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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El PSOE intenta evitar las emboscadas al Presupuesto

El Gobierno ha respirado tranquilo porque los Presupuestos del año que viene y la reforma fiscal que incorporan acaban de superar el debate de las enmiendas de totalidad. Era el más temible desde el punto de vista político porque podría haber quedado colgado de la brocha si no hubiera reunido los apoyos necesarios para neutralizar la estrategia del PP. La devolución del proyecto de ley al Consejo de Ministros hubiera supuesto una moción de censura encubierta y habría obligado a una prórroga presupuestaria inviable en un momento de grave recesión. Estaríamos hablando a estas alturas, por tanto, de un anticipo de las legislativas.

El Gobierno ha superado esta primera barrera gracias a la generosidad interesada de los nacionalistas vascos y canarios. Y aquí surge una primera paradoja: el PNV, convertido ahora en el principal socio del PSOE en el ámbito presupuestario, votó el pasado junio en contra del techo de gasto, fijado para 2010 en 182.000 millones. Antes del verano, no había digerido su desalojo de Ajuria Enea.

En estas circunstancias y con estas incoherencias, los Presupuestos han enfilado en medio de una lluvia de críticas el camino del informe de la ponencia y del dictamen de la comisión. En el primer caso, no hay obstáculos a la vista porque lo tradicional es que se incorporen las enmiendas parciales que hoy registrarán el PSOE, el PNV y Coalición Canaria, los tres grupos que han sumado sus fuerzas en el debate de totalidad, junto a las que presenten el resto de los partidos.

Economía se ha reservado 1.500 millones para encajar nuevas demandas en los Presupuestos

Más riesgos de emboscadas tendrá que afrontar el PSOE en la comisión de Presupuestos. Hasta ella llegarán a partir de hoy varios miles de iniciativas que el grupo mayoritario tendrá que filtrar para garantizarse que las cuentas del año que viene no quedan maltrechas a su paso por la Cámara Baja. En este trámite, el Gobierno no contará a priori con la mayoría absoluta que acaba de obtener en el pleno porque la representación en ella del Grupo Mixto está encabezada por el diputado Francisco Jorquera, del Bloque Nacionalista Gallego, formación que este año ha defendido una enmienda de totalidad a los Presupuestos. De esta forma, al Gobierno se le pueden colar cientos de enmiendas que le descuadren las cuentas del año que viene.

Según vayan las votaciones, puede ocurrir que en un momento dado tenga que recurrirse al voto ponderado, que haya empates o, en el peor de los casos, que se veten los presupuestos de ministerios enteros. La doctrina del Tribunal Constitucional dice, a partir de una experiencia ya ocurrida en el País Vasco, que no cabe aprobar los Presupuestos de forma fragmentada, por lo que esta hipótesis supondría un grave problema para el Gobierno.

Está previsto que los Presupuestos de nuevo a debate del pleno el 10 de noviembre para, posteriormente, viajar al Senado. Pese a lo que dictan las estadísticas, es altamente probable que este año vuelvan a vetarse en la Cámara Alta con los votos del PP y CiU, sobre todo, a los que podrían añadirse los del resto de la oposición. Es la opción preferida por Economía y por el PSOE porque el trabajo se reduciría a cero cuando el proyecto regrese al Congreso.

Prevenir todas las emboscadas posibles y conseguir que el puzzle presupuestario quede bien encajado cuando a mediados de diciembre se asista a su aprobación definitiva es una tarea que este año ha vuelto a encomendarse al diputado socialista Francisco Fernández Marugán. Una de sus tareas prioritarias va a consistir a partir de ahora en sumar al consenso a los grupos de izquierda que se han quedado descolgados y también a Convergencia i Unió.

La vicepresidenta Elena Salgado se ha reservado un cierto margen para encajar algunas de las condiciones de estos grupos. El objetivo es buscar una tramitación sosegada del proyecto de ley a lo largo de todo el recorrido y por ello es posible que se admitan algunas propuestas puntuales de IU, ERC, el BNG y el nacionalismo catalán. En el PSOE se habla de un margen de maniobra cercano a los 1.500 millones de euros, que da para la asignación de nuevas inversiones y también para modular ciertos aspectos de la reforma fiscal. Algunos de estos grupos han puesto sobre el tapete la propuesta de mantener la deducción de 400 euros para las rentas bajas y de introducir progresividad en el llamado 'cheque bebé'. En el PSOE tampoco se ve mal hacer algún tipo de gesto testimonial para inclinar hacia los postulados más clásicos de la socialdemocracia la reforma fiscal.

Apoyo muy tibio

El escaso entusiasmo que en el PSOE ha suscitado el proyecto presupuestario no ha sido la única causa del pobre arropamiento que ha tenido la vicepresidenta en el debate de totalidad. Los continuos aplausos de la bancada popular a Mariano Rajoy contrastaron con la tibieza de los que recibió Elena Salgado. En un alarde de modestia, la vicepresidenta reconoció ayer que no iba preparada para este tipo de debate.

En el PSOE hay un malestar de fondo porque se considera que no se ha sabido explicar con un discurso bien articulado la apuesta fiscal en un momento en el que el desgaste del Gobierno, pese a la alargada sombra del 'caso Gürtel', empieza a ser palpable en las encuestas. De ahí que no se quieran más sustos y que se haya facilitado al máximo al PNV bajar del monte después de varios meses en los que la mala digestión del desalojo de Ajuria Enea pareció jugar una mala pasada al alma más moderada y pactista del partido.

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