Abbott usa bien su dinero
Abbott Laboratories ha irrumpido con la compra, por 4.500 millones de dólares, de la filial de medicamentos de Solvay. Frente a algunos ambiciosos acuerdos recientes, esta compra parece aburridamente prudente. Al doble de lo que suponen las ventas, el precio es correcto.
La regla general en el sector farmacéutico es que los negocios se efectúan a cuatro veces las ventas. Por esta métrica, Abbott ha logrado una ganga. Pero hay sólidas razones para un descuento. El mayor medicamento de Solvay, un tratamiento contra el colesterol, tiene limitada la protección de patentes en EE UU. Por eso alrededor del 10% de los ingresos pueden desaparecer dentro de tres años.
Además, la división de medicamentos se ha quedado huérfana en Solvay. Por eso necesitaba encontrar un acomodo para su división. Ahora que ha obtenido un precio aceptable, puede centrarse en sus químicas.
Abbott, mientras, debería recaudar unos 500 millones de euros en beneficios operativos de la división de Solvay, un 10% de retorno. Y sería la oportunidad para Abbott de expandir ventas en países donde la filial de Solvay tiene mayor presencia. En general, los potenciales retornos parecen sólidos, aunque no terriblemente excitantes.
Pero hay un bonus. Abbott, como muchas compañías de medicamentos y tecnología de EE UU, tiene mucho dinero atrapado en el extranjero. Devolverlo a casa generaría retornos mínimos. Gastarlo sensatamente resuelve ambos problemas. Desde esta perspectiva, la compra de Solvay parece bastante atractiva.
Robert Cyran