precios y fuerte crecimiento de la actividad se explica porque esta última depende en buena medida del sector exterior y, además, parte de niveles exiguos. De hecho, el catastrófico primer trimestre de 2009 -caída del PIB anualizada superior al 12%, con la producción industrial desplomándose casi un 40%- ha significado un lastre invencible para el conjunto del ejercicio, en el que la actividad de Japón retrocedió un 5% (la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial).

Ayudas públicas

El consumo privado creció un 0,7% en el cuarto trimestre, por un 1% de la inversión en bienes de equipo y un 0,4% la demanda del sector público. Por su parte, la inversión residencial retrocedió un 3,4%, bastante menos que el 7,8% registrado en el tercer trimestre. El grueso del avance de la actividad interna (0,6 puntos del PIB trimestral) se debe a las medidas de estímulo fiscal, centradas en la industria del automóvil y algunos bienes de consumo. Por su parte, la demanda exterior aportó 0,5 puntos al PIB, gracias a que el aumento de las importaciones (1,3%) fue muy inferior al 5% de las exportaciones, impulsadas éstas por el tirón de China. El ministro de Finanzas japonés, Naoto Kan, llamó ayer a evitar la autocomplacencia, aunque reconoció que el país empieza a observar "algunos rayos de sol a través de las nubes". A su juicio, el riesgo de recaer en la recesión ha disminuido notablemente.

Segunda potencia, por poco tiempo

Pese al histórico retroceso del PIB de 2009, Japón logró mantener in extremis su condición de segunda potencia económica del planeta, quedando para este año el sorpasso de China. El 8,7% de crecimiento anual no fue suficiente para que el gigante emergente desbancase a Japón del segundo puesto del podio, que viene ocupando desde 1968. El tirón del milagro económico de la posguerra todavía le permite mantener esa posición, pese a su estancamiento de las últimas dos décadas y el vigoroso crecimiento chino. De momento, la actividad económica anual de Japón suma 5,07 billones de dólares, frente a los 4,9 de China.

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