Los profesionales de la City dicen adiós al sueño rural
La crisis frena el éxodo de ejecutivos a la campiña inglesa.
Septiembre de 2008. Un grupo de profesionales británicos y españoles se reúnen en una cena en un domicilio de Kensington, en Londres. La anfitriona es española y entre los asistentes anglosajones hay dos gestores de fondos, dos abogados y un ejecutivo de un banco alemán en Londres.
"El mes que viene Claire y yo nos mudamos a Kent. Nos hemos comprado una granja", dice uno de ellos. "¿Por qué? ¿Habéis decidido dejar el trabajo?", pregunta sorprendido uno de los comensales españoles. "En absoluto. Pero estamos cansados de esto, el ambiente es irrespirable y queremos criar a los niños en el campo. Claire trabajará desde allí y yo iré y vendré todos los días a Londres. Hay mucha gente en la City que lleva tiempo haciéndolo".
La anécdota, un ejemplo real, es solo una muestra de una tendencia que ha acaparado en los últimos años la atención del sector inmobiliario británico: la creciente atracción de los profesionales de la City londinense por la vida rural. Desde el año 2006 una ola de ejecutivos del sector financiero ha llevado a cabo su peculiar éxodo de la ciudad al campo.
La compra de granjas y otras propiedades a cargo de los sustanciosos bonus que se pagaron antes de la crisis económica llegó al extremo de lograr que se disparase el precio del mercado inmobiliario rural hasta niveles "no vistos en los últimos 30 años", como señalaba en agosto de 2007 un informe de Knight Frank. A mediados de 2008 este nuevo tipo de granjero urbano representaba ya casi un tercio de todos los propietarios de granjas.
La crisis económica ha acabado, sin embargo, con el sueño de los ejecutivos-granjeros. Según datos de la Encuesta sobre el Mercado Rural que elabora periódicamente la Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS), los recortes de empleo que ha sufrido el sector financiero británico a causa de la recesión han hecho descender más de un 60% la demanda de propiedades y, como consecuencia de ello, los precios han comenzado a caer.
"La demanda de granjas residenciales cayó a partir de la segunda mitad de 2008 al igual que el estilo de vida de sus compradores", señala un informe de la entidad. En los últimos tres años el precio de las granjas llegó a duplicarse, desde las 2,764 libras el acre hasta las 5,248 libras. Sólo a partir de la segunda mitad de 2008 los precios han caído.
El hecho de que a mediados de 2007, unas 10.000 personas percibiesen un salario superior a un millón de libras anuales, más bonus, ha alimentado este peculiar movimiento migratorio. Revistas como The Country Home o The Country Style han llenado sus páginas en los últimos años con fotografías de idílicas casas de campo propiedad de ejecutivos del sector.
De 'celebrities' a terratenientes
La fiebre por los placeres campestres no ha calado sólo en los ejecutivos del sector financiero, sino que en famosos, empresarios y oligarcas rusos. El diario británico The Independent recogía hace tiempo una peculiar lista de terratenientes de oro.La cantante Madonna y su ex marido Guy Ritchie. La pareja adquirió al principio de su matrimonio Ashcombe House, una propiedad con 1.134 acres de tierra que perteneció al fotógrafo de moda Cecil Beaton. Alex James, integrante del grupo musical Blur, abandonó la escena musical para empezar una nueva vida con su esposa y sus tres hijos en una granja en los Cotswolds donde se dedica a fabricar queso.Roman Abramovich, el oligarca ruso propietario del Chelsea, pagó 18 millones de libras por una propiedad de 1.500 acres en West Sussex en 2000.