Contratos por diferencias
Los 'hedge funds' y los fondos de inversiónmás arriesgados sacan partido a los contratos por diferencias.
Invertir poco y ganar mucho es la principal ventaja que ofrecen los contratos por diferencias. Pero su cara oscura es que también pueden ocasionar una pérdida de capital mayor al dinero inicialmente invertido. Esta posibilidad, que se conoce en el argot financiero como apalancamiento, es, junto con la opción de jugar a la baja, lo que hace que los CFD sean atractivos para fondos de inversión libre y para instituciones de inversión colectiva en acciones o renta fija con políticas agresivas.
Un CFD es un contrato entre un comprador y un vendedor, donde se estipula que el vendedor pagará al comprador la diferencia entre el valor de referencia actual de un activo (acciones, divisas, índices, materias primas, bonos) y el valor de ese activo en el momento de cierre del contrato. Si la diferencia es negativa, entonces es el comprador el que paga al vendedor. Es un contrato derivado que permite a los inversores especular con los movimientos de las acciones sin la necesidad de ser propietario de esos valores.
Facilitan a los gestores de los fondos de inversión ponerse bajista, es decir, vender una acción a 10 euros para luego comprarla a 8 euros y ganar los 2 euros de diferencia. Los CFD son unos activos más de la cartera de los fondos y funcionan de manera similar a los futuros, los derivados y los warrants, aunque a diferencia de ellos, no cotizan en un mercado organizado. Los contratos por diferencias son unos instrumentos muy utilizados en Europa, especialmente en Reino Unido, donde nacieron en 1990.
Desde la regulación de los hedge funds en nuestro país y con la reforma de la Ley de Fondos, que facilita la inversión de un 10% de la cartera en productos OTC (no cotizados ni regulados) están arañando cuota dentro de los portfolios de los fondos más sofisticados. Pueden formar parte de la cartera de los productos con pasaporte europeo UCIT III. Según un sondeo efectuado por CincoDías, los utilizan varias gestoras como: Carmignac, Fidelity, Oyster oHenderson y muchasmás especializadas en fondos alternativos que prefieren mantenerlo en el anonimato. Fidelity utiliza los CFD en todas las posiciones cortas de sus fondos y en especial en la gama FAST, comenta Pablo Anabitarte, director de ventas de Fidelity en España. El fondo EuropeanMarket Neutral es el máximo exponente de esta aplicación.
"El uso de CFD nos proporciona versatilidad, variedad y limita el riesgo de contrapartida", asegura. "Utilizamos CFD para crear ventas a descubierto sintéticas en nuestro fondo OysterMarket Neutral", dice Olivier Govaerts, gestor de Oyster. "Son una manera eficaz de replicar posiciones a descubierto", puntualiza. Otra ventaja es que estos productos se negocian al margen, es decir, que se compran sin pagar la totalidad del importe, lo que permite que el valor nominal del subyacente sea invertido en depósitos que pagan interés, dado que únicamente se necesita pagar el margen a la contraparte.
"El interés que el CFD cobra sobre el inversor para financiarle la compra de las acciones o que le paga por la posibilidad de venderlas no es deducible fiscalmente al calcular las ganancias", recuerda Adrián Juliá, director de productos cotizados de Société Générale. Funcionan como todos los derivados con margen que suele situarse entre el 20% y el 30% de la inversión total, comenta un reputado gestor de fondos de inversión libre.
Esto significa que no se tiene que desembolsar el 100% del valor de la exposición, lo que permite apalancarse al movimiento de una acción, multiplicando la pérdida o beneficio de la cotización de la acción. La primera diferencia entre un warrant y un CFD está en el perfil de riesgo que con ellos asume el fondo de inversión. Mientras que los warrants son opciones compradas por el gestor, que dan el derecho a la cartera del fondo a comprar o vender un activo, los CFD se asemejan más a los futuros y obligan al tenedor a realizar una transacción en una fecha determinada. Eso hace que la operativa entre ambos activos sea diferente.
De este modo, los warrants no necesitan del depósito de garantías para su operativa pero los CFD sobre las acciones sí la exigen (entre el 5% y el 25%). En resumen: el máximo riesgo asumido por un fondo en un warrant es su desembolso inicial (la prima), mientras que el riesgo potencial del CFD es ilimitado, ya que tendrá que reponer garantías si se equivoca en la tendencia. Las comisiones en los contratos por diferencias se aplican sobre el nominal al que se expone (por ejemplo una acción de Telefónica),mientras que en los warrants se abonan sobre el precio del bono, siempre inferior, afirma Juliá. Este activo es para inversores que no se alteran con facilidad y para conocedores de los mercados ya que conlleva importantes riesgos. Además, del propio de los movimientos bursátiles al alza o la baja, el riesgo de contrapartida y el del apalancamiento.
Como no se adquiere la titularidad de las acciones sino un contrato con una contrapartida (al cual hay que pagar o del que se cobrará en función de la evolución del subyacente), hay que conocer bien al emisor porque si no es solvente al cancelar el contrato, puede no pagar.
Guía para inversores novatos
P¿Qué son los contratos por diferencias (CFD)?R Son activos financieros derivados que constituyen un acuerdo entre un inversor y un intermediador financiero por el que se establece la liquidación en efectivo de la diferencia, favorable o desfavorable, que se produzca en la cotización de un activo subyacente (una acción, un índice, un metal precioso, un fondo cotizado, divisas...) entre las fechas en las que se realiza y se cancela el contrato.P¿Cómo funcionan y qué pueden hacer?R El inversor puede tomar una posición en un activo de forma similara operar directamente comprando o vendiendo dicho activo pero prescindiendo de la realización del desembolso en la posición compradora o de la entrega de valores. Es posible tomar posiciones cortas ( jugar a la baja) en mercados que negocian sólo al contado.P ¿Quiénes son los emisores de CFD?R Los lanzan empresas de servicios de inversión (ESI), es decir, entidades de crédito y agencias o sociedades de valores. Puede ocurrir que quien comercializa el CFD sea diferente a su emisor. El emisor asume dos riesgos: pagar al inversor porque el mercado evoluciona a favor de él y hacer frente a las pérdidas que provoque el incumplimiento de las obligaciones del inversor cuando el mercado tenga una trayectoria contraria a los intereses de éste.P ¿Qué exigen a los inversores?R Un depósito de garantía por realizar esta operación, que se utiliza para asegurar que el inversor responda ante posibles pérdidas. Por lo general, la cuantía se recalcula cada día.P ¿A quién van dirigidos estos productos?R Debido a su sofisticación y al elevado riesgo que incorporan, la CNMV considera que sólo están indicados para inversores experimentados, ya que exige el conocimiento de los mercados bursátiles y capacidad financiera para afrontar pérdidas.