Una esperada alza bursátil
El rally desde mínimos no es sorprendente si se compara con lo sucedido en crisis anteriores.
Los partícipes de fondos de inversión de renta variable se habrán ido de vacaciones con un doble sentimiento. Por un lado, de satisfacción al ver que en cinco meses su inversión se habrá revalorizado alrededor de un 50% o más, dependiendo del tipo de activo bursátil y fondo de inversión. Y por otro lado, con una especie del mal de altura y preocupación de que el rally vivido no puede durar indefinidamente y que una posible corrección puede arruinar al menos parte de las ganancias.
Para aquellos que hayan visto estos fuertes vaivenes desde la barrera, el sentimiento mixto es probablemente de celos o sana envidia por haberse quedado fuera de tamaño rebote y de expectación ante cuál es la futura evolución de los índices bursátiles y de si todavía están a tiempo de subirse al carro de las ganancias.
Primero procede analizar la historia del año para luego intentar elaborar una hipótesis central de trabajo para el resto del ejercicio y más allá. Desde que el nueve de marzo de este año tocáramos mínimos bursátiles, que representaban una caída superior al 55% e inferior al 60% desde los máximos anteriores (otoño del año 2007) para los índices de Bolsa de referencia mundial, la revalorización ha sido fulgurante. Para los que siguen siendo las referencias mundiales, los índices S&P 500 o el Dow Jones Industrial norteamericanos, la plusvalía superó ligeramente el 50% en exactamente cinco meses. Ciertamente la revalorización es fulgurante pero ¿sorprendente? La historia bursátil es un clamor y nos llega un sonoro no por respuesta al echar la vista al pasado.
Primeramente, la caída anterior del 55% aproximadamente desde máximos tampoco es sorprendente. Recortes a la mitad desde los máximos es en realidad lo habitual asociado a las recesiones económicas cíclicas. La actual recesión parece tratarse de una recesión cíclica clásica con el principal añadido o particularidad del extraordinario apalancamiento en el que incurrió el sector financiero. Este hecho es el que probablemente ha contribuido a que la caída del PIB haya sido superior al de otras recesiones, como las de principios de la década de los setenta o la década de los ochenta. También de que posiblemente la longitud de la recesión actual vaya a ser algo superior a la de aquellas dos. Aunque con los recientes datos del PIB del segundo trimestre en Estados Unidos en la mano, no sería de extrañar que la NBER estadounidense (oficina nacional de análisis económico), entidad que marca el comienzo y final de las recesiones, certifique que la actual recesión finalmente sólo se prolongue uno o dos meses más respecto a los 16 que duraron aquellas dos. Por ello, la caída bursátil asociada a esta recesión ha sido algo mayor que el más habitual 50%.
Igualmente, una subida de las Bolsas del 50% en unos cuantos meses desde los mínimos también es relativamente habitual. Justamente esta misma plusvalía en el mismo periodo de cinco meses tuvo lugar en el Dow Jones desde diciembre de 1974 a mayo de 1975, cuando se estaba saliendo de aquella recesión. Sólo algo más de seis meses, entre septiembre de 1982 y marzo de 1983, es lo que le llevó a este mismo índice ganar otro 50% cuando se salía de aquella otra recesión. Parece por tanto bastante claro que lo ocurrido estos pasados meses no es especialmente sorprendente pero ¿qué nos depara el futuro? ¿Es un 50% más o menos la revalorización total que podemos esperar? ¿Llega como muchos auguran una corrección? Y de producirse ,¿será dicha corrección severa y duradera en el tiempo?
Lógicamente, son preguntas difíciles de contestar pero sí que podemos mirar de nuevo a la historia económica y de los índices bursátiles. Al final tenemos más de 100 años de datos relevantes, ya que la economía capitalista moderna no ha cambiado tanto como pudiéramos creer en este periodo y hay razones sólidas para pensar que su funcionamiento cíclico se atiene a unos flujos y reglas que en realidad poco han variado.
En el supuesto cada vez más probable de que en los próximos trimestres las principales economías disfruten de crecimientos positivos del PIB - aunque estos sean modestos - no es descabellado barajar la hipótesis de que a los índices bursátiles de referencia les quede aproximadamente otro tanto de subida. El plazo en que este movimiento pueda completarse es difícil de prever pero es probable que sea inferior al año.
Bien es cierto que tras el 50% de subida ya disfrutado es probable que se produzca algún periodo de movimiento lateral o alguna corrección de calibre variable y difícil de predecir pero no debiera ir más allá de un 15% ó 20%. ¿Terminarán doblando entonces los índices su valor de primeros de marzo? La historia bursátil y macroeconómica nos dice que es posible.
Juan Manuel Vicente. Director de Análisis de Lipper
Debilidad del dólar con el euro
La depreciación sufrida por el dólar con respecto al euro desde el 9 de marzo ha restado brillo a la inversión en Bolsa estadounidense.Así lo pone de manifiesto el gráfico con los índices de referencia Lipper para cada categoría de fondos.El mercado de fondos permite en cualquier caso comprar productos que cubren el tipo de cambio del dólar frente al euro. Esto hace posible obtener aproximadamente la rentabilidad de los índices norteamericanos en su divisa de referencia.