Lecciones de Obama sobre megavatios 'verdes'
Tras una campaña electoral en la que las energías renovables fueron clave en su programa, Barack Obama firmó el 17 de febrero el Recovery and Reinvestment Act, que incluye una serie de importantes medidas de apoyo a esta industria y que ha colocado a Estados Unidos en el primer lugar del último Renewable energy country attractiveness indices, estudio semestral publicado por Ernst & Young.
Hasta ahora, el principal subsidio a la producción de energía eólica en el país americano eran los llamados production tax credits, también conocidos como PTC, cuyo funcionamiento es sencillo. El dueño de cada instalación obtiene una prima por cada megavatio hora generado por el parque eólico durante sus primeros diez años de funcionamiento. Esta prima tiene un carácter fiscal; es decir, se cobra en la liquidación del impuesto sobre sociedades, por lo que para aprovecharlo es necesario disponer de beneficios fiscales. Los PTC prescriben a los quince años.
Este sistema tenía efectos ciertamente curiosos, en la medida en que, dado lo predecible de su cuenta de resultados, un parque eólico no genera bases imponibles positivas por sí mismo, por lo que para poder aprovechar los PTC es necesario desarrollar otras actividades en Estados Unidos o llegar a un acuerdo con terceros -generalmente, bancos- que faciliten beneficios fiscales con los que compensar los PTC a cambio de parte de la rentabilidad de la instalación.
El Recovery and Reinvestment Act extiende el periodo de vigencia de los PTC a las plantas eólicas puestas en funcionamiento antes del 31 de diciembre de 2012 (2013 para otras tecnologías) y crea asimismo la figura de los Investment Tax Credits o "ITC" como alternativa a los PTC.
El promotor que opte por los ITC dispondrá de un crédito de carácter fiscal por el 30% del coste de los equipos y obra civil de la instalación en el momento de su puesta en marcha. Dado que los ITC también son un crédito fiscal, sigue siendo necesario disponer de bases imponibles positivas para su aprovechamiento.
En este sentido, existe una cierta preocupación en el sector en la medida en que se piensa que, si muchos inversores eligen el sistema de los ITC, puede que no existan suficientes bancos dispuestos a llegar a acuerdos que permitan su recuperación.
La tercera medida, una de cuyas finalidades es el fomento de la inversión extranjera, es el Department of Treasury Grant Program (DoT program), aplicable a aquellas instalaciones puestas en marcha antes del 31 de diciembre de 2010 o cuya construcción haya comenzado antes de dicha fecha y finalizado antes del 1 de enero de 2013 (2014 para otras tecnologías).
El DoT program supone básicamente que el promotor recibe una subvención en efectivo del 30% del coste de los equipos y la obra civil del parque en el momento en que comienza su explotación comercial. A cambio, renuncia a la deducción fiscal de parte de la amortización de los activos -exactamente, de la mitad de la subvención- y, por supuesto, a percibir PTC o ITC.
El DoT program supone una importante modificación de la financiación de las energías renovables dado que, por una parte, el inversor extranjero o especializado en energías renovables deja de necesitar a un tercero para que su instalación sea rentable y, por otra, pondrá un "techo" a la rentabilidad que los bancos de inversión y similares puedan exigir a aquellos inversores que sigan optando por los PTC o los ITC, dado que tendrán siempre la alternativa de volver al DoT program.
La medida del Gobierno Obama, aplaudida por buena parte de los agentes del sector, incluye la puesta a disposición de potenciales inversores en instalaciones renovables de financiación estructurada mediante una línea de bonos de 1.600 millones de dólares durante los próximos diez años y la puesta en marcha de un plan de inversiones en líneas de transporte de energía eléctrica al Oeste del país, que se consideraba necesaria para la correcta evacuación de la producción de los parques.
La apuesta por las renovables de Obama es un suma y sigue. Recientemente acaba de anunciar que el Gobierno gastará 467 millones de dólares para expandir y acelerar el desarrollo y uso de la energía solar y geotérmica en su país. Como resultado, cabe esperar un espectacular crecimiento de las energías renovables en los próximos años en Estados Unidos del que muchas empresas podrían beneficiarse y muchos países tomar nota.
Francisco Rahola. Socio responsable de Energías Renovables de Ernst & Young