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A fondo

Fármacos genéricos, más que una cuestión de precio

La existencia de genéricos motiva la bajada de precios, pero no supone todo el ahorro.

¿Qué les pasa a los fármacos genéricos en España? El año pasado, por primera vez desde su llegada al mercado farmacéutico español, crecieron por debajo de los medicamentos de marca y redujeron su cuota de mercado. No incrementaron sus ventas más de un 3%, cuando en años anteriores habían superado el 15% de crecimiento. Su cuota en facturación, se quedó en un 6,5% del total del mercado frente al 7% alcanzado en 2007, según los datos de la consultora de referencia en el sector IMS Health.

¿A qué se debe este recorte de crecimiento? La industria del genérico español, a través de su patronal Aeseg, considera que "el mercado del genérico en España es pequeño y está poco desarrollado". Un 40% del mercado farmacéutico nacional ya no está protegido por patente, es decir, en él cabe la competición con los genéricos. Sin embargo, la mitad de los fármacos incluidos en ese 40% no tienen prácticamente competencia de medicamentos genéricos. De la otra mitad del mercado no protegido, los genéricos sólo alcanzan el 15,6%. Los medicamentos originales siguen copando el mercado incluso cuando ya no son los únicos.

La clave está en el precio. Los fármacos sin patente y con competencia de genéricos ya no cuestan lo mismo que cuando eran exclusivos. El Estado tiene un mecanismo, que son los precios de referencia, para garantizar un mayor ahorro para el sistema sanitario nacional, considerando que una vez perdida la patente, el medicamento ya ha amortizado sus costes de innovación. Estos precios son la cuantía máxima que financia el sistema público por un grupo de fármacos iguales, siempre que en ese grupo exista un genérico. Por definición, cuando un fármaco entra en esta lista de precios, su coste se reduce en un 30% en inicio y después, se incrementa la rebaja.

Los genéricos denuncian, en este marco que, "no se incentiva suficientemente la demanda", teniendo en cuenta los "ahorros" que la introducción de los genéricos trae al sistema nacional de salud por este sistema.

En este punto, difieren las opiniones de los distintos sectores implicados. Los laboratorios innovadores no rechazan la introducción del genérico. Al contrario, según declaraciones de responsables de las farmacéuticas en múltiples ocasiones, se les reconoce su hueco y su función en el mercado farmacéutico, siempre y cuando se respeten las patentes.

Sin embargo, en cuanto al ahorro, desde Farmaindustria, patronal española de los laboratorios innovadores, destacan que "el falso mito es pensar que no hay suficiente ahorro en el sistema porque no hay suficiente medicamento genérico". "La clave no son los sin marca. La clave son los precios de referencia. Lo fundamental es que el mercado baja de precio cuando el producto pierde la patente y entra en competencia y eso es lo que beneficia a los ahorros. El fármaco que se venda más o menos en ese segmento no protegido ya es una cuestión de libre competencia entre empresas y no hay que favorecer a unos frente a otros", explica Javier Urzay, director de Coordinación y Servicio al Asociado de Farmaindustria.

En ese sentido, frente a la queja de la Aeseg de que "España está a la cola de Europa en la introducción de genéricos", los laboratorios innovadores señalan que el conjunto de fármacos sin protección, que suponen el verdadero ahorro según su tesis, "alcanzan una cuota de mercado en valores del 19,4%". La media europea de penetración de los fármacos sin marca es del 18,1%, según datos de la patronal europea de genéricos EGA.

Por otro lado, los genéricos aseguran que las dimensiones de su mercado son tan pequeñas por los retrasos en las autorizaciones de nuevos productos. En España se pueden demorar hasta los 15 meses "extendiendo innecesariamente la protección de patente y estrechando aún más el mercado".

Estos argumentos son vitales en la discusión porque el Gobierno es el que tiene la última palabra. En un mercado tan regulado como son los medicamentos, las políticas de fomento privadas tienen poco que hacer. Y los genéricos necesitan convencer a todos los grupos de interés de que realmente suponen un avance en el sistema si quieren velar por su supervivencia. La clave está en estimular la demanda, que los pacientes pidan y los médicos receten genéricos.

Más allá de las campañas de información y formación de todos los grupos de interés que intervienen en la toma de decisiones de las recetas y "políticas decididas y homogéneas de fomento en las Comunidades Autónomas", Aeseg aboga por "agilizar los procesos de registro, aprobación y fijación de precio de los genéricos, para ampliar el mercado" y "modificar el sistema de precios de referencia para favorecer la competencia", dice Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, director general de Aeseg.

La industria pretende promover que "el cálculo de los nuevos precios no esté basado sólo en la dosis diaria definida", que es lo que juega como baremo, sino que incluya otros criterios como forma farmacéutica, posología, etc... que tienen mucho que ver en el coste final del producto. Según Rodríguez de la Cuerda, "esta fijación de costes deteriora los márgenes de las empresas", que tiran los precios para hacerse con el más barato y luego no pueden atender el mercado. Las demás empresas de genéricos están obligados a seguir el precio y no obtienen rentabilidad. Sin márgenes, no hay dinero para investigar en nuevos genéricos y ampliar el mercado.

En el objetivo, siempre el año 2012. En esa fecha pierden la patente 63 moléculas que superan, en términos de facturación en España, los 2.700 millones de euros. El trozo del pastel que determinará la supervivencia del genérico. ¿Lo alcanzarán?

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