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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los grandes misterios del precio del oro

El cóctel es explosivo: dólar en caída libre, temor a la inflación, incertidumbre, tipos bajos y un mercado inundado de liquidez. Todo ello ha provocado una escalada del oro hasta máximos históricos, sobre los 1.060 dólares.

Pero más allá del rally del metal precioso, un refugio en épocas de incertidumbre, en las últimas semanas se han producido ciertas anomalías en la relación entre el precio al contado y su contrato de futuros. Puntualmente, en algunas sesiones el precio de contado se ha situado por encima del precio del futuro, lo que se conoce como backwardation, y que en el caso del oro es bastante insólito. Se produjo una situación similar en diciembre de 2008 que duro unos tres días.

En las últimas semanas, han sido numerosas las sesiones en las que el precio de contado del oro cerró por encima del futuro genérico con vencimiento más inmediato. El lunes el futuro cerró a 1.057,3 dólares y el contado a 1.064,2, una diferencia de casi siete dólares a favor del contado. En las últimas 14 sesiones, el contado quedó en nueve ocasiones por encima del futuro. Se denomina base del oro a la diferencia de precio entre el contado y el futuro. Si es positiva se conoce como contango; si es negativa, backwardation. En materias primas agrícolas sí es habitual el backwardation, pero es raro en metales.

El precio del oro al contado ha cerrado por encima de su futuro en varias sesiones

El precio de un futuro se forma con el precio de contado más el tipo de interés al plazo de expiración y, en el caso de las materias primas físicas, el coste de su almacenamiento. Según algunos teóricos el hecho de que la base del oro se haya reducido a cero, e incluso sea negativa, es señal de que se avecina un periodo prolongado de backwardation.

En una situación puntual de backwardation se puede ganar dinero arbitrando: vendiendo el contado y comprando el futuro. Y si el arbitraje es masivo la situación vuelve a la normalidad.

En un backwardation prolongado, los inversores no compran futuros, porque se teme una escasez de la materia prima y se prefiere comprar hoy al contado. Y si hay escasez del oro físico, el mercado de futuros no se sostiene, lo que implica que, en ausencia de un mercado, el oro no se puede comprar y vender a ningún precio. Los teóricos sostienen que esta situación daría al traste con el sistema monetario internacional, porque la confianza en el papel moneda, en el dólar, respaldado por la emisión de deuda del Tesoro americano se apoya en que en última instancia se puede intercambiar por oro físico. Si no hay posibilidad de comprar oro, todo el sistema se desmorona.

Hasta ahí lo que pronostican los más pesimistas. Sus críticos recuerdan que el sistema monetario actual ya no se basa en el oro, sino en la confianza. El dinero es un medio para el intercambio de bienes porque así lo ha decidido legalmente un Gobierno. Y tiene valor porque el Gobierno acepta el pago de impuestos en esa divisa y con ella paga sus deudas.

Pero es cierto que la demanda de oro se ha disparado por la debilidad del dólar. La divisa está sufriendo por unos tipos de interés en mínimos y la falta de confianza de los inversores.

Y el oro es el refugio por excelencia, porque es un activo sin el pasivo correspondiente. Así como la divisas, los billetes, tienen un colateral en el balance del banco central en forma de deuda emitida por el Tesoro, el oro no tiene contrapartida, ni riesgo de impago.

Según el Financial Times, los hedge funds y algunos bancos centrales están apostando por el oro físico. "El endeudamiento es muy elevado en EE UU. Por eso aumenta la demanda", explica Juan Laborda, profesor del IEB. Esta demanda ha trastocado el mercado. "Es relativamente ilíquido y hay mucha volatilidad y demanda, por lo que se dan estas situaciones", explica José Luis Martínez, de Citi.

A lo que hay que añadir una bolsa de liquidez inmensa que no halla atractivo en los activos en dólares, con los tipos en mínimos.

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