El Reino Unido estudia restringir las prácticas de las compañías de tarjetas de crédito
El Gobierno británico quiere poner límites a determinadas prácticas de las compañías de tarjetas de crédito, como el incremento del límite de gasto sin autorización del cliente o el aumento de las tasas de interés sobre la deuda existente.
El Ejecutivo informó hoy de que esta iniciativa se enmarca en su objetivo de promover una cultura responsable del crédito, para lo que creará el cargo de "abogado del consumidor", que tendrá como tarea principal combatir los abusos de estas empresas.
El plan estudia también la posibilidad de forzar el incremento de los pagos mensuales para ayudar a los clientes a pagar su deuda con más rapidez y revisar el orden en el que se paga la deuda, de manera que se liquiden primero las obligaciones más costosas.
Lucha contra los cheques personales en blanco
El Gobierno quiere que las empresas sean más responsables y tengan en cuenta la capacidad crediticia de sus clientes antes de ofrecerles la posibilidad de incrementar su deuda a crédito.
Asimismo se evalúa prohibir los cheques de las tarjetas de crédito, que pueden ser empleados como cheques personales en blanco, cuyos intereses son habitualmente mucho más altos que los aplicados a la tarjeta a la que están asociados.
Se trata de un instrumento crediticio controvertido desde hace tiempo, ya que son enviados sin que los clientes los soliciten, implican el pago de una comisión del 2% sobre la cantidad gastada y no ofrecen la misma protección que las tarjetas si son utilizados de manera fraudulenta.
Según las cifras del Banco de Inglaterra, los residentes en el Reino Unido acumulan una deuda de 233.000 millones de libras (381.000 millones de dólares o 271.000 millones de euros) en tarjetas de crédito, descubiertos y otros préstamos al consumo.