Una roca o una piedra: la difícil elección
El año pasado el estímulo gubernamental para reactivar la economía alcanzó niveles nunca vistos antes y los bancos centrales han reiterado su compromiso de mantenerlo, sólo poniéndose en marcha estrategias de retirada cuando sus economías demuestren un crecimiento sólido y sostenible. En la elección entre prender fuego a otra burbuja de precios o provocar una ligera recesión, es probable que los bancos centrales apuesten por la segunda.
Dada la magnitud de los estímulos, es inevitable que se produzcan errores. Los bancos centrales corren el peligro de ajustar demasiado pronto o demasiado tarde. Existe la tentación de esperar a que las brechas de producción estén casi equilibradas y el nivel de desempleo se reduzca rápidamente para aplicar los ajustes, esta es ciertamente la recomendación de los bancos de inversión.
Sin embargo, hay un riesgo mayor en un ajuste monetario temprano ya que en las etapas iniciales de recuperación no se necesita apalancamiento para lograr sólido crecimiento. Probablemente, los dos trimestres que hemos tenido de crecimiento en la producción industrial en la segunda mitad de 2009 conducirán a un aumento del empleo en la primera mitad de 2010. Esto presionará a los bancos centrales a retirar sus estímulos pronto y cabe la posibilidad de que la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Comité de Política Monetaria reajusten sus políticas antes del verano, lo que, en cambio, apagará el apetito por el riesgo y provocará una caída en la actividad para finales de año.
Los bancos centrales tienen que elegir entre reanudar el endeudamiento y las burbujas de precios de los activos en los próximos años o sufrir una recesión débil. Sin duda, la experiencia vivida les alentará a adoptar la segunda opción.
Stuart Thomson. Economista jefe de Ignis AM