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Coyuntura económica

El Bundesbank cree en la solidez de la recuperación alemana

Los programas de estímulo comienzan a consolidar sus efectos positivos. Gracias al impacto de los programas de rescate económico de las principales economías del mundo, Alemania podría crecer a un ritmo superior al 0,3% registrado en el segundo trimestre del año, según aseguró ayer en su informe mensual el Bundesbank.

En base a los indicadores adelantados, un nuevo incremento de la actividad en el tercer trimestre es posible", sentencia el banco. De confirmarse esta optimista previsión, Alemania afianzaría su salida de la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la entidad monetaria alemana quiso enseguida matizar su moderado discurso asegurando que la economía todavía se halla en un contexto de gran incertidumbre mundial, alineándose así con el nivel de prudencia mostrado por la Fed y el BCE.

Los planes de estímulo fiscal y monetario puestos en marcha por el Gobierno alemán han conseguido dejar atrás los fantasmas de un nuevo credit crunch, según el Bundesbank, que califica las medidas de "oportunas". El Ejecutivo, sin embargo, no quiso lanzar las campanas al vuelo. En su último informe, el Ministerio de Finanzas sostiene que "la estabilización de la economía podría no ser duradera" y que la crisis aún incidirá de forma negativa en el empleo.

En el segundo trimestre del año, el paro registrado en Alemania se situó en el 8,3%, es decir, 0,3 puntos porcentuales por encima de la tasa del trimestre anterior. Un ligero incremento, que, sin embargo, es de menor calado al esperado, según la máxima autoridad monetaria del país.

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La "relativamente moderada" destrucción de empleo se debió a los incentivos introducidos para que las empresas optasen por la jornada a tiempo parcial en lugar de despidos. El Bundesbank señaló que mientras que en el primer trimestre, las compañías se decantaron por reducir las horas extraordinarias, la jornada laboral y la subcontratación, en el segundo trimestre, el trabajo a tiempo parcial ganó terreno. De abril a junio de este año, en relación con el trimestre precedente, las colas del paro sumaron otras 130.000 personas, hasta un total de 3,47 millones. En el primer trimestre, el incremento había sido de 139.000 parados.

En cuanto a la inflación, el Bundesbank espera una tasa menos negativa en los próximos meses, pese a que los precios se redujeron de nuevo en julio (-0,5%). En términos interanuales, fue negativa (-0,6%) por primera vez en 22 años, debido a la bajada de los precios de los alimentos y del petróleo. Una tendencia que deberá corregirse en los próximos meses y que llegará a ser positiva a finales de año. "La economía mundial probablemente tocó fondo en la primavera de 2009", aseguró el Bundesbank. En opinión de la autoridad monetaria, en la segunda mitad del año, las señales de mejora económica a nivel mundial podrían ser más explícitas.

No obstante, aún no se han recuperado los niveles de confianza global previos a la irrupción de la crisis. Un factor que supone una traba para una salida de la crisis más rápida.

De hecho, el fin de la recesión se vislumbra estable pero lento, aunque todo parece apuntar que en la zona euro lo peor ya ha pasado, según la opinión de 60 economistas encuestados por Reuters. El desempleo continuará creciendo debido a una sostenida reducción de las plantillas de las empresas para reducir gastos. Los expertos prevén que la tasa de paro se dispare en la Unión Monetaria hasta el 10,8% de la población activa en 2010. Muy por encima del 9,4% de junio de hace diez años. El diagnóstico de los economistas, al igual que el del Bundesbank, es que el paro desorbitado actuará como impedimento al crecimiento y mantendrá la inflación baja.

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